Capítulo 1.- Si tan solo fueran otras circunstancias.

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Astrid apagaba el despertador de su habitación, no había dormido nada en todo la noche por causa de los nervios, su tía le había dicho que el viernes tenía una cita con la familia de su futuro esposo y no se sentía con ánimos de ir a conocer a sus futuros suegros.

Ya había pasado bastante tiempo y Astrid a un seguía en la cama, ella y Mérida irían de compras junto con su tía Elinor, pero no se sentía de ánimos, ella solo quería seguir en su cama. Mérida entro al cuarto de Astrid y la observo, ella se sentía culpable por aquel compromiso, pero aun así no dijo nada solo se quedó callada.

- Tienes miedo - le decía Mérida, mientras Astrid se levantaba de su cama - se te nota en la mirada.

- Quien no tendría miedo - le contestaba ella, mientras agarraba su ropa para darse una ducha - después de todo me casare con un desconocido, pero no hay problema, todo saldrá bien.

Astrid se metió a la ducha, mientras Mérida salía de su cuarto y se dirigía abajo a desayunar. Después de un rato Astrid bajo y desayuno rápido, mientras Elinor tenía todo un día preparado para hacer que Astrid resaltara su belleza, las chicas terminaron de desayunar y se fueron directo al centro comercial. Astrid traía una falda color rojo vino, con botas hasta la rodilla de color café y una blusa de holanes color blanco, su cabello lo traía recogido con una trenza hacia un lado, mientras que Mérida usaba un short azul cielo desgarrado, una blusa de color gris y tenis conversse, su cabello la traía suelto y alborotado.

Después de un rato ambas traían varias bolsas de las compras que habían hecho durante la mañana, Mérida y Astrid decidieron ir a comer algo, mientras su tía escogía unos vestidos.

- Sí que fue divertido este día - decía Mérida feliz y triste - extrañare estos días.

- Hablas como si me fuese a ir lejos - decía Astrid riendo - yo no me iré, solo me casare.

- Si lo sé, pero no deberías de casarte - decía Mérida triste - no quiero que lo hagas.

- Todo saldrá bien - decía Astrid mientras abrazaba a su prima - ya verás que todo saldrá bien.

Después de que las chicas comieran fueron a la tienda, en la que su tía se encontraba era una de las más lujosas de todo el centro comercial, ese tipo de tiendas eran demasiado caras, ya que los vestidos eran de diseñador. Astrid y Mérida se vieron la una a la otra, se sentían como si se hubiesen perdido, ellas miraron los vestidos y realmente eran caros. Astrid miro una de las mascadas y se sorprendió por el precio, costaba 5.000 Euros, era demasiado cara, ''mírame, pero no toques'', pensó en ese momento. Astrid decidio ir por Mérida y buscar a su tía, pero Mérida ya no estaba, Astrid se había quedado atrás, ella miro a todas partes, pero ni rastro de ellas. Astrid sintió que no las encontraría, así que mejor se salió de la tienda, ella se dirigía a la salida cuando empezó a escuchar el tono de su móvil, Astrid lo busco desesperadamente en su bolso mientras seguía caminando, pero no lo hallaba. Ellas seguían distraída en su bolso, tratando de buscar el móvil y ver quien le hablaba, mientras seguía caminando, sin siquiera fijarse por donde iba, ella choco con una persona y se calló al suelo, esparciendo varias de las bolsas, de las compras que ella había hecho en la mañana.

- Discúlpame, no vi por donde caminaba - decía la persona con la que Astrid había chocado, mientras que ella se frotaba su frente - ¿te encuentras bien?

Astrid vio que la persona con la cual había chocado era un chico, se veía de unos 20 años de edad, era de tés blanca, su cabello era castaño rojizo y sus ojos de color verde, realmente te hipnotizaban esos ojos, era un chico realmente apuesto. Astrid recupero el sentido y se levantó recogiendo sus cosas, mientras que aquel chico la ayudaba.

- No hay problema - le contestaba Astrid - fue mi culpa por caminar sin fijarme.

- Realmente lo siento, me apena esta situación - decía él mientras que sus pómulos se le tornaban de color rosa y hacían resaltar sus pecas.

- No te preocupes fue mi culpa - le decía Astrid.

Astrid se sentía apenada, pero realmente se alegraba haber chocado con aquel muchacho. Aunque esa idea se desvaneció por completo, ya que ella hoy vería a su prometido y eso no le agradaba. Astrid escucho su nombre varias veces y tanto el chico como Astrid voltearon y era Mérida, quien la llamaba.

- Astrid, te hemos estado buscando - le decía Mérida empujando a su prima - vamos mama ya está en el coche.

- Si, voy, no me empujes - le decía ella tratando de quitársela, giro su cara para ver al muchacho y solo se despidió - nos vemos, y lo siento de nuevo.

Mérida y Astrid se alejaron de ahí y se dirigían directo al estacionamiento, mientras que Mérida no aguanto las ganas de preguntar.

- ¿Quién era él?, Astrid - le preguntaba Mérida.

- No lo sé, no le pregunte su nombre - le contestaba ella.

- ¿Por qué no?

- Porque yo me casare y hoy conoceré a mi prometido - le contestaba Astrid seria - si estas fueran otras circunstancias, todo sería diferente.

Astrid y Mérida llegaron al coche y se fueron a casa, ya había pasado toda la mañana en el centro comercial y ahora seguía una guerra enorme con sus sentimientos. Solo faltaban 5 horas, para el encuentro con su futuro esposo y eso la ponía de nervios, ''la cita será a las 8 p.m. en la oficina del sub director, ahí se decidirá todo'', Astrid recordó lo que sus tíos le habían dicho una noche anterior y realmente se sentía nerviosa, pero eso no cambiaría nada, ya que ella lo hacía por su familia.

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otra parte mas, cometen si les gusto.

gracias por leer c':

¿Un contrato por Amor? (Hiccstrid en la vida real)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora