Los días pasaban y ya llevaba dos semanas en Londres. Y mi relación con Daniel iba estupendamente. Éramos amigos y con eso me conformaba.
Ana seguía con sus ensayos y estaba conociendo a un muchacho. Algo que me alegraba mucho. Se merecía ser feliz en ese tema. Había pasado mucho en un pasado no muy lejano y no se lo merecía. A ella no le gustaba recordar aquellos momentos, y a mi menos.
Era sábado y estaba sola en casa. Ana había salido con este muchacho. Así que yo me encontraba sola, en pijama, y el pelo recogido en lo alto de la cabeza, a punto de terminar de prepararme unas patatas con queso y beicon, que ya tenía en el horno, cuando sonó el timbre de casa.
Fui abrir. Creía que era Ana, pues hacia menos de diez minutos. Supuse que se le había olvidado algo, así que, sin preguntar, abrí la puerta y me encontré con aquellos ojos azules que tanto me gustaban.
- ¡Daniel! ¿Qué... Qué haces aquí? - pregunté sorprendida.
- Bueno, estaba en casa sólo y aburrido. Me apetecía veros para pasar el tiempo con vosotras.- respondió mientras yo dejaba que entrara
- Pues Ana no está. Te vas a tener que aguantar conmigo, si quieres.
En estas dos semanas ya me había acostumbrado a estar con él y a su presencia. Hablaba con él y bromeaba como con cualquier amigo.
- Me parece estupendo. ¿Tienes algo en la cocina?
-¡Ah, si si! Mi cena. Si te apetece cenar conmigo, estás invitado.
- Es buena idea. Mis padres se habían ido y al pensar en venir aquí, me he quedado sin cenar.
- Vaya. Pues menos mal que hecho cena de sobra- reí.- Anda, vete para el salón y cenamos. No sé qué ibas hacer si no hubieras venido.
- Acostarme sin cenar, seguro
Reímos.
Puse el mantel, los cubiertos, unos vasos, puse el refresco y traje la comida.
- Me encantan las patatas así. Parece que has sabido que venía - dijo mientras yo iba a la cocina a por un par de platos.
- En ocaciones, leo el pensamiento- dije llegando al salón.
- ¿Eres bruja?- dijo riendo
- Un poco.
Me reí.
Serví la cena y comenzamos a cenar. Hablamos de cómo nos fue el día y de música. Luego, me ayudó a recoger la mesa.
De repente, me acordé de las pintas que llevaba. Me giré lentamente hacia Daniel. En ningún momento dijo nada sobre la ropa que llevaba. Se percató que lo miraba.
-¿Sucede algo, Mary? - preguntó mientras metía los platos en el mueble.
- Me acabo de dar cuenta de cómo voy vestida y tú aquí...
Daniel se rió.
- Anda, ven - se acercó a mí y me cogió de la mano. Y de nuevo, ese cosquilleo.
No sé de que me quejaba. Me sentía bien de cualquier manera con él.
Nos sentamos en el sofá y empezó a hablar:
- Deja de preocuparte por todo. No me importa como vayas vestida, ni nada de ese tipo. Sólo me importa estar contigo.
El corazón me dio un vuelco.
"Esto suena a declaración", dijo mi yo interior.
- Daniel, yo...
Sentía mi corazón a mil. Creía que me iba a estallar. Él levantó la mano y acarició mi mejilla. Giré la cabeza hacía su mano. El calor que desprendía se extendió por mi cara. No quería que ese momento se terminara.
Apartó la mano de mi mejilla y sonrió. Tuve que sonreír también, sintiendo aún como el corazón seguía a mil.
Volvió a coger mi mano y la puso sobre su pecho. Sentía su corazón latir igual que el mío. Lo miré a los ojos.
- No sé si esto está bien o está mal. Sólo puedo decirte que no puedo apartarte de mi mente desde que te conocí. Entiendo que te pueda parecer una locura.
- Daniel...
Me levanté, dándole la espalda. Esto no podía estar pasando.
"Quizás esté dormida y esto es un sueño", pensé.
Llevé mis manos hacia mi cara, tapándomela. Esto era raro, demasiado tendría que decir.
-Mary... - lo noté detrás de mí.
No respondí. Seguí allí plantada, de la misma manera.
- Mary... - noté sus manos en mi cintura y, extrañamente, me lo esperaba.
- ¡Dios! - no pude más y no sé por qué, rompí a llorar.
Daniel no dijo nada, solo me volvió hacía él y me abrazó. Yo empecé a llorar más fuerte. Su perfume inundó mi nariz, pero no estaba para eso en ese momento.
- ¿Qué te hecho para ponerte así?
- No... No... Tú nada... Soy yo...- no podía articular palabra. No me salían.
- Sabes que me puedes contar lo que sea- me dijo mientras yo seguía llorando en su hombro.- Mary, por favor, no puedo verte así...
No quería reconocerlo hasta ese momento, estaba evitandolo todo el tiempo desde que empecé a tener esta amistad con él. Me gustaba y cada día más. No, gustarme no, sentía que me había enamorado de él.
- Creo... Creo que me he enamorado de ti y eso no está bien.
- ¿Por qué? ¿Por qué no va estarlo? ¿Y si yo te digo que siento lo mismo?
Levanté mi mirada hacía él, aún me tenía abrazada. Veía lo preocupado que estaba en sus ojos.
- No digas tonterías, Mary. Te lo he querido decir antes, pero te levantaste tan rápido que pensé que estaba metiendo la pata. Te lo dije antes, no puedo apartarte de mi mente desde que te conocí. Llevaba días queriendo hablar contigo por el miedo de que un día me digas que te vuelves a España y no tenga la oportunidad de decírtelo a la cara. Me he enamorado de ti, Mary.
- Daniel... - suspiré- Esto me parece tan increíble que... Que no sé... No sé qué decirte... Yo... Yo... También me he enamorado de ti- confesé.
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El verano de mi vida (Completa)
ФанфикMary no sabía todo lo que le podía suceder en Londres cuando fue a ver a su amiga. Conocer al que sería el amor de su vida era una de las pocas cosa que le podían suceder. ¿Y si añadimos que era su actor favorito?