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Hoseok suspiró al ver el dinero que quedaba, no era poco, pero próximamente podría serlo.

Y es que se habían quedado casi sin ingresos debido a que Namjoon se había quedado sin empleo.

Así que se levantó muy temprano y en la mañana se puso a preparar tortillas de harina, freír frijoles e hizo una cazuela de papas con carne.

—Ahora sí vamos a desayunar como reyes —dijo Namjoon siendo guiado por el aroma hasta la cocina.

—Tas loco, allí les freí frijoles. Estos los voy a vender.

—¿En dónde?

—En la escuela de Jungkook. Ahorita anda todo bien caro ya le subieron a las tortillas de maíz y necesitamos feria.

—Ya... si quieres puedo buscar otro empleo y...

—¡No! —dijo asustándolo. Lo que menos quería era que alguien se sintiera culpable—. Tú sigue estudiando para que pases ese examen.

—¿Seguro?

Hoseok le sonrió enormemente y le dio un abrazo.

—Sí, sólo quiero lo mejor para ustedes.

[...]

Jungkook estaba avergonzado. Si de por sí ya lo molestaban porque era el único mayor de 18 estudiando en su salón, seguro lo iban a molestar al saber que su hermano vendía burritos.

Hoseok le puso dos en la mochila.

—Qué te vaya bien y saques puros dieces.

—Simón... gracias, bro —caminó un poco encorvado. Hoseok le chifló y Jungkook volteó a verlo.

—Camina bien, te va a salir joroba.

Jungkook lo ignoró, sabía que después le iba a jalar las orejas.

Llegó al salón y dejó su mochila en su lugar destinado.

Lo sabía, era guapo, las chicas siempre lo miraban y habían varios compañeros que envidiaban eso de él. Pero Jungkook no tenía interés en nadie de su escuela.

—Ya llegó el chavorruco —Jungkook gruñó al oír ese apodo que tanto odiaba.

Antes, como no tenía a nadie se iba con Taehyung, pero su hermano no pasó de tercero y ya no quiso hacer gastar a sus hermanos.

Jungkook estaba en quinto semestre, sólo le faltaba uno más para olvidarse de todos sus compañeros.

Había salido a su descanso y se fue a sentar en una banca cuando le dio la primera mordida a su burrito divisó a su hermano Hoseok tras la reja pidiéndole que se acercara. Jungkook negó con la cabeza.

—Sí, cabrón, ven —pudo escuchar. Jungkook miró a su alrededor y se acercó a la reja.

—¿Qué pasó?

—Se me terminaron —dijo con una enorme sonrisa.

—¿Los vendiste todos? —Hoseok asintió con la cabeza—. Qué chido. Yo apenas los estoy comiendo, te quedaron bien ricos.

—Le voy a decir a los chicos que soy re bueno para la cocina yo creo que sí me abro mi fondita allí en el cerro.

—Simón y pones al D a chambear como mesero que también es bien huevón.

—¿Y tus amigos? —preguntó Hoseok de pronto, Jungkook estaba solo, nunca hablaba de sus amigos, pero sí había mencionado que solía llevarse bien con varias personas.

LMB [VMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora