🧹 Capítulo 5 ⭐

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Capítulo 5

—Hijo, ¿cómo te fue en tu primer día oficial como médico del Nueva Fundación?

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—Hijo, ¿cómo te fue en tu primer día oficial como médico del Nueva Fundación?

Sebastián se obligó a volver a la realidad.

Había estado pensando todo el día en Esperanza, ideando una forma de disculparse por su comportamiento del viernes, extraño y a todas luces, acosador.

Pero aunque estuvo atento por si la veía en los pasillos, la cafetería o las oficinas administrativas, ella no apareció. Quizá no hubiera ido a trabajar por alguna razón personal. Lo mataba la culpa el sólo hecho de imaginar que la ausencia de ella tuviera que ver de alguna forma con el suceso del viernes.

—Todo fue muy bien, mamá — repuso él dedicándole una expresión afable.

Enrique Cardona miró a su hijo con una admiración y un cariño infinitos.

—Eres un hijo maravilloso — dijo mientras ponía una mano sobre su hombro —. Siempre nos haces sentir orgullosos.

Margarita, la madre de Sebastián, asintió.

—Eres el regalo que Dios nos ha dado, luego de tantas desgracias y desilusiones.

Él estrechó la mano de ella, siempre cálida.

No creía en Dios, pero entendía que no se trataba de él sino de su madre.

—Ustedes son el regalo, mamá. Mi ejemplo a seguir y la razón por la que me levanto todas las mañanas.

Y así era.

Sebastián sostenía a sus padres desde hacía dos años que había regresado al país, luego de realizar su especialización en el extranjero.

Enrique había pagado los estudios de su hijo mayor con los ahorros que había juntado de toda una vida. La medicina no era nada económica.

Había llegado el momento de retribuirles a sus padres todo el cariño y el esfuerzo que habían puesto para que él pudiera seguir su vocación. Y Sebastián lo hacía con todo el amor del mundo.

—¿Y ya tienes amigos? — preguntó su madre en tono sonsacador — ¿Alguna chica?

—Estoy enfocado en mi trabajo y nada más — exclamó.

Pero un brillo intenso en sus ojos lo traicionó.

Enrique soltó una carcajada.

—¡Claro que le gusta alguien! ¿Le habías visto esa expresión alguna vez, Margarita?

Ella negó con la cabeza.

Una sonrisa se escapó de los labios de Sebastián, pero no agregó nada más.

Una sonrisa se escapó de los labios de Sebastián, pero no agregó nada más

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La chica de la limpiezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora