Capítulo 28

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Los minutos, horas, días pasaron como si nada, tan rápido como llegaron. Ya nos encontrábamos en la última semana de enero y eso solo anuncia que en dos semanas será mi cumpleaños.
Seguramente sople las velas para darle la bienvenida a mis diecinueve.

En estos momentos me encuentro trabajando en la cafetería de la abuela de Jacob, una de las maneras para pasar el tiempo fue trabajando aunque usualmente aparecía jugando en la cocina con Jacob.

Fue muy fácil dejar nuestro lado carnal a un lado y dejar solo nuestra amistad, era un buen amigo que se la pasaba protegiéndome.

—Lleva esto a la mesa seis —me pide Marie, la abuela de Jacob.

—A sus órdenes, jefa —bromeo, agarro la bandeja con los cuatro batidos sobre este y me encaminó a la mesa seleccionada. Esta un poco escondida pero no quita que sea un buen lugar.

De la forma que entregaba todas las órdenes me encamine, sonrisa y ojos bien abiertos para no caerme y hacer un desastre.

Estoy llegando pero mis pies dejan de responderme, todo mi cuerpo esta congelado al ver a las personas sentadas en la mesa seis.
Mi sonrisa crece pero empieza a disminuir al recordar el pasado.

—Supuestamente lo que me dijo, este lugar es mejor que nuestra cafetería favorita —informa la chica y no me había dado cuenta de lo tanto que había extrañado su voz.

—Eso es una aberración —comenta uno de los chicos.

—Me lo tendrá que decir en la cara y me pedirá disculpas por tales palabrotas —concuerda la tercer persona.

Mi corazón se achica y quiero llorar, dejarlos no fue una tarea fácil, son como mi familia.

Los tres centran su atención en mi y sonríen lo que provoca que yo también lo haga.

—Tú, mesera —tayler me señala y me indica que me acerque y con pasos cortos lo hago—. Una loca, pero sexy chica aunque no quita que este loca; nos dijo que está cafetería es mejor que la tradicional de Chalmet —quiero reír pero me contengo—, ¿eso es cierto?

—Por mis conocimientos puedo afirmarle que el café de aquí es muy bueno—le sigo el juego.

—Entonces tráigame uno y yo mismo lo confirmaré —pide Tom con una sonrisa.

—¿Se lo traigo ahora con el batido que pidió o cuando lo termine? —pregunte mientras voy dejando los cuatro batidos en la mesa, Tom iba a contestar pero me adelante—. Cada diez minutos, lo sé...

Morgan se levanta y sin previo aviso me abraza, tarde unos segundos pero al final le correspondí, se siente bien tenerla así.

—Dije que necesitaba tiempo pero desde el segundo día ya estabas perdonada —dice y eso provoca que la abracé más fuerte y le diga cuánto la quiero.

—Nosotros también queremos un abrazo loca sexy —tayler se une al abrazo y lo sigue Tom.

Me hicieron tanta falta esos dos como Morgan. Nos quedamos unos minutos así abrazados hasta que me van soltando y se sientan en sus lugares.

—Ven, esta es para ti —dice Morgan corriendo la cuarta bebida hacia su lado.

—Como antes...

Risas, más abrazos, seguida de una tanda de cafés con medialunas y más risas, mi turno llega al final, los chicos pagan y nos encaminamos hacia mi casa.

—¿Que haremos a la noche? —pregunta tayler con su sonrisa traviesa.

—Yo, manejar y ustedes me verán —respondo con emoción.

No Siempre Es Lo Que Parece  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora