Capítulo 23.- Miedos e inseguridades.

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Se podía escuchar el fuerte rugir de los relámpagos, como el frio de aquella mañana de verano, penetraba con fuerza por la ventana. Hiccup se encontraba parado enfrente de ella, observaba los edificios a su alrededor, los automóviles en movimiento por la calle transitada y como la gente abultada, corrían con prisa y otros solo caminaban tranquilos por la acera o cruzando la calle, pero sobre todo, veía el cielo cubierto por las nubes grises, habría una tormenta. Hermoso día para que la hubiera, y más porque hoy tenía una junta con los socios accionistas, directivos y abogados. Hoy se decidiría todo, el futuro de Berk, el legado de varias generaciones, escritas en unas hojas de papel, en una sola voluntad de un hombre.

Bruthilda entraba a la oficina, observo como Hiccup miraba a la ventana, ella carraspeo su garganta un poco para hacerse notar - ya es hora - le dijo seria, él la miro y solo le sonrió.

- ¿Crees que estén molestos? - le preguntaba él tomando algunos papeles y guardándolos en su maletín - yo pienso que me comerán vivo, no sé, creo que esta tormenta es un presagio.

- Creo que, tal vez, ellos estén más aterrados - respondía ella con una sonrisa en su rostro - al menos eso vi en sus caras.

Él se dirigió la sala de juntas, los segundos en el elevador le parecieron una eternidad, los nervios y el estrés, no lo habían dejado dormir en las últimas noches, empezaba a sentir el cansancio. Esta junta debía de llevarse a cabo hace una semana, pero, por una u otra razón, la habían tenido que posponer.

Las puertas se abrieron, recorrió aquel largo pasillo de duela color caoba, solo podía escuchar el sonido de su caminar, cada paso era un martirio, se detuvo, miro aquellas inmensas puertas de fina madera, con tallados de dragones y soltó el aire de sus pulmones.

Al abrir las puertas, se dio cuenta que todos lo esperaban, su padre le dio una mirada y este solo asintió en afirmación, tomo su lugar en aquella mesa y saludo en general con debida educación, recordando aquellas clases de modales que su padre le había impartido. Miro a su primo, pero este se encontraba recargado en la mesa con desinterés, no tenia ánimos de estar ahí al igual que él, pero al menos él no lo mostraba.

- Bueno, demos inicio a esta junta - decía Estoico serio - todos sabemos la razón de esta reunión, abogados.

Estoico tomo asiento y cedió la palabra a los abogados que se ponían de pie, Hiccup los conocía a la perfección, eran Gobber, Spitelout, Buket, Compost y Sven, desde niño los conoció, sino que desde antes.

- Cuando el Sr. Haddock, que en paz descanse, hizo su testamento - decía Sven serio, un hombre robusto de voz chillona, sin un cabello en su cabeza, pero un bigote rubio bien peinado - aclaro que si ninguno de sus herederos contraía matrimonio antes del plazo de un año, todas y cada una de sus acciones, que equivalen a un 70% de la compañía, se repartirían entre todos los socios accionistas.

- El fue muy claro en decir quiénes eran sus dos candidatos herederos - agregaba Compost serio, era un poco más bajo y más robusto, su cabello era castaño corto, pero abundante y usaba su barba poco larga - que estos dos serian, Snotlout Snotface Jorgenson, hijo de Spitelout Jorgenson aquí presente - señalaba con su mano Spitelout, que era un hombre fornido, de barba corta igual que su cabello y de color negro - y a Hiccup Haddock, hijo de Estoico Haddock.

- Hemos tenido meses difíciles y lo sabemos - soltaba Buket con mirada distraída, el era mucho más alto que los demás y su cabello era rubio - ya que no hemos podido tomar decisiones, porque el 70% aun no se puede manejar.

- Y si seguimos sin tomar decisiones, Berk podía acabar en la ruina, ya que dejamos pasar varias oportunidades provechosas para esta compañía - decía Spitelout serio y dando fuertes toques en la mesa con su dedo índice - así que ya es hora de manejar esas acciones y tomar decisiones.

¿Un contrato por Amor? (Hiccstrid en la vida real)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora