Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦

Capítulo XXIV

Las palabras que Soobin dijo para HueningKai, más que dejarlo pensando sobre lo que hizo, en cambio lo hizo sentirse triste. Nunca imaginó al extremo que llegó el caso por contar eso a sus padres. Después de que Soobin se fuera, no lo volvió a ver en la universidad y Yeonjun lo ignoraba como si no existiese en su camino. Sus padres comenzaron a discutir cada tanto cuando salía el tema a flote, cada comida que se reunían gritaban sobre el qué hacer con su hijo.

— ¡Necesita un psicólogo! — gritaba mamá.

— ¡Solo quiere llamar la atención por culpa de ese maricon! — gritaba papá.

Ambos ya estaban enterados de que Soobin dejó de ir a la universidad, porque Kai les dijo. Mientras los dos mayores se faltaban el respeto entre gritos, su hijo menor se quedaba viendo la única silla sola en la mesa, como si pudiera ver a su hermano, cuando reía o cuando solo conversaba con sus padres y con él también.

Quizás Soobin estaba en lo cierto, sus padres los querian tratar como marionetas - ¿será por eso que me adoptaron? - pensó Huening removiendo su comida intacta. Aunque nunca se quejó de su familia porque le dieron un lugar mejor para vivir; en este momento, aparte de culparse porque su conciencia lo carcomia por dentro, también sentía que no era parte de ese círculo.

Kai nunca conoció a sus padres, lo poco que le contaron era que éstos no tenían el suficiente dinero como para criarlo y simplemente lo dejaron a cargo con los Choi, ya que tenían un futuro asegurado por Soobin, siendo la idea de los señores, que el ascendería a un puesto alto de ejecutivo para que se adueñe de la empresa en la que estaban trabajando. Por eso tantas reuniones de "trabajo", y por eso la obligación de que estudiase administración de empresas. Todo estaba conectado.

Los señores Choi, claro que amaban a sus hijos, ya que nunca les falto afecto sentimental y lo material les abundaba, pero obviamente, ambos, estaban condicionados en estudiar diligentemente y sobre todo que sea la carrera más demandada del país.

Con lo que pensó HueningKai, se le revolvió el estómago. Sintió ganas de vomitar.

Salió del comedor sin decir nada, pues igual sus padres seguían en su mundo de griterío. Algo que le dolió al menor, se sintió un fantasma frente a ellos. Las palabras de Soobin, nuevamente cruzaron en su mente -... quedate con el poco amor que les sobra - eso si es que les sobraba, parecía que ahora ya no quedaba nada.

Se encerró en su cuarto y respiró para no devolver lo poco que había ingerido. Sí, pensó que era un idiota por hacer todo lo que hizo, también extrañó el afecto de su hermano e incluso recordó que con él pasaba la mayor parte del tiempo feliz. Recordó tantas cosas del pasado que hasta su cabeza dolía. Entró en una especie de demencia, jaló su cabello y se gritó a si mismo. Estaba comenzando a odiarse. Por último se quedaba llorando en cualquier rincón, asegurando de que todo eso se lo merecía por ser tan malo. Apenas pudo dormir, se descuido en sus estudios y su apariencia, hasta no quería hablar con nadie, por eso empezó a evitar cada conversación, cada cosa.

Llegó un día que tuvo que aguantarse todo eso frente a su madre que interrumpió en su habitación.

— Kai, pequeño, ¿podrías escucharme? Tenemos que hablar sobre tu hermano.

Si fuese mucho tiempo atrás, rodaría sus ojos porque nunca se sintió el centro de atención, pero ahora, le preocupaba Soobin.

— Si mamá, cuéntame. — dijo comprensivo.

— Tu conoces a ese chico amigo de él. Ese que vino a casa y que Soobin dijo que eran... ya sabes... eso... — habló con incomodidad — Hable con tu padre y lo más seguro es que esté pasando con el en estos días. No se si puedes ir a verlo o conseguir su dirección o teléfono, me gustaría hablar con ese muchacho. Sabes que no es normal que tu hermano esté pasando por esto. Es algo raro y malo. Tu padre dijo que si extraña a Soobin, pero quiere que vuelva sin decir nada de eso y que sea algo que olvidemos todos con el tiempo.