Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦

Capítulo XXV

Hablar con el padre de Soobin, fue un martirio.

Mantener un acuerdo no estaba en su vocabulario y aunque su esposa defendió a su hijo, tampoco dio un buen resultado. El hombre quería olvidar el tema a toda costa, pero se había puesto fastidioso al rogarle.

Tuvieron una pelea y luego todos se fueron a sus habitaciones, Soobin que ya había regresado, se encerró en su cuarto, porque simplemente le parecía injusto. Él tenía que ser obligado en todo, sabía que sus gustos por los chicos nunca sería aceptado por su padre, pero quería, al menos, pensar en algo que les convenga a los dos.

Al pasar los días, padre e hijo no se daban la palabra. Era incómodo y Soobin alegó a su madre que prefería ir a vivir en un departamento cerca de la universidad, prometiendole que pasaría estudiando y que también habrían días que volvería para pasar visitando, pero ella no accedió.

Comenzó a pensar en volver con Yeonjun.

Tenía tantas alternativas como para huir nuevamente y también donde el mayor le tendría las puertas abiertas siempre que piense en volver, pero le aterraba crear ese espacio vacío entre su familia, donde en un futuro sea incómodo encontrarse y acortar las conversaciones a simples frases sin sentido.

En la cena que preparó su madre, era el momento de dejar de ignorarse.

— Soobin ¿Cómo te fue en la universidad? — el hombre progenitor habló para cortar ese silencio abrumador que últimamente se creaba en el entorno de su hogar.

Su hijo tardó en responder, pues no se esperaba esa pregunta despues de un buen tiempo. — Mmm... La pasé como todos los días. — Respondió a secas, con la intención de no seguir hablando.

— ¿Tus estudios? ¿Estas entendiendo todo?

— Siempre presto atención y sigo estudiando, no deberías preguntar eso.

Esa respuesta podría romper la paciencia del hombre mayor, pero solo aclaró su garganta para seguir comiendo, así hasta un buen rato.

La única mujer miró a todos en la mesa y también quiso entrar en conversación — ¿Cómo estás con tus amigos? Hace mucho que no nos cuentas lo que hacen, Kai también ha formado su círculo de amistad con sus compañeros.

— Ay mamá, solo son compañeros, aún. — dijo nervioso el menor de los hermanos.

— Bueno... No es que yo tenga tantos amigos, si voy a estudiar ¿no?

— No decías lo mismo con ese chico — interrumpió su padre con una mirada seria.

El pelinegro soltó sus cubiertos, que golpearon con su platillo, llamando así la atención de todos — No soporto que lo metan a él como el malo de la historia. Estoy cansado. Por algo vine, para pasar con ustedes, pero me siguen presionando con eso.

— Ya vas a empezar. Nunca he dicho nada.

— Es claro que me quieres sacar ese tema. Te lo he repetido, que no cambiaré de parecer y así hasta que culmine mis estudios.

— Bien. Basta. — habló fuertemente su madre parando la pelea que iba a comenzar. — Lo único que se necesita aquí, es paz. He pedido mil veces que hablen normalmente, que no haya rencores, que sean lo que solían ser. Por dios, son padre e hijo. ¿Dónde quedó la buena relación que tenían?

— Yo también quiero a mi padre de vuelta, pero ahora no me siento como si fuese un hijo apropiado para él. — la mesa, nuevamente se silencio. — Disculpa mamá, tu comida estuvo deliciosa. — se levantó para dejar sus trastes en la cocina y luego se encerró en su habitación.