Yeonjun ⋆ Soobin

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El atardecer era bello, durante las cinco hasta las seis, ver como el sol se ocultaba mientras que con sus rayos coloreaba a las nubes de naranja era un fenómeno maravilloso de observar y del cual justo ahora Yeonjun no quería perdérselo.

La combinación de la luz con el cielo azul le daba un lindo tono rosa admirable de mirar.

Cuando el sol comenzaba a ponerse en su punto, alguien interrumpió su momento.

— ¿Hyung? — la voz delicada de Soobin lo sacó de sus aires de paz.

Regresó a ver a quien le robaba sus suspiros cada instante — Mmm… Dime Binnie.

— Ya está la cena. Tu madre me mando a llamarte.

Una linda sonrisa decoro los voluminosos labios del mayor. — ¿Quieres ver el atardecer conmigo? Falta poco y luego entramos a comer.

Soobin obedeció y se posó a su lado, mirando con atención el punto fijo al sol dorado; sin embargo, se distrajo y deslizó su vista hacia el mayor. Miró sus ojos tan brillantes por el reflejo de la luz solar, que lo dejaron embobado. Yeonjun simplemente era precioso, pues su delineado perfil no indicaba ninguna impureza en su delicado rostro. Su expresión era neutra, por lo cual era aún más maravilloso.

De pronto el cielo se oscureció en largos minutos y el brillo de las pupilas de Yeonjun se fue apagando, cambiando al igual que el cielo, que habría espacio a las lindas estrellas. Y se volteó sin aviso, encontrándose con la mirada fija de Soobin sobre él.

— ¿Lo viste? Fue hermoso ¿no?

Al menor le tomó unos segundos en reaccionar. Parpadeo varias veces para regresar los pies a la tierra. — Siempre serás así de hermoso.

Un pequeño bufido se le escapó al mayor e hizo que sus pómulos se levanten debajo de sus ojos gatunos. Le causaba risa y ternura su novio.

— ¡Soobiiiin! — se oyó a lo lejos, dentro de casa, el llamado de la madre de Yeonjun, quizá habían demorado más de lo debido.

— Oh cierto. Hay que ir. ¿Nos vamos?

Yeonjun estiró su mano para llevar a Soobin consigo, pero él demoró en tomarla.

— Pero antes, ¿podrías besarme?

Eso dejó atónito al castaño, desde cuando preguntaba tal cosa, pero también le dio un poco de gracia. Soobin a veces resultaba ser un completo niño...

— No deberías preguntarlo. Solo hazlo. — motivó a la vez que sonreía de manera cerrada.

También hizo reír al pelinegro — Está bien... — y se acercó en un segundo, mirando las facciones del chico frente suyo, como si nunca lo viese, como si nunca supiera lo que tenía a su lado, porque para él siempre era sorprendente haberlo ganado en la guerra.

Por muy delicado que fuese, atrapó a Yeonjun con sus labios y sonriendo entre el beso al escuchar un pequeño y corto jadeo, continuó perdiéndose en el cariño que lo carcomía. Así, cuando había veces que lo besaba con mucho cuidado, en otras, solo pensaba en devorarlo.

Su mano inquieta se puso en el mentón de Yeonjun para no dejarlo escapar, mientras que él, con simpleza, se sostenía con ambas manos de sus hombros. El beso continuo con tranquilidad en donde percibían el exquisito aroma de cada uno, aunque no les duró mucho.

— Soobin ¿Encontraste a Yeonjun?… — el último nombre fue soltado con sorpresa al presenciar la escena que rápidamente la cortaron, separándose y viendo a la mujer frente a ellos, como si no hubiese pasado nada. — Lo siento hijo... No quería interrumpir, pero la cena está servida. Más les vale que se comporten durante la comida. En especial tú Soobin, por tus padres.

Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora