Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦

Capítulo IX

Así como Soobin y el día, estaban listos para la pequeña cita que tendría.

Los chicos habían quedado en verse en una cafetería cercana a la universidad, ya que era casualmente conocida y su ambiente era tranquilizador, en especial porque varias parejas adolescentes llegaban juntos a estudiar o a pasar el rato. Era una edificación acogedora. Unas dos columnas dentro del restaurante, eran decoradas con mallas de flores sintéticas y todo el lugar era acomodado por muebles únicos de madera hasta la recepción que contenía los mejores postres para la vista del público detrás de un gran vidrio para su muestra.

Soobin esperaba pacientemente en una de las mesas redondas para dos personas. Pegado al ventanal, revisaba el menú que no tenía mucha ciencia al ser solo de cinco carillas. Había pedido un vaso de agua y mientras golpeaba varias veces su dedo sobre la mesa veía las ondas que se producían en el agua, contando sus segundos de demora, porque su cita se estaba tardando.

En cuanto Yeonjun llegó algunos minutos tarde, reconoció al menor de espaldas que posaba su mano izquierda en su cuello mientras veía el menú ya cansado de ver lo mismo por tanto tiempo. El motivo de su tardanza, fue porque no lo creería aún y así tal vez hizo una prueba yendo a verlo si en realidad esperaría por el, pero no se equivoco en cuanto lo vio con el ceño fruncido, cansado por la espera.

Se acercó a la mesa y aló la silla para sentarse frente al menor — Hola Binnie. Siento mucho la tardanza.

Con su voz, pudo llamar su atención. Vio sus pendientes que nunca se los ponía para sus clases y dudaría si se había arreglado demás solo para verse bien por él, pues el pequeño brillo que resaltaba en sus párpados, se debería a las sombras de maquillaje colocadas sobre estos. Llevaba un Jersey de textura suave de color blanco que dejaba ver parte de sus clavículas por el cuello ovalado abierto. Se lo veía más hermoso de lo común con aquel conjunto de ropa.

— Lo importante es que ya estas aquí — sonrió apartando el menú y dándoselo al mayor — ¿Qué quieres comer? Yo invito.

— Oh, no es necesario que pagues por mi.

— De todos modos lo pagaré así no quieras — sonrió callándolo y llamó a la mesera para que tomara su orden. El tendría el control de la cita por esta vez.

Sus pedidos no se demoraron en llegar a la mesa. Una rebanada de pastel de terciopelo rojo con un americano para Yeonjun y un selva negra con un café caliente para Soobin. Estaban bien servidos y meticulosamente bien colocados en sus platos para no derramar la decoración.

— Después de esto, ¿a dónde quieres ir? — Soobin partió con su cucharita el pastel de chocolate, pero más atención le daba al chico de enfrente que tomaba su café con pajilla algo nervioso.

— Creí que ya lo tenías planeado. No tengo ningún lugar en específico para querer ir. — dejó el vaso en la mesa para seguir con el postre.

— En ese caso... — saboreo la pasta con crema grumosa chocolatada mientras se le ocurría algo — podemos caminar un rato. Quiero hablar sobre muchas cosas con usted hyung. — le habló con tono dulce.

Eso de algún modo lo puso tímido. Sería la segunda vez que pasarían un tiempo a solas y eso le provocaba pánico al no estar mentalmente listo para lo que se veía venir — No me interesa mucho al lugar que podamos recorrer. Es una cita después de todo y me gustará ir a cualquier lugar si es contigo.

Soobin apreció el gesto del mayor y sin disimulo lo observó como lo más precioso que hayan visto sus ojos. Su mirada se deleitaba con un vaivén de emociones sin fin. Y el sol que entraba por el ventanal a su mesa, le hacía brillar sus pupilas que eran decoradas por unas lentillas. El mayor se había arreglado tanto de pies a cabeza que podría parecer un famoso ídolo andando por las calles sin vergüenza. Parecía un personaje de novela sacado de la pantalla para ponerlo frente a él y provocarle esos cosquilleos en su estómago, mientras su corazón saltaba de la emoción. - tenía miedo de que el mayor escuchara sus latidos acelerados - Se sentía como un pervertido con tan solo recorrer su mirada por su redondo rostro y pasándose desde sus labios hasta sus bellas clavículas a la vista. Era una nueva etapa de Yeonjun descubierta y le faltaban varias más por encontrar. Si le preguntarían como era su apariencia, sería difícil, muy difícil de responder a tal pregunta y como hacer que esa persona se lo imaginará, pues no se comparaba con nadie.