Capítulo VIII

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Una semana había pasado y los dos muchachos no se dirigían la palabra. Era una guerra de quien evitaría más del uno al otro, pero era obvio que los dos no deseaban aquello. El deseoso anhelo de poder abrazarse y juntarse como siempre en sus encuentros de poco tiempo, eran observados a simple vista.

Cuando empezó el juego de tomar distancia el uno con el otro, era el mayor quien tomó la iniciativa. Faltó un día a clases y en los siguientes evitaba a Soobin a toda costa. Las rutinas iban de mal en peor. No tenía que ser algo fácil para el mayor que daba vueltas en un mismo sitio solo para no encontrarse con el pelinegro que casualmente tenía que pasar por allí. Wooyoung no era tonto, sabía sobre los sentimientos de su amigo, es más, lo ayudaba a escapar de la cercanía del menor y gracias a esto Beomgyu sospechaba bastante.

En su caso, por el reconocimiento de los errores de Soobin y como era normal entre amigos de una pelea simple, bastó para que sigan siendo los chicos inseparables y devuelta con un Beomgyu de su lado.

Por lo tanto, el decaimiento de Soobin era notorio y eso preocupaba a Beomgyu. No quería comer ni hablar. Parecía muy extraño y no era el mismo. Como su amigo, le hacía bromas para que se alegrará un poco, pero eso solo duraba unos pocos minutos para que luego esté con esa mirada triste pensando en cualquier cosa que el no lograba descifrar. También vio el distanciamiento entre los mayores, algo no andaba bien entre ellos, tal vez una pelea de amigos que pronto pasaría, aunque era aún más raro verlos tristes en vez de enojados. Tendría que ser directo y hablar con Soobin. Verlo de esa forma no le gustaba para nada.

Esperó mucho para el momento indicado. Dejó pasar las clases y los minutos en los que salían a su receso. Solo le lanzaba una mirada filosa a Soobin que ni se daba cuenta por estar ignorando todo a su alrededor. Estaba pensando muchas cosas o en alguien quizás. — Oye Soo, ¿quieres compartir mi almuerzo conmigo? — lo miro con una sonrisita, mostrando una bolsita de pan junto con un pequeño tarro de helado.

El nombrado no sonrió o reaccionó mediante eso, sólo se sentó como siempre detrás del edificio, esperando a que algo nuevo pasara o se encontrara. Beomgyu molesto golpeó su brazo con su codo para que simplemente le respondiera. — Ah si. ¿No te parece que hace frío para comer helado?

— No importa si hace frío, es delicioso — se metió la cucharita de plástico en su boca, degustando el sabor. — además es de fresa. — continuó dándole pequeños bocaditos a la crema helada. Extendió su pan a Soobin para que sea capaz de tomarlo, agitando la funda como señal de que tenía que agarrarlo. — Come un poco. — habló con la cucharilla entre sus dientes.

Lo tomó con una mano para abrirlo, pero al ser un poco complicado de romper la funda, lo rasgó con sus dientes. El olor del pan era dulce. La masa azucarada era tan esponjosa, que le divirtió aplastarlo con sus dedos hasta comerlo.

— ¿Está delicioso? Sabía que te encantaría uno de esos — ver a su amigo con su humor más elevado cuando probaba el pequeño pan, lo enterneció. Quería verlo disfrutar de la comida, por lo que tenía que obligarle a que digiera algo. Se podría ver que tenía hambre, pero solo no comía por negarse así mismo.

Sus mejillas no se dejaban de mover por lo rápido que comía y gustoso de haber probado tal postre lo alentaba a acabárselo por completo. Pero su desayuno, fue interrumpido. Su vista dirigiéndose a la silueta del chico mayor que caminaba junto a su mejor amigo.

— ¡Yeonjun! — llamó Beomgyu desde su lugar, llamando su atención con sólo regresarle a ver. El de tez pálida bajó su vista, aplastando con más fuerza a lo que sobraba de su comida.

El mayor no respondió, por lo tanto el pelilargo corrió para verlo de frente — Oye, ¿Qué les esta ocurriendo a los dos? — dijo sin rodeos. No le gustaba estar jugando cuando sus amigos estaban en aprietos. — Sabes de lo que hablo. Dime ahora.

Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora