Capítulo 21

2.6K 224 39
                                    

-Vamos Bambola, créeme, valdrá la pena -rodé los ojos, había estado insistiendo con eso demasiado tiempo.

-¿Algún día dejarás de decirme Bambola? -lancé divertida tratando de cambiar el tema.

-No -dijo con seriedad-. Me pondré en contacto con mi piloto y luego te envio la información del vuelo.

-Gustav, no se si...

-Quiero ver a mis hijos, ¿los enviaras solos? -era una buena jugada, sabía que nunca haría eso. Suspiré.

-Estaremos ahí el viernes en la tarde y volveremos el domingo -espeté sin más opciones-. No tienes que enviar tu avión, tengo uno.

-Sra. Taylor, se ha convertido en una mujer muy tenaz -lo escuche reír-. Está bien, nos vemos el viernes entonces. Te amo -esas palabras escaparon de su boca con naturalidad y me tensé. Por un rato que pareció eterno, reinó el silencio.

-Abigail, tu próxima reunión es en cinco minutos -gracias a Dios mi asistente entró a mi oficina y nos sacó de esa tensa situación.

-Hasta el viernes, cuídate -lancé todo junto y colgué.

***

-Eso no va a pasar -me dijo viéndome serio y rodeé los ojos. A veces sentía que hablaba con uno de sus hermanos.

-Solo serán dos días, Enzo.

-Ni uno -volvió la vista a su computador indicando que la conversación había acabado.

-No puedo negarle que vea a sus hijos, lo sabes.

-¿Acaso te estoy pidiendo eso? Nunca interferiría en sus decisiones como padres, pero que yo sepa tú no eres su hija, no tienes porqué estar ahí.

-No voy a dejar que mis hijos viajen solos, son muy pequeños aún.

-Abigail -gruñó-. Los niños tienen más nanas y seguridad que los hijos de cualquier presidente.

-Aún así no me siento cómoda haciendo eso. Además, prometí que iría -se acomodó en su asiento y me miró de una forma que se me hizo imposible descifrar lo que pensaba.

-Si ya tomaste una decisión, ¿que hacemos aquí fingiendo que te importa lo que pienso al respecto?

-Enzo, no es que...

-Buen viaje, Abigail -lanzó con tanta frialdad que sentí mi corazón encogerse.

Los días siguientes pasaron y no obtuve de él un trato diferente al de esa última conversación que habíamos tenido en su oficina, sinceramente me sentía terrible, era consciente que no había manejado las cosas de la mejor manera, pero aprovecharía el viaje para hablar con Gustav sobre mi relación y ponerle claro los límites que a partir de ahora tendríamos.

-Señora, ya debemos irnos -asentí y tomé mi bolso.

Me acomodé en la parte del copiloto justo al lado de Julio y sonreí al mirar hacia atrás y ver a mis hijos emocionados por el viaje.

-¿A dónde vamos? -les pregunté fingiendo inocencia.

-¡Visita papà! -chillaron los tres en italiano.

-¡Así es! Iremos a visitar a papá -les repetí en español.

Estaba orgullosa de los tres, increíblemente a pesar de su corta edad, entendían perfectamente que el italiano era el idioma de papá y español el de mamá, siempre "hablaban" con él en su idioma y conmigo el mío.

Llegamos al aeropuerto y mis amigos ya nos estaban esperando. Dylan y April trataban de domar al inquieto Noah que corrió hacia nosotros al ver a su mejor amigo Alessandro, Fabio por su parte, se encontraba hablando cómodamente con uno de mis chicos de seguridad, era obvio que estaban cogiendo, pero nadie entendía porque lo seguían negando. En ese momento, extrañé tanto a Enzo que tomé mi teléfono y le marqué. Como siempre, contestó casi de inmediato.

EscógemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora