Capítulo II

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—  Señor Choi. Me puede decir ¿Qué le causa tanta risa? — el maestro Wang, preguntó irritado, al chico, que al escuchar su apellido, disimuló su expresión a una seria. Aquellos reclamos constantes en los cuales eran mal vistos en el colegio, también se encontraban en la facultad.

Las miradas de los demás estudiantes, divagaron desde el pizarrón a él, incomodando su privacidad e hiriendo su orgullo profundamente, haciéndolo sentir peor que con sólo las fuertes y firmes palabras del maestro - Fíjense en sus propios problemas, malditos chismosos - fue lo que pensó Beom frunciendo el ceño con desagrado. Era reprimente que te miren como un raro, era como ser el centro de atención de todos pero de una forma menos bonita. Los que atendían adelante se giraban para verlo, hasta podía sentir como le clavaban las miradas por detrás en su nuca y eso a nadie le gustaba, ni un poco. Entonces, ocultó su teléfono bajo el pupitre, para que nadie lo acusara. Pocos eran los que tenían piedad de no decirle al maestro tal acto. De que estaba prohibido, lo estaba sí. Pero de que les serviría avisar al docente de algo que también ellos habrían hecho, si quiera una vez.

— Si no le interesa mi clase. Puede retirarse. — continuó con su reclamo diligente, al no escuchar ninguna palabra de disculpa, por parte de su alumno.

Beomgyu se levantó de su asiento, claramente enfadado, sin ninguna pisca de respeto y como si hubiese sido un mandato, salió del aula, cerrando la puerta detrás de él.

Algunos chicos lo miraron asombrados, pues era extraño ver que uno de ellos se atreviera a dejar una clase por simple capricho y entre ellos Soobin también no sabía que pensar. Su maestro que igual lo vio, no le tomó importancia, daba igual que solo uno se fuera. Si no le gustaba, simplemente no le gustaba. La universidad era así, los profesores no reclamaban por tareas atrasadas, ni cuando faltabas a sus horas en específico, simplemente esperaban si pasabas el semestre o no, así de sencillo.

Soobin se quedó por el resto de la hora en la clase. Ya se lo podría esperar de Beomgyu, no era un mal chico, solo actuaba sin pensar y eso lo hacía ver distinto junto a Soobin. Pues a él nunca se le habría pasado por la mente en desafiar a un mayor; peor siendo una autoridad. Si el habría copiado esas acciones, primero recibiría unos fuertes reclamos de sus padres y eso era poco, sin contar los castigos que le esperarían dentro de su hogar. Siempre fue considerado un buen niño, estudioso y responsable; como era en casa, era igual en la escuela. Sus padres lo criaron bien y sus maestros nunca se quejaron de él. Era un chico prodigio, pero siempre siguiendo las reglas de sus padres, literalmente arreado por ellos, sin su consentimiento.

— ¿Porque hiciste eso? — Soobin le pregunto con una firme expresión en sus ojos casi enojado, a su amigo que recientemente había regresado un poco más tranquilo y pacífico, después de que el señor Wang salió del salón.

— Se lo merecía. — se sentó en su banca de metal teñida de azul y cruzó sus brazos con molestia — Además a quien le interesa su clase, después de que me hizo quedar mal frente a todos.

— Los celulares no se usan en clase. — intervino el de tez pálida. Pareciendo que defendía a su maestro, y diciendo algo justo, aunque solo quería el bien para su amigo. No estaba bien que se metiera en problemas desde un principio.

— Lo se. Pero solo vi un mensaje de Taehyun, que me causó gracia. — casi ríe al acordarse de tal mensaje — Además tenía que elegir bien sus palabras, yo solo hice lo que me dijo.

— Te lo tomaste muy literal.

— No me importa. Con el tiempo, tal vez se olvide de lo que hice. Una clase perdida, no va afectar mis calificaciones. — cerró su libro con fuerza, causando el golpe seco de su palma contra la portada.

Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora