Capítulo XII

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En la casa de Beomgyu, todo estaba decidido. Cuando su padre no se encontraba allí, la señora Choi había aceptado la propuesta de su hijo sin quejas. «1» porque conocía muy bien al amigo de su hijo y sabía que podía confiar en él mientras su muchacho viviría allí por un largo periodo, y «2» por su dichoso esposo que la hizo sentirse terriblemente avergonzada con los señores Kang, pues era su gran amiga al igual que sus hijos que conllevaron su amistad a una relación mas íntima. Era grato que esa familia lo aceptara, pero que decepción pensar en que su marido no apoyara a su propio hijo. No se negó en ayudar desde que escucho a su progenito decir que no quería estar más cerca del hombre mayor.

— ¿Ya tienes listas las maletas? Tu madre me pidió que ya las bajara al auto. — Taehyun entraba a su habitación para verificar si ya lo tenía, aunque el mayor sin ganas seguía acomodando sus prendas bien dobladas en una maleta viajera para que le alcanzara todo lo necesitado.

Miró su armario casi vacío con cautela de no olvidar lo mas importante hasta despojar sus pensamientos distraídos y posar su vista al peligris que recientemente ya no se le notaba ese color tan claro, se estaba borrando en cada mechón. — Ya te he dicho que puedes tratar con mas confianza a mamá y creo que solo me falta guardar algunos pares de zapatos.

— No te veo tan contento.

Era normal de su personalidad que sea así de directo, no podía esperar o adivinar una respuesta.

— Extrañaré mi hogar en estos años. Prácticamente tengo muchos recuerdos aquí.

— ¿Con tus padres?

— Y contigo.

Le afectaba tener que despedirse de los detalles que amaba, como la textura de sus muebles color blanco crema o el olor a las paredes húmedas en época de invierno. Aunque sea algo molesto cuando lo vivía ahí mismo, ahora era algo extrañable.

— Nuestro primer beso.

— ¿Aún lo recuerdas? Ese día tuvimos un ataque de nervios. — Y los momentos que más se quedaban archivados en su memoria era los que complacían su felicidad. Esa casa tenia mucho que contar y tantos sentimientos que se acogían en sus paredes. — Es tan duro decir a todo esto un 'adiósʼ.

Taehyun también se quedó recorriendo la habitación observándola ya sin tanto color por retirar algunas decoraciones de la pintura o estantes. Se detuvo frente a la cama debajo de sus rodillas y solo se sentó en el piso apoyando su espalda en la extensión de la madera que sujetaba el colchón. No le gustaba ver al mayor con angustia mientras guardaba lo último que le quedaba y su cuello descubierto sin su lindo cabello le recordaba que no estaba en las máximas condiciones para actuar divertido. Le hizo señas para que tomara asiento junto a él y cuando lo tuvo cerca acaricio su mano apoyada en el suelo. Los dos vieron sus dedos juntarse sobre la alfombra, entrelazándose con algo tan simple como mirarse de frente, causó un cosquilleo de nervios e igual como en su época de pequeños jóvenes, se besaron tan finamente tierno y corto. Era idéntico a su primer beso; en el mismo sitio, postura y la misma habitación que dejarían por primera vez.
Beomgyu quiso reír, pero sus sentimientos no eran los mismos como aquella vez, así que después de su bufido, la tristeza lo invadió y abrazó a Taehyun mientras se deshacía en lágrimas. Por más que odie a su padre, él no tenia la culpa para irse de allí.

— Beomgyu, Taehyun. Nos haremos tarde, chicos. — la mujer encargada en llevar a su hijo les llamó para que salieran lo más pronto posible. Dentro del plan también era que su esposo no debía enterarse de eso, y ni siquiera supiera a donde se iría Beomgyu.

Rápidamente cerraron las maletas, la mas grande cargó el menor escaleras abajo y detrás suyo el castaño con un par de maletas medianas y su celular en mano. Antes de bajar, se había arreglado un poco por dejar de un lado el derrame de lágrimas.

Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora