Angel | Nahoya Kawata |

cinco

Mientras Manjiro y Fuyumi discutían, los dos chicos rubios se escabulleron hasta atrás de un auto para tener una reunión improvisada. Chifuyu de vez en cuando dirigía su mirada hacia Kazutora para comprobar que siguiera inconsciente en el piso en medio de esa extraña dupla a la par que Takemichi caminaba de un lado al otro jalándose del cabello.

Decir que sabía qué hacer sería mentir. Incluso si parecía que la pelea había quedado en suspenso para poder observar la nueva que se estaba formando con la desconocida y el presidente de la Toman, aún debía evitar que Baji muriera y, quizás, la dichosa Koto.

Era estresante, quería llorar y si no lo hizo fue por la lata que cayó en su cabeza. Chifuyu miró confundido a su compañero, quien se encontraba sobándose la coronilla con una mueca, pero cuando estaba por preguntar qué le había pasado, una cabellera anaranjada hizo acto de presencia.

ㅡCielos, hombre. Deberías relajarte ㅡSmiley se acercó a ellos, con su característica sonrisa mientras se posicionaba sobre el techo del auto a sus espaldasㅡ. ¿Quién es la que no le teme a la muerte?

Los chicos se miraron unos segundos, planteándose la posibilidad de pedirle algo al diablo que se esconde detrás de una sonrisa. El primero en hablar fue Matsuno, quien, luego de asegurarse de que todo estaba bien -o algo así, considerando que la pelea que tenían Mikey y la recién llegada parecía haberse convertido en el espectáculo ahora- y de que Baji se encontraba sano y salvo fuera de peligro, se dirigió al presidente de la cuarta división.

ㅡSi no detenemos la pelea, probablemente sea un problema mayor ㅡdijo, sin rodeos, ganándose un codazo por parte de su rubio compañero.

ㅡSuerte con eso ㅡse burló, notando cómo la pelinegra ezquivaba la patada que Mikey hizo, trepándose en su espalda y haciéndolo caer al sueloㅡ. No se matarán. Sólo quieren demostrarle al otro quién es más fuerte.

Hanagaki cubrió su rostro al ver como Mikey quedó debajo de Fuyumi, quien traía una sonrisa burlona en su rostro.

Uno que otro alago salía de la boca de los integrantes de Valhalla, provocando que Samui suelte una fuerte risa a la par que pellizcaba las mejillas de Manjiro.

ㅡ¡Qué vergonzoso! ¡Mikey!ㅡ gritó el chico que poseía tatuajes en sus manosㅡ. ¡Una bella chica acaba de patear tu trasero! No solo eso,  ¡te humilló delante de todos aquí! ㅡ Fuyumi se levantó tendiendole la mano a Manjiro.

ㅡ¿Acaso quieres ser el siguiente? ㅡamenazó sujetándolo de la chaqueta.

ㅡEsa chica no le teme a la muerte ㅡsollozó Hanagaki apretandose las mejillas a si mismo ㅡ. ¡La van a matar y Naoto a mi!

ㅡNo creo que alguien pueda devolverla al infierno ㅡhabló Smiley sin borrar su sonrisa aún con su vista puesta en ellaㅡ. Está más que claro que ella del cielo no cayó.

ㅡEspera... ¿la estas alagando?ㅡSmiley abrazó el cuello de Takemichi mientras frotaba la cabeza de éste con su puño.

ㅡAy, qué cosas dices.

ㅡ¡Vamos Hanma! ¡¿Te da miedo terminar como el sujeto de allí?!ㅡcuestionó, según el mayor de los Kawata, la reencarnación de Lilith, señalando al chico en el suelo, quien, aún seguía inconsciente.

ㅡQue más quisiera yo...ㅡacarició el rostro de Fuyumi limpiando la sangre salpicadaㅡ. Sería un honor para mí recibir un golpe tuyo, pero...ㅡla tomó con fuerza del cabelloㅡ Arruinaste esta pelea.

ㅡCoqueteas de una forma raraㅡSamui lo empujó lejos de él para acercarse a Mikeyㅡ. Este... lamento golpearte ㅡ le tendió la mano con intención de ayudarlo ㅡ. Bueno, la verdad no. Pero, ¡hey! Al menos sigues en una pieza ㅡMikey sonrió de lado aceptando su mano.