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13 de mayo de 2005.

En el límite del día y la noche, aproximadamente a las 7 P.M., cuando los faroles de la ciudad se encienden y aún hay personas por las calles, una guerra privada se desata en una lujosa residencia. Las paredes están manchadas de carmesí, y la persona presente allí bufa porque sabe que deberá remodelar el lugar. Se limpia las manos manchadas y saca su móvil para hacer una llamada, a la par que observa el cuerpo inerte en el piso sobre un charco de sangre, haciendo que su cara se contraiga en una mueca de asco que no dura mucho, pues la voz del otro lado de la línea le hace sonreír.

ㅡ¿Cómo te fue? ㅡla persona del otro lado suena adormilada, como si recién se hubiera levantado de una larga siesta.

ㅡPara ser jefe de uno de los clanes más importantes de la yakuza, el hombre no tenía nada de seguridad ㅡcomenta, agachandose junto al mencionado para propinarle un nuevo golpe en la nariz, "por sí acaso" ㅡ. Ni siquiera alguien cuidando la entrada. Literalmente toqué el timbre y me invitó a pasar.

ㅡ¿De verdad?  ㅡel asombro es notorio, y eso solo logra sacarle una risa ㅡ. Vaya, y yo pensaba que tú eras idiota.

ㅡ¡Oye! ㅡmás burlas se escuchan, pero decide ignorarlas por el bien de su paciencia ㅡ. Como sea, ¿nos vemos donde siempre?

ㅡClaro, yo invito.

La llamada finaliza y se levanta de su lugar junto al muerto, dirigiéndose hacia la cocina para poder lavarse las manos y de paso cambiarse de ropa, agradeciendo a todo lo existente porque no había nadie más en la casa. Una vez todo hecho, se dirige a la entrada y sale del lugar, no sin antes girarse para ver su cometido.

ㅡBueno, eso fue divertido ㅡsonríe y cierra la puerta a sus espaldas, corriendo a su moto.

14 de junio de 2005.

Sus pasos eran seguros y sin titubeos, con la cabeza en alto y sus manos en sus bolsillos, ignorando las miradas de los demás en el lugar y centrándose solamente en la persona frente a ella, quien la guía. No es que le intimidaran, pero, vamos, tener los ojos de tantos hombres sobre ti es, como menos, malditamente incómodo. Las ganas de golpearlos solo aumentan a la par que las asquerosas frases de algunos se hacen notar, pero sabe que eso solo hará que las cosas se compliquen, por lo que aprieta los puños y continúa su caminar hasta que el hombre se detiene y gira a verla, para después aclararse la garganta y llamar a sus subordinados.

ㅡEscuchen atentamente ㅡlas voces dejaron de oírse para dar paso al silencioㅡ. A partir de ahora Inagawa tiene nuevo jefe ㅡsu mirada fue dirigida hacia la pelinegra junto a élㅡ. Tu turno.

La chica dio un paso al frente y observó a todos en el lugar.

ㅡMi nombre es Samui Inagawa, hija y única descendiente de Toi Inagawa ㅡuna sonrisa burlona se dibuja en su rostro ㅡ. Como su nueva jefa deberán cumplir con lo que ordene, todo aquel que se oponga a esto que de un paso al frente.

ㅡ¡Una mocosa no nos liderará! ㅡse queja uno de los tipos que está entre la multitud.

Sin borrar la sonrisa de su rostro, se acerca al sujeto propinandole un golpe en su parte baja para proceder a sujetar su rostro con ambas manos.

ㅡ ¿Por qué no? ㅡpatea con su rodilla la cara del hombre ㅡ. La sangre Inagawa recorre mis venas, fui entrenada para ser líder, si no te gusta, puedo conseguirte un pase gratuito al infierno ㅡ habla usando un tono de voz dulce.

Observa a cada uno de los hombres cerrando los ojos cuasandoles escalofríos.

ㅡ ¡Arrodillense ante la nueva jefa! ㅡordena el chico colocandola a su lado.

Samui pellizca la mejilla del más alto provocando que este resople dándole un pequeño manotazo.

Una nueva era comienza para el tercer clan de la yakuza.

7 de julio de 2005.

Samui infla sus mejillas mientras que su amiga le explica cada uno de los integrantes de la Tokio Manji, desgraciadamente  aquella conversación comienza a tornarse aburrida y eso no le gusta.

ㅡPrestame atención ㅡ la golpea con la regla en la cabeza provocando que esta suelte un quejido.

ㅡLo sientoㅡmusita sobando el lugar donde la lastimó, se levanta del lugar para apretar las mejillas de la chica delante de ellaㅡ. ¿Y si él no está ahí?

Su amiga se mantiene en silencio sujetando sus muñecas, no responde, sin embargo la atrae hacia ella dándole un cálido abrazo.

ㅡPrometi ayudarte a encontrarlo, eso haré ㅡSamui cierra los ojos con fuerza reteniendo las lágrimas que amenazan con salir de sus ojos.

Se separa de ella quitando ligeros mechones de su cabello.

ㅡ Koto, ¿puedes conseguirme una foto de él? ㅡla chica sonríe  asintiendo ㅡ. Te debo mi vida entera. ㅡSalen del cuarto encontrándose con un hombre alto, quien, hace una reverencia ante Samui ㅡ. ¿Qué sucede?

ㅡYa reuní a todos como pidió.

ㅡPerfecto ㅡdice firmemente a la par que entrelaza su brazo con el de su amigaㅡ. Tengamos esa maldita reunión y luego sigamos con nuestro asunto, ¿o debes ir a tu casa?

ㅡPuedo decir que tuve que hacer algo importante.

ㅡRecuerda, no debes dejar que alguien te descubra, si te sucede algo, las calles de esta ciudad estarán repletas de sangre y cadáveres.

ㅡLo sé.

Angel | Nahoya Kawata |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora