Huening Kai

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Habían pasado cuatro años, en los cuales el estudio fue abrasador para los universitarios, en especial a Huening que iba a más de la mitad de su carrera de administración de empresas. Nunca creyó que sería así de complicado, aunque a su vez, aprendía de su hermano mayor todo lo que recibía. Por su cuenta estaba poner empeño y tener notas excelentes, sin embargo nunca pudo estar al nivel de Soobin. Sus profesores le reclamaban a veces, diciéndole que su hermano lo hacía mejor, aunque esos comentarios por suerte no fueron tantos, igualmente le hacían sentir mal y lo llevaban a sobresforzarse demás.

Fue entonces, cuando por fin iba ascendiendo y hasta lo tomaban de ejemplo entre sus compañeros. Tuvo la oportunidad de ser coordinador de su grupo, pero no aceptó por falta de tiempo.

Y hoy estaba disfrutando de sus pocas vacaciones. Pudiendo salir a pasear, estaba encerrado en su habitación jugando con su nintendo. Estaba solo, ya que sus padres trabajaban entre semana y Soobin había aprovechado para salir con sus amigos. Invitó a Kai a ir con el, pero se negó, pues se comenzó a enviciar con terminar su nuevo juego de la saga de "The Legend of Zelda", que por eso se tomó el tiempo de sus vacaciones para jugarlo diligentemente, aunque era largo.

Mientras jugaba, las horas pasaban tan rápido, que ni se daba cuenta, hasta que su estómago gruñó en protesta al pedir comida. Suspiró y dejó su consola en su cama para ir a la cocina y de paso fue mirando su celular para contestar mensajes de horas sin ver por tanto jugar. Abrió la nevera, sacó un topper, lo destapó y lo metió al microondas. Era su almuerzo que su madre lo preparó especialmente para él.

Hasta que se caliente durante unos tres minutos, sacó también un poco de kimbap para comerlo fresco, pero no se esperó que en su momento de calma alguien llamara la puerta.

Miró su reloj del celular mientras caminaba para abrir la puerta, sus pantalones rozaban el piso como un par de pantuflas. Eran casi las cuatro de la tarde y supuso que era Soobin, el cual salió a las doce. Abrió la puerta y ¡oh sorpresa! Yeonjun parado en la entrada lo miró con curiosidad.

— Hola Ning Ning. — sonó dulce como de costumbre, apreciaba mucho al menor — ¿Está Soobin en casa?

— Oh hyung — titubeó pensando en una excusa, porque recordó la advertencia de su hermano para engañar a Yeonjun por si llegaba a visitarlo y justo era el día. Un viernes por la tarde, lógico para Kai, que el mayor estuviese buscando a su novio — El tuvo que salir a hacer un mandato... Y quizás llegué muy tarde. — mintió para librarse rápido, aunque le dolía porque el mayor era muy bueno con él, era necesario.

— Entonces lo esperaré.

Se adentró a la casa sin permiso, con una felicidad envidiable. A Huening le dió curiosidad verlo tan feliz, pero no quería que el mayor estese ahí, justo cuando no estaba Soobin y estaba ocultando que se había ido por su cuenta con sus amigos, según él para hacer algo de lo que no debía enterarse el mayor.

Kai pensó en qué hacer con su presencia y simplemente preguntó — ¿Ya comiste, Yeonjun hyung? — y en seguida se abofeteo mentalmente porque era ya demasiado tarde y solo él acostumbraba comer tarde por jugar.

— Sip

Parecía que el mayor no se daba cuenta de los nervios de Huening, de tan feliz que se encontraba.

— Okey — asintió el menor, dirigiéndose de nuevo a la cocina. Sacó su comida y comenzó a comer parado hasta caminar con Yeonjun. — Hyung, ¿quieres venir a mi cuarto? Para que no estés solo.

Él que estaba en el celular asintió y fue tras Huening tarareando.

— ¿Que te tiene tan feliz, hyung? — se atrevió a preguntar entrando a su lugar seguro o como él lo llamaba, su cueva.

Lovers - 연인 ¦ Soojun ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora