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Al ver el rostro de Yoongi luego de escuchar esa voz, algo en mi me dijo que algo bueno estaba por suceder. Él se levantó y salió de su habitación mientras yo me ponía mis lentes y lo seguía sin querer perderme nada sobre aquello.

A medida que baja las escaleras la expectación crecía cada vez más dejándome al final con una hermosa escena que mirar.

Había visto al papá de Yoongi en alguna foto pegada en su cuarto, con su rostro serio y postura recta, nada comparado con el hombre que ahora abrazaba a su hijo y que tenía sus ojos brillando en lágrimas.

Me senté en el último escalón mientras escuchaba los sollozos de Yoongi y sonreía porque ahora no eran de tristeza.

Fue entonces que recordé a mi madre y mi pecho dolió, llevé mi mano hasta sentir los latidos de mi corazón y limpie mis lágrimas que ya habían comenzado a salir segundos antes.

El abrazo terminó y pude ver el rostro de Yoongi sin poder creérselo, me miró y vi como de inmediato se talló los ojos con su camisa.

— N-no sabía que volverías hoy— habló el pelinegro mientras el hombre aún no notaba mi presencia. — Mamá no me dijo nada sobre esto.

— Es porque ella tampoco lo sabe— la voz del hombre también era bastante grave y me recordaba de cierta forma a la de Yoongi cuando se levantaba por las mañanas. — Digamos que es una pequeña sorpresa.

En ese momento de giró para verme y yo me sentí demasiado nervioso así que volteé a ver a Yoongi rápidamente.

— ¿Y este muchacho quién es?— preguntó y sentí mis mejillas enrojecerse.

— Oh, papá quiero presentarte a Jimin— soltó Yoongi rescatándome de aquello. — Es mi novio.

Intenté sonreír lo más normal que pude y me levanté de la escalera para alzar mi mano sana.

— Es un gusto conocerlo señor Min— dije como sonaba mejor en mi mente y el hombre alzó ambas cejas.

— El gusto es mío Jimin— estrechó mi mano y miré de reojo a Yoongi quien sonreía. — Bueno, supongo que deben tener hambre y tu madre jamás fue amante de la cocina así que les prepararé algo pero primero voy a darme un buen baño.

El señor Min revolvió los cabellos de su hijo y subió las escaleras con sus cosas en mano. En cuanto ambos oímos la puerta cerrarse Yoongi sonrió y yo sonreí.

— Regresó— murmuró él.

— Es genial— dije.

Entonces pensé que estaba siendo egoísta si me preocupaba el viaje y que posiblemente Yoongi no quisiera ir.


◆◇◆◇◆◇◆◇

Yoongi había decidido acompañar a su padre al supermercado y yo tuve que quedarme a cuidar la pasta que se estaba cociendo. Claro dejen al manco cocinando...

He de admitir que me siento completamente estúpido porque ahora que no tengo la atención de Yoongi es como si me estuviera diciendo en la cara que ya no me quiere, y suena ridículo y acepto que lo es pero me gusta que me ponga atención ¿de acuerdo?

Saqué mi celular y comencé a mandarle mensajes al único que podía reventar mi burbuja de berrinches y hacerme ver que estaba siendo un egoísta.

Saqué mi celular y comencé a mandarle mensajes al único que podía reventar mi burbuja de berrinches y hacerme ver que estaba siendo un egoísta

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