Astrid no dejaba de moverse del sofá de la sala, su tío la observaba y no dejaba de reír. Ella lo observo malhumorada, pero él no dejaba de reír, miro a Hiccup y este se encontraba leyendo un libro, quitado totalmente de la pena.
- Hiccup - mencionaba Astrid, observándolo con molestia - te odio.
- Ya lo sé - respondía él sin dejar de leer - me lo has dicho por dos semanas.
- Te odio mas porque lo sabes - respondía ella molesta - dos semanas, dos semanas me tuviste encerrada y custodiada por varias personas, ya ni siquiera recuerdo como sentarme.
- La hubieses encerrado en una torre muchacho - le decía el tío de ella soltando una ricilla al igual que Hiccup.
- Aunque la hubiese custodiado un dragón, no se hubiera quedado quieta - respondía Hiccup aun riendo - por lo menos ya se le acabaron las dos semanas.
Astrid solo ponía gesto de molestia y hacia un pequeño puchero, el doctor le había dicho que tuviese reposo total por dos semanas y en esas semanas, Hiccup, no la había dejado hacer nada, solo moverse lo necesario y las horas que él no estaba en casa, la dejaba acompañada de alguien. Hoy era el último día de reposo total, sus tíos la visitaron muy seguido durante estas últimas dos semanas y hoy no era la excepción.
- Bien, ya está todo listo - decía su tía saliendo de la cocina - ¿Segura que te podrás hacer cargo cielo?
- Claro no habrá problema alguno - contestaba Astrid sonriendo - ¿verdad Hiccup?
- No se preocupe señora DunBroch - respondía él sonriendo - podemos encargarnos de tres niños y una adolescente, así que no hay de qué preocuparse.
- Yo puedo quedarme en casa - mencionaba Mérida leyendo una revista en uno de los sofás - y podría cuidar a mis hermanos sola.
Hiccup, Astrid y los Sres. DunBroch, la miraron frunciendo el ceño, ella solo se encogió de hombros, al sentir la mirada fría de los cuatro.
- Claro que no - decía Astrid cruzada de brazos - no después de lo que hiciste hace dos semanas.
- No fue para tanto - se defendía Mérida.
- Golpeaste a los hijos de los tres socios de tu padre - mencionaba Hiccup serio - y casi haces un baño de sangre en la fábrica por eso.
- Sin decir que casi perdimos a los tres socios, gracias a que alguien huyo de casa - volvía a decir Astrid.
- Y regreso con el rabo entre las patas con su madre - decía Hiccup.
- Podrían callarse los dos - decía Mérida molesta.
Los tres chicos continuaron riñendo, mientras los Sres. DunBroch solo observaban la riña de ellos. Elinor miro el reloj de pie de la sala, marcaban las 4p.m. aun era temprano.
- Bueno, ya hice la cena, podrán comerla más tarde - decía Elinor interrumpiendo la riña de los chicos - aquí están los teléfonos del hotel, del salón de la conferencia y ambos móviles, de Fergus y el mío.
Ella miro a sus tres pequeños hijos que jugaban en el piso de la sala, vio a Mérida como leían sentada junto a Astrid.
- ¿Seguros que podrán manejarlo? - volvía a preguntar ella preocupada - igual Fergus puede ir solo y yo me puedo quedar.
- No se preocupen - respondía Hiccup sonriendo - todo estará bien, nos haremos cargo.
- Solo serán 5 días - mencionaba Astrid sonriendo - vayan a la conferencia de innovación del diseño, disfruten y hagas acuerdos comerciales con otras compañías, nosotros dos podemos manejarlo.
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¿Un contrato por Amor? (Hiccstrid en la vida real)
FanfictionHiccup Haddock es uno de los herederos de las empresas más importas de Oslo Noruega, Las Empresas Berk. Sin embargo su abuelo al morir estipula que todas las acciones de las empresas se heredaran al primer nieto que haya contraído matrimonio y es ah...