Capítulo 16
Transcurrieron tres semanas.
Esperanza recibió todos los resultados y acudió a su segunda cita con Berenice.
Ella determinó que tenía acné conglobata, una clase de acné severo que era más común en hombres que en mujeres. Le recetó un medicamento muy fuerte que según estudios comprobados, disminuía la producción de sebo, el causante de los nódulos y comedones.
Berenice reguló los efectos del medicamento con citas periódicas y le advirtió a Esperanza que la llamara si notaba algún efecto extraño en su cuerpo. Por fortuna, el medicamento sólo cambió el ciclo menstrual de Esperanza y algunas veces le caía pesado al estómago.
Acompañó el medicamento con la dieta y ejercicio físico.
También tuvo las dos sesiones con Luis, un psicólogo que conocía a Berenice y a Sebastián.
Esperanza le contó sobre lo mucho que el acné había afectado su vida social, su salud mental y el hecho de que había disminuido considerablemente su autoestima.
Luis fue el que le recomendó hacer ejercicio, así como buscar un hobbie que le llamara la atención. También le sugirió esforzarse por mantener el contacto visual cuando hablara con las personas, así como intentar frecuentar lugares públicos, ya que eso le ayudaría a ampliar su círculo de amigos.
Ella siguió todos esos consejos, excepto el último. Esperanza creía férreamente que la vida ponía en el camino de cada quien a la gente correcta. La aparición de Sebastián no había hecho más que confirmar esa teoría.
Eligió como hobbie la lectura. Había una biblioteca pública a tres cuadras de su casa y prestó los libros de las hermanas Brontë. Decidió comenzar por Cumbres Borrascosas, un libro que la tenía sumamente fascinada.
Las espinillas y pústulas empezaron a remitir poco a poco en el rostro de Esperanza. Todavía requería mucho tiempo, incluso meses, para que el acné cediera por completo. Berenice decía que lo más probable era que fuera necesario someterse a un tratamiento de Peeling químico porque podían quedarle cicatrices muy hondas.
Debido a todo eso, había ido recuperando su seguridad y autoconfianza perdidas al punto de salir a lugares públicos con Sebastián de forma más frecuente.
Llevaban casi un mes de novios y hasta ese momento, no habían pasado de los besos, los abrazos y las caricias intensas que se daban cuando él la dejaba en su casa.
Pero Esperanza ya estaba lista para dar el siguiente paso.
Sebastián y ella habían quedado de ir a comer a un restaurante elegante un sábado por la noche. Como era una ocasión especial, Esperanza decidió ir de compras.
Normalmente, destinaba muy poco dinero para ropa porque en su trabajo siempre estaba con uniforme y como no salía de casa, no le importaba mucho vestirse bien o no. El cuidado personal estaba muy ligado a la autoestima.
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La chica de la limpieza
ChickLitSebastián acaba de entrar a trabajar como neurólogo en el Hospital Nueva Fundación. Es un hombre serio, profesional y muy organizado que sólo quiere realizar un buen trabajo y ejercer su pasión: la medicina. Su visión práctica y cuadriculada cambia...