Capítulo 16

2.6K 223 17
                                    

-Es muy probable que ni siquiera lleguemos a juicio -lanzó luego de darle vueltas al asunto.

-Davis, no puedes simplemente venir aquí a decir eso sin traer más opciones -le regañó D'accardi quien estaba sentado a mi lado-. Debe haber algo que podamos hacer.

-No podemos hacer nada -dije al confirmar lo que temía mi corazón y ambos me miraron-. Estamos en Italia y él es un Palumbo, aquí tiene el control.

-¿Cómo quiere proceder ahora, Señora?

-Concéntrate en el divorcio, acepta sus condiciones. No voy a permitir que Gustav me manipule más -me levanté tomando mis cosas para marcharme.

-¿A dónde vas? -Enzo se levantó con las intenciones de acompañarme y lo frené.

-Solo voy a casa -mentí y el asintió no muy convencido.

Salí de la oficina y gracias a las excelentes destrezas de manejo de Julio, llegamos a casa pocos minutos después. Un trío coqueto empezó a correr hasta mí con unas hermosas sonrisas pintadas en la cara.

-¡Mamá, mamá, mamá! -los abracé como pude poniéndome a su altura.

Después del derroché de besos y abrazos, subí a ponerme ropa cómoda. La decisión que estaba por tomar era más que arriesgada, lo sabía. Estaría exponiendo mucho, pero posiblemente era la única forma de obtener los resultados que quería.

Fui hasta la habitación de los niños y tomé lo necesario, sin poder evitarlo unas cuantas lágrimas rebeldes se escaparon de mis ojos. ¿Estaba haciendo lo correcto? No lo sabía, pero no podía quedarme con los brazos cruzados, tenía que ser fuerte.

Bajé las escaleras y me regalé un momento para ver a mis hijos jugar, literalmente parecían trillizos, se complementaban de una manera increíble.

Fui hasta Alessandro y con cuidado lo tomé en brazos, lo acuné en mi pecho como tanto le gustaba y sin llamar la atención de las niñas salí hasta el auto. Llené de besos la cara de mi niño que me miraba con amor y lo acomodé en su asiento para bebé.

-¿A dónde vamos, Señora? -Julio se acercó con rapidez cuando se dio cuenta que ya estaba por irme.

-Conduciré yo esta vez, gracias. Puedes ir a la oficina por si Enzo te necesita.

-¿Solo irán ustedes dos? -notó el gran bolso al lado de Alessandro y me miró con cautela.

-No voy a fugarme ni nada por el estilo, Julio. Vuelvo en un par de horas -asintió sin tener más opciones y me dio las llaves del auto.

Jugamos en el parque, comimos chucherías y helado. Mi niño amaba ser mi único centro de atención, le encantaba no tener que compartirme con sus hermanas.

Era cierto eso de que el tiempo pasaba más rápido en los momentos menos adecuados, esos ratos que queríamos que fueran eternos. La tarde inevitablemente empezó a apagarse y no tuvimos más opción que volver al auto.

Conducía y daba vueltas a azar, trataba inútilmente de encontrar una forma de que el camino no fuera tan corto. Cada tanto, miraba a Alessandro por el espejo del auto y me regalaba una sonrisa adormilada siempre que nuestras miradas se entrecruzaban.

Llegamos finalmente hasta nuestro destino y lo tomé en brazos para abrazarlo fuerte.

-Lo siento tanto, amor -mis ojos estaban llenos de lágrimas y llenaba su cabecita de besos.

-Lo shiento -repitió mirándome confundido y no pude evitar sonreírle.

-Mamá te ama, muy pronto voy a venir por ti. Lo prometo -asintió como si me comprendiera y lo acuné en mi pecho para que durmiera.

Nos quedamos así por más de una hora y respiré profundo tratando de sacar fuerzas. Sabía que era la única manera. Salí del auto y luego de tomar las cosas que había llevado, caminé con seguridad hasta la entrada. Me dejaron acceder a la propiedad sin rechistar y fui directo hasta el estudio. Unos ojos marrones me miraron con sorpresa y confusión.

-Luego de pensarlo mucho me di cuenta que tenías razón -escupí sin perder el tiempo-. No tengo porque hacerme cargo de él. Lo único que me ataba a Alessandro eras tu y muy pronto no tendremos nada que ver -lancé fingiendo indiferencia y me miraba sorprendido mientras le pasaba al niño con cuidado.

-Mi abogado se pondrá en contacto con el tuyo para fijar la fecha para firmar de una buena vez -espeté con repulsión. Ahora era lo único que provocaba en mi-. Envía a tus hombres lo antes posible a buscar las demás cosas del niño. Quiero renovar la habitación para mis hijas y me estorban, buenas noches.

Quise darle un último vistazo a mi bebé, pero sabía que si lo hacía no podría dejarlo ahí, solo y a la intemperie, así que di la vuelta y salí de ahí lo más pronto posible.

Llegué al auto y lloré, lloré como nunca. El dolor que estaba sintiendo no se comparaba con ningún otro que haya sentido antes. Ahora solo me quedaba esperar y ser paciente, confiar en el amor que Alessandro sentía por mi y en el que Gustav sentía por su hijo.

***

April

-I don't relate to you, I don't relate to you, no. Cause I'd never treat me this shitty. You make me hate this city! And I don't talk shit about you on the internet, never told anyone anything bad, Cause that shit's embarrassing, you were my everything and all that you did was make me fucking sad -la escuchaba cantar, estaba rota y me rompía el corazón verla así.

-No puedo seguir viendo esto -D'accardi estaba a punto de levantarse para ir por ella pero lo frené.

-Debe hacer esto, debe tomar, llorar y sacarse todo de adentro. Es la única forma que lo supere. Está con nosotros, está segura en su casa y nadie usara esto en su contra, déjala. Suspiró y la veía con pena.

En el poco tiempo que llevaba conociéndolo debía admitir que entendía por completo el por qué mi amiga se había jodido tanto con él. La manera en que la miraba, incluso la observaba con amor cuando estaba cantando borracha y despechada por un amor que no funcionó. La esperaba pacientemente.

-¿Qué piensas hacer? -me miró confundido y rodeé los ojos-. Enzo, se que harás algo para recuperar a Alessandro -sonrió con malicia.

-¿Me ayudarías? -soltó coqueto y asentí con seguridad-. Necesito que seas la intermediaria entre Carlos y yo.

-¿Por qué necesitas uno? Te puedo dar su número y listo. Al igual que nosotros está del lado de Abigail.

-Lo sé, pero no me siento muy seguro cerca de él -reí a carcajadas y me miró mal.

-Está bien, ¿qué quieres que él haga por ti?

-Me imagino que estará a cargo de contratar al personal que cuidara del niño -asentí confirmándolo-. Pues necesito que deje entrar a mi equipo -lo miré con cautela.

-Obviamente serán personas capacitadas, no jugaría con la seguridad del niño, pero hay que hacer que mi hermanito sé enteré que ser padre no solo es pagar una buena niñera. Quizá tengamos que exagerar un poco, pero lo importante son los resultados, ¿no? -negué divertida. El chico tenía una manera algo dramática de resolver los problemas, pero era tierno ver de lo que era capaz de hacer por la felicidad de mi amiga.

-Cuenta conmigo.

-----------------------------------------------------------------------------------------

"Si quieres hacer felices a las personas que te rodean, primero tienes que encontrar tu propia felicidad. Ser egoísta no siempre es malo. Trata de pensar solo en tu felicidad cuando las cosas sean demasiado estresantes. Está bien hacer eso." -It's Okay To Not Be Okay

¡Buenas tardes!

EscógemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora