dieciséis

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ㅡ¿Por qué Angry y Hakkai se están dando la espalda? ㅡpreguntó Fuyumi llegando a la sala, en donde todos se encontraban reunidos.

Smiley le hizo un lugar en el sillón, a su lado, para que se sentara. Una vez lo hizo, le pasó un brazo por sus hombros, atrayéndola más a él para dejarle un pequeño beso en la mejilla que nadie notó por estar sumergidos en sus propias cosas.

La chica chasqueó la lengua haciéndolo reír, para después volver su mirada a los menores.

ㅡEstán molestos con el otro, aunque aún no sé por qué ㅡdijo Mitsuya desinteresado, haciendole un extravagante peinado a Mana que, aparentemente, requería de toda su atención.

ㅡPero, ¿por qué están tomados de la mano?

ㅡNo les gusta estar tanto tiempo peleados ㅡdijo el mayor de los gemelos, riendo al ver cómo aquella infantil pelea no les había durado nada, pues en menos de cinco segundos los dos peliazules se encontraban abrazados.

Aquello le hizo reír y echó su cabeza hacia atrás, acomodándose mejor en el brazo del chico junto a ella y cerrando sus ojos en el proceso. Con los acontecimientos de los últimos días, a penas pudo dormir, por lo que se sentía exhausta; sumándosele, también, el tema de Kazutora.

No sabía en dónde más podría buscarlo, y aparentemente ninguno de los miembros de la Toman tampoco. Aquello la estresaba, porque en verdad necesitaba saber si estaba bien, explicarle todo y pedirle perdón por haber permitido que tuviera que pasar por tantas cosas solo.

Pero sobre todo, quería abrazarlo y protegerlo, contarle anécdotas y hacerlo sonreír, incluso cuando era consciente de que no merecía nada de lo que pedía.

Suspiró, y entonces sintió cómo su mano era tomada por otra, entrelazando sus dedos para luego empezar a jugar con ellos, haciéndole abrir sus ojos, encontrándose con la tierna imagen de Smiley, quien, al verle, le regaló una sonrisa de ojos achinados.

ㅡHola.

ㅡHola.

ㅡ¿Cómo te llamas? ㅡcomenzó.

ㅡSamui, ¿y tú? ㅡle siguió el juego.

ㅡNahoya, pero para ti soy "Tesorito" ㅡle dijo, levantando sus manos para enseñarle la unión de sus dedos. Fuyumi bufó, mas no pudo evitar sonreír ante la diferencia de tamaños en ambas manos.

ㅡPara mí eres "Satán" ㅡmencionó.

ㅡ¡Genial! Para mi eres "Lilith". Eso nos convierte en marido y mujer, y puedo besar a la novia ㅡacercó su rostro al de la pelinegra, pero antes de poder hacer algo sintió un tirón en su pobre orejaㅡ. ¡No seas violenta frente a nuestro hijo!

ㅡEn primer lugar, Lilith y Satán no son pareja ㅡcomenzó enumerandoㅡ, y en segundo, Angry está muy concentrado en el videojuego que está jugando con Hakkai como para enterarse.

ㅡBien, aceptaste a mi hermano. ¿Ya puedo ser tu novio? ㅡpreguntó bajito para que solo ellos dos escucharan, haciendo que la chica rodara los ojos fastidiada.

ㅡNo, ni siquiera cumplimos un mes de conocernos.

ㅡEl tiempo es relativo, bonita.

ㅡEres pesado, ¿te lo habían dicho?

ㅡTodos los días me lo recuerdas. Entonces, ¿puedo ser tu novio?

Fuyumi lo miró fijamente y después bufó, volviendo a repetir la acción de echar su cabeza hacia atrás y cerrar los ojos.

ㅡBien, pero si intentas alguna demostración de afecto en público, te rasuro el cabello.

ㅡHecho, novia.

ㅡOh, por dios.

Smiley rió y ella gruñó, pero sus manos en ningún momento se soltaron.

A pesar de ser una persona muy segura de sí misma, en ese preciso momento se sentía un jodido manojo de nervios que en cualquier momento devolvería las galletas que Angry le había convidado antes de despedirse de él.

Se supone que era una yakuza, entonces, ¿por qué sentía su corazón arremeter tan violentamente contra su pecho como si estuviera anunciando que en cualquier momento saldría de éste?

Bien, quizás se debía al mensaje que había recibido hace menos de media hora. Pero no podían culparla, leer el nombre de su hermano la ponía nerviosa.

Suspiró profundo al llegar al lugar acordado y, luego de asegurarse de dejar la motocicleta de Inui en un lugar seguro, se dirigió hacia la zona en donde los juegos estaban, acercándose hacia los columpios y logrando divisar a una cabellera bicolor siendo acompañada por otras dos que combinaban con sus mechas. Su corazón se detuvo y sintió sus ojos picar, pero aún así sus pies no cedieron y, segundos después, ya se encontraba frente a los tres individuos; mas toda su atención solo se mantenía en el del tatuaje, observando cómo este se negaba a dirigirle la mirada.

Matsuno y Baji compartieron una mirada y asintieron al mismo tiempo, llamando la atención de los hermanos.

ㅡBien, nos vemos. ¡Suerte! ㅡhabló el rubio, dejándole unas palmaditas en la cabeza a Kazutora y alejándose del lugar, escuchando sus quejas porque "¡te dije que no soy un gato, Chifuyu!".

Baji rió e, imitando a su amigo rubio, lo despeinó y se despidió de ambos, yendo hacia donde el menor se dirigía.

Los dos restantes se hundieron en un incómodo silencio, con el menor de los dos evadiendo la mirada de la pelinegra y ésta, nerviosa, buscando las palabras correctas.

Para sorpresa de ambos, el primero en romper aquél sofocante ambiente fue el medio rubio que, aún sin verla, se giró en su lugar.

ㅡ¿No vienes? ㅡle preguntó sin ningún sentimiento en su voz, empezando a caminar hacia los columpios que se encontraban a unos pasos de ellos.

ㅡUh, sí ㅡhabló, apurándose para llegar hasta donde estaba y subirse al lugar junto a él.

ㅡ¿Entonces...?

Sintió sus manos sudar y su cuerpo temblar pese que no había viento. Había esperado ese momento para tanto tiempo, y ahora que lo tenía no sabía qué hacer. Se sintió tan pequeña por primera vez en mucho tiempo y todo lo que pudo hacer fue respirar profundo y subir su vista hacia el cielo, como si estuviera pidiéndole apoyo a alguien allá arriba y, finalmente, comenzó a hablar.

ㅡNo pretendo que me perdones ㅡdijo, con su voz dura a pesar de querer romperse en ese momentoㅡ, tampoco quiero que pienses que quiero excusarme por lo que hice, solo... no sabíamos qué más hacer.

ㅡ¿Abandonar a un niño de tres años con unos desconocidos fue la mejor solución a sus problemas? ㅡsu vista se mantenía en el piso, jugando con sus dedos, con una voz impotente.

Fuyumi quería llorar.

ㅡClaro que no, Kazutora. Nunca quisimos hacerlo, pero no teníamos más opciones; él... mamá temía por tí, eras muy pequeño y no quería que te hiciera nada.

ㅡ¿A qué te refieres? Me dijiste que él no quiso hacerse cargo de nosotros.

ㅡEn un primer momento así fue, no quería saber nada de nosotros, incluso le dio dinero suficiente a mamá para que te abortase, pero ella se negó y te tuvo en secreto. Por eso sintió tanto miedo cuando se enteró que tú vivías, porque sabía que te buscaría y, si no te mataba, te llevaría con él y te educaría como sucesor. Ella no quería esa vida para tí, y todo lo que pudo hacer fue dejarte con su hermano.

Aquella confesión lo hizo fijar su vista en ella, notando sus ojos aguados.

ㅡ¿Qué?

ㅡNuestra madre se llamaba Mayuko Hanemiya.

Angel | Nahoya Kawata |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora