O2.

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El tic tac del reloj usualmente me arruinaba el día pero hoy, específicamente en la última clase, era música para mis oídos. Una de esas melodías que te encantan que incluso al final disfrutas y luego el silencio te parece la cosa más absurda del mundo.

Bueno ¿qué? soy un perdedor, también hablo como uno.

— No olviden su ensayo para el martes— avisó la profesora mientras guardaba sus libros en la mochila que siempre llevaba consigo. — Olvídenlo y no se molesten en entrar a la clase ese día.

Todos murmuraron cosas como "maldita profesora" "odio esta clase" entre otras cosas típicas que se escuchaban con cada maestro que entraba a nuestro salón.

Pero como siempre hice, los ignoré para tomar mi mochila y escuchar ese increíble sonido de la campana finalizando las clases e iniciando mi primer paso para conseguir el corazón de Sunhee.

Me apresuré a levantarme de mi asiento y dirigirme a la salida, no sin antes ser interrumpido por un chico de ojos grandes y que ahora me veían con juzga.

— Dioses, Jungkook... me asustaste— dije llevando una mano a mi pecho y abriendo mucho los ojos.

— Sólo vine para decirte que no voy a dejar que seas como Cady Heron en chicas pesadas— dijo mientras formaba una mueca.

— ¿Qué?— pregunté con el ceño fruncido y total confusión.

— Nada, sólo... no nos olvides— murmuró esta vez con ojos de preocupación. — Taehyung y yo iremos a ver películas y uhm bueno, supongo que espero te diviertas en lo que sea que vayas a hacer.

Yo sonreí de lado y le di una palmada leve en el hombro.

— Descuida, sólo iré por Sunhee y lo sabes— mencioné confiado de mi respuesta. — Los veo mañana chicos.

Dicho eso, caminé a la salida y solté un suspiro mientras caminaba en dirección a la cafetería, estaba nervioso y mantenía mis esperanzas de no caer apenas pisara el restaurante.

— Vamos pies, no me fallen, esta vez no...

◆◇◆◇◆◇◆◇

La cafetería/restaurante del frente solía llenarse de nosotros los estudiantes por las tardes, las mañanas eran para los ancianos y por las noches cerraba.

Por eso cuando entré no me sorprendí de ver a las multitudes de gente en cada mesa. Yo personalmente busqué la mesa donde estuviese Sunhee o en todo caso el pelinegro mismo que me había invitado.

Pero estando parado en medio del lugar y con lo que miopía me dejaba ver no veía ninguna mesa con alguno de los dos mencionados.

Comencé a pensar que había sido una broma y que en realidad lo habían hecho sólo para burlarse de mi como usualmente pasaba, me dirigí con pesar a la puerta y al mismo tiempo que me abalancé para abrirla esta se abrió y caí en los brazos de alguien.

— Wow, ¿así reciben a todos en este restaurante?

La voz me permitió darme cuenta que había caído en los brazos de precisamente a quien estaba buscando segundos antes. Apenado y con toda el rubor en mis mejillas me levanté, acomodé mis anteojos y miré a Yoongi quien estaba con una ceja alzada y una sonrisa burlesca.

— ¿Tienes alguna especie de imán en la cabezota igual que el piso o algo así?— preguntó con burla mientras entraba al restaurante.

— En realidad tendría que ser diferente porque los polos opuestos se atraen y los polos iguales se repe-

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