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El día sin Yoongi no estuvo nada mal pues la pasé con mis amigos, visitando un poco el lugar y hablando de cosas que no habíamos podido decirnos antes.

Sin duda fue un gran día pero seguía extrañando a Yoongi, añadiendo la tortuosa espera de bueno...poner en práctica lo que había aprendido en el viaje, que no era mucho pero era algo.

Ya era lunes, sí, pero Yoongi había tomado el autobús tarde y no estaría aquí para la hora que acordamos, llámenme desesperado pero no soy fanático de la espera.

Era de mañana, ya habíamos almorzado gracias a la tía de Taehyung que tenía un excelente sazón, llamé a mi padre y hablamos un rato sobre como iba el viaje y también hablé con mi hermano.

Ahora los tres estábamos en la habitación más grande del lugar que sería la que Yoongi y yo compartiríamos luego de convencer a Taehyung y lavar los trastes de ayer.

— Deberíamos hacer algo, estoy aburrido— mencionó Jungkook mientras se dejaba caer en la cama. Y yo también lo estaba a pero no podíamos irnos, Yoongi llegaría pronto, o eso quería creer.

— Juguemos a algo— dije con una sonrisa, Jungkook y Taehyung me miraron con el ceño fruncido. — Como en los viejos tiempos, vamos, levántense...

Busqué en mi maleta y encontré mi bufanda azul que rápidamente saqué.

— Taehyung, vas primero— dije enredando la bufando en su rostro para que no pudiese ver nada. — Tienes que encontrarnos.

Jungkook corrió a esconderse y yo terminé de enredar la bufanda en Tae para irme a esconder igual. Aguantaba la risa mientras me subí a la cama y le lanzaba una almohada a mi amigo.

— No se vale moverse Jimin, eres un tramposo— respondió mientras me bajaba de la cama esquivándolo. Jungkook se tapaba la boca desde una esquina pues la escena era muy graciosa.

Cuando estaba por cambiarme de lugar, Tae alzo sus brazos y logró tomarme del pie. Solté una carcajada y Taehyung se deshizo de la bufanda con una sonrisa de victoria.

— Tu turno Jimin-ah— avisó Jungkook alcanzando la bufanda y enredándola ahora en mi rostro.

Poco a poco la bufanda no me dejó ver nada más que oscuridad y mientras trataba de escuchar mejor lo que había a mi alrededor.

Cuando ya no sentí las manos de Jungkook moviendo la bufanda fue cuando empezó el juego. Intenté agudizar mi oído y encontrarlos fácilmente pero en realidad era más difícil de lo que recordaba.

— Más les vale que no se estén moviendo— advertí mientras extendía mis brazos y me movía por toda la habitación. Caminé torpemente hasta que escuché el sonido de la puerta cerrarse.

— ¿Chicos?

Seguí caminando hasta que topé con alguien, sonreí y me quité la venda.

— Ganaste— me dijo Yoongi con una sonrisa en sus labios.

— ¿Yoongi?— sonreí y me abalancé pasa abrazarlo por la cintura sintiendo el calor de su cuerpo y el inconfundible aroma de su ropa.

Él me correspondió el abrazo mientras sentía sus manos en mi cabello. Me separé pero sólo fue para esta vez unir nuestros labios en un beso que decía te extrañé.

Sus manos esta vez acunaron mi rostro y las mías se aferraban a su ropa, mis puños apretando las prendas y mis labios ardiendo junto a los suyos.

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