Cuenta la leyenda que cuando el Hijo de Adán en carne y hueso, en el trono de Cair Paravel esté sentado, los malos tiempos habrán acabado.
Para la paz poder conservar, el alma más pura una naturaleza especial tendrá. Su grito será tan potente que d...
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En La Mesa de Piedra se notaba la tensión que había después de que un fauno arquero divisara a un soldado telmarino vigilando el fuerte donde se estaban ocultando.
- Solo es cuestión de tiempo. -dijo Peter en medio de la sala con la atención de todos puesta en él-. El ejército de Miraz y sus máquinas de guerra están en camino. -miró a todos los presentes-. Precisamente por eso, el castillo está desprotegido.
- ¿Qué proponéis que hagamos, majestad? -preguntó Reepicheep desde una roca.
- Tenemos que planear-
- Debemos prepararnos-
Caspian y Peter contestaron a la vez a la pregunta del ratón interrumpiéndose el uno al otro creando aún más tensión de la que ya previamente había. Si las miradas matasen, ahora mismo se habrían quedado sin el telmarino en la sala. De todos era sabido que al Sumo Monarca no le caía en gracia el nuevo Hijo de Adán, no le inspiraba confianza y menos aún le gustaba que le intentase quitar el puesto entre los narnianos. Caspian desistió mirando al suelo y cediendo la palabra al rubio.
- La única esperanza que tenemos es atacar nosotros primero. -retomó su discurso Peter.
- Es una locura. -debatió Caspian-. Nadie ha tomado ese castillo antes.
- Siempre hay una primera vez. -se encogió de hombros.
- Jugamos con el elemento de la sorpresa. -apoyó Trumpkin al Pevensie.
- ¡Pero aquí tenemos ventaja! -intentó convencerles el telmarino.
- Si nos pertrecháramos bien aguantaríamos indefinidamente. -apoyó Susan a Caspian.
Peter miró a su hermana con reproche en la mirada, ¿se ponía antes del lado de un telmarino que del lado de su propio hermano?
- Yo, por primera vez, me siento más seguro bajo tierra. -dijo el tejón.
- Mira. Aprecio lo que habéis estado haciendo aquí, pero esto no es una fortaleza. -Peter se dirigió exclusivamente a Caspian-. Es una tumba.
- Si. Y si son listos esperarán a que nos muramos de hambre. -dijo Edmund posicionándose del lado de su hermano mayor.
- ¡Podemos almacenar nueces! -dijo una ardilla que hasta ahora había estado en silencio al lado del ratón.
- ¡Si! -contestó sarcástico Reepicheep-. Y se las tiramos a los telmarinos. ¡Cállate! -reprendió a la ardilla antes de girarse a los humanos-. Ya sabéis de que lado estoy.
Peter volvió a mirar a su alrededor posando su mano en el pomo de su espada antes de dar un par de pasos hacia Glenstorm.
- Si consigo que las tropas entren, ¿podréis encargaros de los guardias?
