Dos años más tarde...
Habían pasado dos años de nuestra boda. Debía de decir que la vida me había cambiado casi por completo. A mis veintiocho años soy una mujer casada y emprendedora. Había abierto una tienda de productos españoles en Londres. El haberme casado con Daniel me había facilitado, en cierta manera, que la gente viniera a la tienda.
Pero era feliz, demasiado. Aunque había algo que me impedía ser feliz del todo. No lograba quedarme embarazada. Nos habíamos hecho todas las pruebas habidas y por haber. Y todas decían lo mismo, que todo estaba bien por parte de los dos. Mi ginecóloga me decía que debía estar tranquila y no obsesionarme con este tema.
Quizás, debía de resignarme y pensar que jamás sería madre. Pero quería tener, al menos, un hijo con Daniel. Sólo esperaba que el milagro pudiera suceder.El timbre de casa, sonó y fui a abrir. Estaba sola. Llevaba un par de semanas sin ver a Daniel, pues estaba en Estados Unidos grabando una película.
Era domingo, a media tarde y me encontraba viendo una película cuando fui a abrir la puerta. Me encontré con mi mejor amiga allí.
-¡Mary!
-¡Ana!- nos abrazamos como locas.
Hacía unos tres meses que no nos veíamos a pesar de vivir las dos en la misma ciudad, pero ella no paraba de viajar por todo el mundo haciendo teatro e incluso, cine.
- ¡Qué alegría de verte, tía!- exclamó Ana separándose un poco de mí.
- Estás radiante, amiga.- dije admirando a mí amiga.
-¡Ey! ¿A mí no te alegras de verme o todo es para Ana?- preguntó Tom haciéndose el ofendido.
-¡Tom! No te había visto- dije abrazándolo a él también.
Los tres reímos y entramos en casa.
Admiraba la relación que tenía mi amiga con Tom Felton. Llevaban dos años juntos, con sus más y sus menos, como todas las parejas. Pero se querían eso era lo importante. Aún me acuerdo cuando Ana me llamó angustiada diciéndome que Tom había tenido aquel desvanecimiento poco tiempo después de mi boda. Gracias a Dios, solo fue un susto.
-¿Daniel no ha llegado aún?- me preguntó Tom mientras iba a la cocina a por té.
- Lleva dos semanas en Estados Unidos grabando una película. Creo que le queda aún unas cuantas de semanas allí. Eso me ha dicho hace un rato cuando me llamó. Hablamos por vídeo llamada y eso, pero no es igual que tenerlo aquí.- suspiré.
- Tranquila, aunque te entiendo.- dijo Ana acercándose a mí.
Pasó su brazo por mis hombros y me apretó contra ella.
- Además, ahora me tienes aquí y no pienso dejarte sola. Si este hombre tan guapo que está ahí sentado- señaló a Tom-, se tuviera que ir, pues nos juntamos las dos a llorar por nuestros hombres.
-¡Exagerada!- exclamó Tom.
- No eres el centro del universo, Felton- dijo mi amiga y lo miró de una manera, que yo diría que se lo estaba comiendo con la mirada.
- Ana, controlate. - bajé la voz y le dije- Eso lo dejas para tu casa, déjate de comértelo aquí, viciada.
Ana se rió y me habló en español.
- Es que una vez que lo pruebas con él...
- No me interesa tu vida íntima con tu novio, por muy bueno que esté.
- Mary...
- Ana...
Reímos.
Serví el té y Ana y yo nos sentamos en los sofás junto a Tom.
Hablamos durante varias horas, hasta que se hizo de noche y se fueron a casa. Yo volví a quedarme sola.
Me dirigí a la cocina para ver qué cenaba. Saqué el frigorífico unos filetes de pollo que compré el día anterior y me vino un olor raro.
- ¡Qué asco! ¿Qué será lo que huele tan mal? Mañana tendré que limpiar el frigorífico. De verdad, que asco- me dije para mí misma.
Era muy raro que tuviera comida en mal estado en la nevera. Quizás hubiera algo y ni yo ni las chicas que tenía para el servicio doméstico nos habíamos dado cuenta.
Hice aquellos filetes en la plancha y me senté a cenar. Poco después, me fui a dormir. Los días sin Daniel y sin tener nada que hacer, eran aburridos.
Me metí en la cama y me dormí.Me desperté, miré la hora y el reloj marcaba más seis y media de la mañana. Sentí algo raro en el estómago y al levantarme de la cama, sentí ganas de vomitar. Fui corriendo al baño justo a tiempo, pues por poco vomito en el lavabo. Me lavé la boca y los dientes.
"Qué mal me sentó anoche la cena. Quizás los filetes estaban malos. Pero los compré el sábado por la mañana.", Pensé.
No le di más importancia, hasta que, poco después de ir a trabajar, tuve que ir deprisa al baño de la tienda.
Y así pasé el resto de la semana, hasta que el viernes, a eso de media mañana, mi compañera de trabajo me dijo.
- Mary, ¿Desde cuándo no te baja la regla?
- Pues desde el diez del mes pasado, estará por bajarme...
- Estamos a veinticinco, llevas vomitando toda la semana, dices que estás demasiado cansada...
La miré con los ojos abiertos, sorprendida. No me había percatado que tuviera tantos días de retraso.
- ¿Y si...?
- Hazte una prueba- dijo Irma, mi compañera de trabajo.
- Tengo miedo. ¿Y si es otra cosa y no eso?
- Ve, compratela y sal de dudas. Si tú no quieres ir, te la compro yo y así te quedas tranquila. No soy bruja, pero se que llevas mucho tiempo queriendo esto, y yo creo que puedes estarlo. Anda, voy a ir a comprar eso. Será lo mejor.
Asentí, no dije nada pues no sabía ni que decir.
Irma salió y regresó a los veinte minutos con una prueba. Había una farmacia cerca de la tienda. Me hizo entrar en el baño y hacerla.
Y allí estábamos las dos, con la tienda cerrada (era la hora del almuerzo), en el baño y mirando ver que salía en aquella dichosa prueba.
-¡Dos rayitas! ¡Estás embarazada, Mary!- Exclamó sonriendo Irma.
-Em... Em... Embarazada.
Y me senté en el suelo, llorando como una magdalena.Aquí tenéis el siguiente capítulo. Perdonad la tardanza, pero ahora son dos historias jeje.
Os leo en comentarios!!
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El verano de mi vida (Completa)
FanfictionMary no sabía todo lo que le podía suceder en Londres cuando fue a ver a su amiga. Conocer al que sería el amor de su vida era una de las pocas cosa que le podían suceder. ¿Y si añadimos que era su actor favorito?