Capítulo 5.- Citas para el engaño.

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Astrid se encontraba tomando un café junto con Hiccup, ambos usaban un gorro y estaban en la mesa más alejada del local, como si se escondieran de alguien, lo cierto es que ese era el plan, tratar de llamar un poco la atención. Una semana antes ambos habían firmado un contrato y tenían que salir en citas reales, pero simulando que se escondían, para dar de que hablar con los reporteros. Esta era la primera cita después de todo, ninguno de los dos sabían de que hablar, pero se les tenía que ocurrir algo y rápido, así que Hiccup fue el que comenzó.

- Bueno Astrid - le decía Hiccup mientras daba un sorbo a su café - como vamos a estar casados, deberíamos de conocernos un poco.

- Si es verdad - le contestaba ella un poco seria - deberíamos de saber lo básico ¿Qué día cumples años y qué edad tienes?

- Tengo 20 años y mi cumpleaños es el 28 de Octubre - le respondía él - y tú ¿Cuándo es tu cumpleaños?

- El 5 de Abril cumplí recién 20 años - le contestaba ella.

- Entonces tu cumpleaños fue hace una semana - le decía Hiccup sorprendido - no tenía idea.

- No me conocías así que no hay problema - Astrid pensaba que el día de su cumpleaños sus tíos le dijeron que Mérida se tenía que casar, pero eso no le parecía y ahora ella se encontraba en esta situación.

- ¿Qué tal si salimos y damos una vuelta? - le proponía Hiccup, después de todo estaba en el mall de Oslo Norway.

Astrid asintió y se levantó de su lugar, Hiccup pidió la cuenta y pago con una de las tarjetas de crédito, él tomo la mano de Astrid y le dio una leve sonrisa, las personas se le quedaban viendo y murmuraban sobre ellos, la mayoría reconocían a Hiccup ya que era hijo de uno de los empresarios más fuertes de todo Noruega, pero no sabían quien era su acompañante.

Los dos caminaban por el mall y se detenían en una que otra tienda a mirar, las personas seguían susurrando, Astrid notaba que algunas chicas murmuraban sobre ella e Hiccup, pero siguió ignorándolas. Ambos se detuvieron en una tienda de vestidos de novia, miraron el vestido que tenían en el aparador, era un vestido estilo de princesa, la falda era esponjada por todas las crinolinas de color blanco, con procedería en el corset, con una sola manga-

- Ese vestido es lindo - decía Astrid mientras lo veía - ¿Qué te parece?

- Creo que te verías rara en el - le decía Hiccup sonriendo - te verías vieja con él.

- Oye que cruel eres - le decía Astrid mientras le daba un golpe en el hombro.

- Aouh, ¿Por qué me pegas yo di mi opinión? - decía él mientras reía y la agarra de la cintura - aparte no quiero que mi futura esposa se vea vieja y fea en su boda.

Astrid tenía un leve sonrojo, pero se separaron y siguieron caminando, veían tienda tras tienda y solo observaban. No sentían ninguna presión, por el contrario sentían como si fuera una cita real. Se detuvieron en una tienda de mascotas y vieron varios perritos, entre otros animales, Hiccup veía como Astrid los miraba, tenía una mirada de niña viendo en el aparador.

- ¿te gustan los animales Hiccup? - le preguntaba Astrid aun viendo a los perritos.

- Si, de hecho tengo un gato negro con ojos verdes - le respondía él.

- Y de casualidad ¿no se llama Salem? - le decía Astrid sonriendo.

- No se llama chimuelo - le contestaba Hiccup riendo - le puse así porque no tenía dientes cuando era un cachorro y a ti ¿te gustan los animales?

- Sí, mi prima Mérida tiene un caballo llamado Angus - le contestaba Astrid feliz - aunque a mí me gustan los guacamayos azules.

Siguieron caminando y platicaban de sus colores favoritos, música, libros, películas entre otras cosas, en un día sabían que no se conocerían, pero al menos ya sabían algo el uno del otro. Hiccup llevo a Astrid a una tienda de peluches, le pidió que esperara afuera mientras el pedía cambio para el boleto del estacionamiento, ya que la cita había llegado a su fin, Astrid espero un rato sentada en una de las bancas fuera de la tienda, Hiccup al fin salía de ella con un gran oso de felpa, el cual traía un traje de dragón azul, Astrid se había quedado impresionada, era enorme el oso.

- Feliz cumpleaños Astrid - le decía Hiccup mientras se lo entregaba - lamento no habértelo dado el día de tu cumpleaños.

- Te dije que no era necesario - le decía Astrid aun impresionada - es hermoso, no puedo aceptarlo.

- Claro que si - le respondía él firme - él se ira a casa contigo.

- Hiccup no cabra en tu carro - le respondía Astrid.

- Claro que cabe en la parte de atrás - le respondía Hiccup sonriendo.

- Muchas gracias por el regalo, no era necesario - le decía Astrid feliz - pero te recuerdo que tu carro es deportivo y para dos personas.

Hiccup no recordaba que hoy venia en su Audi TTS del año, él se froto la cara con la palma de su mano en señal de frustración, pero igual encontraría una solución, si era preciso lo amarraría en el techo del auto, aunque eso implicara que se rayara la pintura gris plata con la cuerdas.

Ambos caminaron al estacionamiento y ahora llamaban más la atención con el enorme oso de felpa, Hiccup desactivo la alarma de su carro y le abrió la puerta a Astrid para que ella entrara, una vez que estaba acomodada, el con ayuda de Astrid, metieron el enorme oso y lo acomodaron a la perfección, Hiccup se subió y puso en marcha el auto, en dirección a casa de Astrid. Cuando llegaron Hiccup aparco el auto y se bajó de él, abrió la puerta de Astrid, saco el oso y le dio la mano a Astrid para que saliera de él.

Desde la ventana de la sala observaban Elinor y Mérida, veían que Astrid e Hiccup platicaban y como ella reía.

- Le compro un oso - decía Elinor sorprendida - y es enorme.

- Ni que un oso haga que se enamore - le decía Mérida a su madre, mientras le daba una mordida a una manzana - él está muy equivocado si piensa que con eso la va a conquistar.

- Oh Mérida no seas celosa - le decía Fergus riendo - recuerda que Astrid está sacrificando mucho.

Astrid e Hiccup seguían conversando, mientras Astrid sostenía el oso, Hiccup se encontraba recargado en el auto.

- Muchas gracias por el oso - le decía Astrid a Hiccup - y gracias por traerme a casa.

- No hay de que - le respondía Hiccup - mañana iremos a comer paso a tu casa por ti a las 3:00 p.m.

- No mañana trabajo - le decía Astrid - así que tendrás que ir a la empresa.

- Bien le pediré la dirección a mi padre - le decía Hiccup mientras se subía al auto - nos vemos mañana.

- Hasta mañana - le contestaba Astrid - y gracias de nuevo.

Hiccup se marchó y Astrid entro a su casa, su tía, tío, los trillizos y Mérida la miraban, Astrid se quedó seria por como la miraban con cara de sorpresa, ellos solo la miraban.

- ¿pasa algo? - les preguntaba Astrid un poco asustada.

- ¿y ese oso? - le preguntaba su tía, mientras su tío leía el periódico.

- Me lo regalo Hiccup, por mi cumpleaños - le respondía Astrid feliz - dijo que lamentaba el haberse tardado.

Mérida se levantó del sofá y se retiró sin decir nada, Astrid se sorprendió y cambio su semblante, pero no sabía porque Mérida tenía esa actitud, ella se retiró y se fue a su alcoba a descansar, después de todo había tenido un día largo.

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se que me tarde y mucho, pero prometo ya no tardarme, gracias por su comprencion y gracias por leer c':

¿Un contrato por Amor? (Hiccstrid en la vida real)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora