Capítulo VII

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El día parecía hacerse amargo, con la aparición de las nubes que se volvían grisáceas y tapaban el fino color del cielo azul. No parecía que llovería, puesto a que aún no era invierno, pero se podía sentir una extraña brisa que erizaba los vellos de la piel al contacto, provocando esos significativos escalofríos si no eras capaz de abrigarte.

Con el fin del horario laboral, todos iban retorno a su hogar, incluso se podían ver adultos y jóvenes fuera de su horario de trabajo o educación encaminando a las paradas de buses o trenes.

Yeonjun no se quedaba atrás. Daba pasos largos para llegar a tiempo a la parada. No dejaría que su autobús lo hiciera llegar tarde a su casa.

Sabiendo la dirección de memoria, se encaminó por la vereda ya casi cerca notando que esta vez estaba un pelinegro ocupando su puesto en la pequeña silla de la parada. — Soobin. ¿Saliste temprano? — dijo de inmediato al reconocerlo. Se acercó hasta estar a su lado con una felicidad absoluta, pareciendo que su carácter anterior, se había esfumado sólo en minutos.

— Hyung. Yo solo quería esperarlo — con nerviosismo se levantó en son de saludarlo. Y no porque le tenga tanto respeto, sino porque no podía formular bien las palabras con su boca.

Eso, lo dejó extrañado al azabache. — ¿Por que me hablas tan formal?

— Quería ver como se encontraba — ignoro su pregunta — ¿Tienes algo que decirme? — cambio su semblante a uno desesperado abrumándolo con la pregunta. En el fondo sabía que si lo decía de una manera más precisa, terminaría por decir lo que no debía. — Hyung. Confía en mi y dime lo que te estás guardando.

Sabía muy bien que no estaba preparando para argumentar ese tema. Le había tocado en su punto débil. La preocupación del menor era tan obvia que le daba a entender que quería enterarse de sus problemas, del porqué se encontraba desganado últimamente y también por el tiempo que lo evitó en medio del receso. No quería decírselo a nadie y menos a él. ¿Qué pensaría de su familia?

— Hyung. Prometí que esperaría a que me lo dijeras. Por eso, me refiero a otro asunto — por no obtener respuesta, le recalcó para remarcar su cometido. — Siento que soy el único sin saberlo. — sus palabras estaban mareando al mayor, ahora no entendía muy bien lo que quería, pero la insinuación parecía tan obvia.

El más bajo se acomodo su cabello para atrás con una sola mano, siendo como su maña que había adquirido para quitarlo de sus ojos, que lo picaban a veces o en esta ocasión, que lo mantenían nervioso — ¿Saber qué? ¿Te dijeron algo Wooyoung y San? ¿Qué es lo que te dijeron de mi? — lo bombardeo de preguntas que dejaban en claro su molestia reprimente. Haberlo visto charlando con ellos, no lo dejaban tranquilo por la alta desconfianza que mantenía más por uno de esos chicos. — Ellos no saben nada de mi — reclamó mientras el autobús por fin llegaba frente a la parada, deteniéndose justo en esta. Yeonjun miró de reojo al vehículo y detuvo su conversación con el pelinegro para subirse lo antes posible, seguido por el otro a sus espaldas.

— Yeonjun. Te diré que si hable con los hyungs, pero me dieron una pista de que tu no confías en mi.

— ¿Me hablas de confianza? Eres al único que le he confiado todo y aún así, tú estás desconfiando de mi

— Me parece que estás muy equivocado en el aspecto de que eres... — por poco decía la última palabra pero se fijo a su alrededor que las personas los miraban con ansias de saber que les ocurría al hablar de esa forma con el tono alto — Mejor no me lo digas nunca, entonces — susurró débilmente, rendido por el azabache y su carácter.

— ¿Qué? — cuestionó al no lograr oír lo dicho — Repítelo. ¿Qué soy para ti?

Soobin no quería ser imprudente pero su paciencia se había agotado — Hyung, tu ¿eres homosexual? — preguntó casi ingenuo, como si no le hubiesen dicho antes o también por que aún no lo podía creer, si no lo escuchaba de la propia boca del otro.

Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora