TE CONOCÍ POR ACCIDENTE

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Johan se estaba dirigiendo a una de las pocas iglesias en pie que quedaban en Zentralia, con una cara de pocos amigos y ya llegando al sitio.

— ¡Abran la maldita puerta o yo mismo la derribaré! —

— ¿Quién es usted y porque viene a hacer alboroto en la casa del señor? — Le pregunta un hombre mientras abría la puerta de entrada.

— Déjate de estupideces, me sorprende que luego de la oscuridad, haya gente imbécil que aún cree que en sus ridículas religiones inventadas por los humanos. Además, Deux está más que muerto y aunque si estuviera vivo, no creo que viviría en esta pocilga ¿Dónde está el cura? —

— ¿Qué necesita de él? — Le dice este hombre en tono desafiante.

— No me provoques, no sabes con quien te metes, hazte a un lado, ya se donde está. —

— Espere, no quiere visitas ahora. —

— Cierra la puta boca y no te acerques. —

Es cuando entra a una habitación sin ventanas con mucha iluminación de color blanco al fondo del recinto, con un techo de diez metros de altura, donde varios metros hacia el fondo de esta, hay una enorme cama donde yacía un bulto cubierto por los cobertores.

— ¡Hey! Ha salido el sol, levántate holgazán. —

— ¿Quién está...? ¡Johan! — Dice un hombre desnudo de unos cuarenta y cinco años de edad, de casi un metro con ochenta y cinco de estatura, obeso, canoso, moreno y una barba tan canosa como su escaso cabello. — ¿Qué quieres niño? Te vez de mal humor ¿Tienes ganas de tener sexo? —

— En realidad si, y te recuerdo que me interesan más las maduras. —

— Lo sé, lo sé ¿Qué? ¿Quieres que te la consiga? —

— Ahora no, vengo por algo más importante ¿Qué respuesta me tienes con esos malditos trazos? —

El cura se le queda mirando muy pensativo, como si tratara de encontrar las palabras adecuadas.

— ¿Y bien? —

— Te vez muy molesto, más de lo normal ¿Te ocurrió algo? — Pregunta el sujeto mientras se sienta en la orilla de la cama.

— En primer lugar ¡Cúbrete maldita sea! se te ve todo. —

— ¿Qué? ¿Nunca habías visto a un hombre desnudo? Acabo de tener sexo. —

— He visto hombres desnudos en los baños públicos, pero ahora no estamos en uno de esos sitios. En fin, a lo que vine; me separé de mi grupo, pero eso no es asunto tuyo, responde ya la cabrona pregunta. — Le dice Johan levantando el puño derecho, en señal amenazante de golpearlo.

— Está bien, solo preguntaba *Suspiro* lamento decirte que esos símbolos son imposibles de descifrar, no corresponden a ninguna cultura o civilización antigua conocida, ni los arqueólogos e investigadores más experimentados han logrado determinar ni remotamente que dicen ahí. Eso me recuerda al manuscrito voynich. —

— Por favor, ese estúpido libro solo es una guía botánica. Solo fue escrito con un idioma inventado. —

— Es más fácil relacionar esos símbolos con los que alguna vez llegaron desde el espacio; son similares entre sí, esa hipótesis nos serviría para saber que dicen. —

— Si, pero cabe mencionar que tampoco se han descifrado esos símbolos desde que llegaron a la tierra durante la oscuridad. Así que no estamos llegando a nada, tus influencias no me están sirviendo para la investigación vegete, urge una respuesta, es importante saber que dice cuanto antes. —

GÉNESIS: DESPUÉS DE LA OSCURIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora