Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦

Capítulo XX

— Mi niño, ¿ya te sientes mejor?

Después de haber pasado por lo peor, ahora estaban seguros debajo de un techo y una autoridad que cuidaba a su hijo, le daba todo a su alcance como cualquier progenitora preocupada tanto desde que vio al muchacho así.

Yeonjun tomó reposo mientras que Soobin le colocaba entre bolsas de hielo y compresas de gel frío, que le había entregado la señora Choi para sus hematomas. Solo ardía unos pocos rasguños con el tacto a los plásticos helados, pero no era algo con lo cual podría llorar.

— Tranquila mamá, ya no me duele tanto. No hace falta que me llenes con cosas así — el mayor rio con cariño al ver a su madre preguntarle aquello con un vaso de limonada en su mano. La mujer era tan dulce con su único hijo y que por supuesto le preocupaba en demasía tener a su niño herido.

— Pero, ¿qué te hicieron? Ay Yeonjun, dime que tu no lo provocaste.

— Yo... — frunció sus labios recordando. No fue nada bonito pasar por eso, la desesperación de querer protegerse y el miedo que lo abrumaba, lo había experimentado nuevamente. Trago saliva y continuó — no sé si fue mi culpa.

— ¿Te metieron en una pelea? O fue, por eso...

Para su memoria no era bueno sacar ese recuerdo al aire, ya habían pasado años donde creyó que ya lo había olvidado, aunque lo único que hacía era guardarlos. Tomó aliento para empezar a culparse — Lo siento mamá.. .. No pude con ellos, no fui valiente para ganarles. — de sus lagrimales brotaban sutiles gotas de agua que empezaban a empapar sus mejillas. En un suspiro tapó su rostro para dejar de verse vulnerable, pero Soobin apretó su mano dándole seguridad.

Su madre frunció el ceño disgustada, no le gustaba ver a su hijo llorar, es por eso que cuando supo de la sexualidad de su primogénito ella le advirtió que en su vida iba a tener esos problemas, y no por hacerle cambiar de opinión, sino para que se cuidara de aquellos que atentaran a su dignidad, pero cuando la bomba detonó en la preparatoria de Yeonjun, su madre fue la que soportó todo el problema de cambiarlo de colegio y sobretodo los insultos del padre que recibió, donde él tenia una mentalidad tan obtusa como para decir que su hijo tenía merecido recibir ese tipo de acoso.

La mujer mayor abrazó a su hijo como aquella vez cuando era más pequeño y llegó a su lado marcado de golpes derramándose en lágrimas cada segundo mientras decía que ella tenía razón, pero esta vez no repetiría sus palabras.

— No hace falta que seas valiente o que tengas fuerza para devolverles los golpes, tu sabes que eso está mal, está mal despreciar a la gente solo por pensamientos diferentes. Lo que te hace fuerte es amar como eres, aceptarte, y tu no sabes cuantas personas te aman tal y como eres ni cuantas te desprecian, pero quiero que tengas en cuenta que las que te aman, te apoyan y juntos te fortalecen. ¿Ahora entiendes por qué tu verdadera fuerza está en tu ser y no en tu cuerpo?
Si quieres obligarte a ser valiente, no está bien, todos hemos sentido miedo por cualquier cosa y eso no te debilita, sino, te enseña a superarte.
¿Recuerdas cuando tu ya entraste a tus clases despues de vacaciones y me tocó a mi lidiar con esos insectos que tanto miedo me daban? — Yeonjun rio por la comparación ya más calmado en escuchar a su madre — Así fue como superé mi miedo y los mate yo misma.

— Pero te tomo mucho tiempo eso. Cuando regresaba del colegio, tu me esperabas a mi para que haga mi "trabajo como extintor". — el pelinegro también se unió a la risa escuchando la pequeña conversación.

— Exacto, ese es un buen ejemplo que a ti te tocará superar y aunque demores décadas, será una meta que se puede lograr. Y el punto más importante es saber que cuando te propones una meta, nunca será en línea recta. Tendrás muchos obstáculos que te harán querer dejarla u odiarla, pero yo estoy segura de que puedes con todos, como hoy. Conozco tanto a mi hijo que imagino que al menos les insultaste.