"Elegir entre lo que el mundo quiere que seas y quién eres".
Esta historia inicia con la pelea final de Black Widow vs Taskmaster, habla sobre la relación de hermanas entre Yelena y Natasha junto con la relación romántica entre Wanda y Natasha, pas...
Tomé la botella que había dejado en el suelo para darle un sorbo, mirando alrededor por unos momentos, hacer esto distraía mi mente del aburrimiento, suspiré para después volver a golpear el sacó de boxeo, golpeandolo repetidas veces con fuerza.
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Seguí así por varios minutos, golpeando con fuerza y sacando algunas frustraciones que no sabía que estaba reteniendo, di un golpe final respirando agitada, me aleje colocando ambas manos en mi cintura tratando de regular mi respiración, luego tome mi botella para salir del gimnasio, mire la hora en mi reloj para ver qué son las once de la mañana.
Una sonrisa brotó de mi rostro, Yelena debe estar aún dormida ya que hace poco volvió de una misión y como ella siempre suele molestarme, ahora es mi turno, corrí rápidamente por los pasillos hasta su habitación, Yelena es una viuda entrenada que escucharía mis pasos desde que di media vuelta en el pasillo pero suponiendo que cayó como saco de papas que a veces suele hacer, ni siquiera me escuchará, ingresé el código y la puerta se abrió, me adentre para ver a Fanny recostada en su camita, alzo su cabeza y yo le hice un gesto para que no hiciera ruido, poco a poco me acerque a Yelena quién estaba dormida boca abajo con su mano izquierda colgando de un lado de la cama.
-¡Sestra!-. Grité demasiado fuerte para después caer encima de ella con una sonrisa malvada.
-¡Ah! ¡Natka bájate!-. Gruño removiendose en la cama mientras yo seguía riendo.
Yelena siguió removiendo hasta que se pudo girar pero en cuánto hizo eso, pegue mi frente sudorosa en su cara haciéndola gritar asqueada provocando más mi risa, seguimos forcejeando hasta que me quite de encima de ella, sentándome en la orilla de su cama para después levantarme y lancerle una de mis mejores sonrisas.
-Que asco, estás toda sudada tengo tu asqueroso sudor en mi rostro-. Gruño alzando un poco su blusa para limpiarse el rostro.
-No exageres, es sudor limpió-. Le dije con una sonrisa y ella mi miro mal.
-Si ajá, ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué momelestas? Estoy en mi día de descansó-. Murmuró volviéndose a colocar boca abajo para apoyarse en sus codos para verme.
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