"Elegir entre lo que el mundo quiere que seas y quién eres".
Esta historia inicia con la pelea final de Black Widow vs Taskmaster, habla sobre la relación de hermanas entre Yelena y Natasha junto con la relación romántica entre Wanda y Natasha, pas...
Salí de la habitación con tranquilidad y cuidado, no quería hablar en este momento con nadie, solo he hablado con Natasha, también se que los demás están preocupados por mi pero no estoy preparada para hablar con ellos está noche, aunque Sam se encargaba de hacerme muy buena comida comestible mientras que Steve se encargaba de entregarme la comida con pequeñas notas de apoyo.
El equipo es muy bueno conmigo al darme mi espacio y no insistir, Natasha me había llevado con un doctor con identidades falsas quién revisó mi desnutrición, dándoles indicaciones a Natasha, después de eso me volví a encerrar en la habitación, hemos cambiado también de casa pero realmente no me importaba donde estaba aunque sabía que seguimos en California.
Caminé por el pasillo notando otra puerta al lado de la mía, la cuál estaba abierta y tenía algunas mochilas en el suelo junto con armas, seguí mi camino y encontré otro cuarto abierto, al mirar note a Sam recostado boca abajo en la cama, roncando mientras que Steve estaba en un colchón en el suelo, durmiendo de lado, sonreí un poco al verlos, seguí mi camino dejando mis trastes sucios en la cocina, ¿Dónde estaba Nataska?.
Caminé hasta llegar a la parte trasera de la casa, escondí mis manos en las bolsas de la chamarra que traía puesta, manteniéndome en la oscuridad, fue ahí donde escuché dos voces, me asomé sin que se dieran cuenta, frunci el ceño un poco al ver a Natasha junto con una rubia, ambas riendo de algo y molestándose mutuamente, ahora lo recordaba, ella era Yelena, hermana de Natasha, las observé por un momento, ambas rieron y chocaron sus palmas, disfrutando su momento.
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Sonreí al notar a Natasha feliz, así que las dejé y me fui tranquilamente, volví a mi habitación y me recosté mirándo al techo pensando en como extrañaba a Pietro, quisiera que él estuviera a mi lado, diciéndome que todo estaría bien, una lágrima cayó por mi mejilla y rápidamente la borre, no se cuánto tiempo pase pensando en todo y en nada a la vez hasta que me quede dormida.
Al volver abrir los ojos, los rayos del sol golpearon mi rostro, gruñi un poco pero me levanté yendo al baño, hice mis necesidades, me lave las manos y me miré en el espejo, mi rostro ya no se veía tan demacrado, las ojeras estaban desapareciendo y las heridas en mi cuello ya se estaban curando, abrí el estante y al ver los paquetes de toallas femeninas me hizo reir, después de eso acomode un poco mi cabello despeinado y volví para tender mi cama, sentándome en la orilla, mirándo por la ventana.
-¿Wanda? ¿Puedo pasar? Te traje tu desayuno, Sam hizo algo de huevo con no se que cosa que dice que tienes que comer por qué viene en la lista que el doctor le dio a Natasha-. Dijo Steve tocando la puerta para después esperar un momento y luego abrirla.
-Hola Wanda, buenos días-. Dijo Steve dándome una sonrisa, dejando la charola con comida en el buró al lado de el.
-Se que no quieres hablar Wanda pero... Ya han pasado tres semanas y quiero que sepas que estamos aquí para ti pero también quiero disculparme, soy culpable de haberte arrastrado conmigo en todo esto, yo nunca imaginé que te hicieran eso y lo siento tanto Wanda-. Dijo Steve recargandose en la entrada de la puerta.
