GÉNESIS: DESPUÉS DE LA OSCURIDAD

EN EL HIELO

En el océano sureño iba navegando un pequeño barco que no daba pinta de ser turístico sino más bien uno de explotación el cual se dirigía a un inusual destino donde habitan especies que solo pueden sobrevivir en un cierto ambiente hostil. Especies que si les hacen cambiar de hábitad pueden morir, especies nuevas e inofensivas, aunque también algunas peligrosas que surgieron cuando la segunda y cuarta esfera hicieron ese contacto que dio inicio a la oscuridad. La región era ya de por si inexplorada y ahora es menos no sólo por el clima tan agresivo que yace ahí, sino también por los salvajes habitantes que son capaces de soportar un ambiente tan helado que tiene la región de Adatina.

El bote llega al único embarcadero de toda la zona, de ahí salen tres grupos de exploradores armados que vienen de diversos países; detrás de ellos salen Jessy y Sakurei abrigadas hasta las orejas obviamente por el intenso frío; el encargado del barco les dice que estará esperando en el sitio que abandonará a primera hora del día siguiente. Todos comprendieron el hecho para separar sus caminos, pero las arcángeles quedaron ahí sin moverse.

— ¿Y bien? ¿Cómo iniciamos? Estamos en un sitio muy grande. — Dice Sakurei.

— Bueno hagamos lo que Aurora dijo, concentrar algo de nuestra energía en la gema, una vez que hagamos eso, ésta comenzará a brillar y mientras más cerca esté de otra gema su resplandor crecerá, pero la energía que concentremos durará unos diez minutos antes de necesitar hacerlo de nuevo. — Responde Jessy.

— ¿Y cual es el alcance que tiene? —

— Es de más o menos un kilómetro a la redonda. —

— ¿¡Un kilómetro!? Eso es nada ¿Tienes idea de la extensión que tiene Adatina? —

— Lo sé Sakurei no seas pesimista, lo que haremos es recorrer toda la zona con el impulso y nos turnaremos en cada "recarga" por decirlo de algún modo. No dormiremos porque solo contamos con veintiun horas, así que en marcha, no perdamos tiempo. — Responde Jessy para luego concentrar su energía en la gema y comenzar a impulsarse.

— Que mierda, hubiera preferido quedarme en Yokaito o mejor aun, ir con Johan. — Dice la pelirosada para luego darle alcance a su aliada.

Estuvieron por horas desplazándose por toda la gélida región sin éxito y lo único que podían divisar eran el predominante color blanco y muchas especies animales que lograron salir del Xibalba las cuales eran hasta aves y todos esos "animales" eran variados, pero ninguno representaba una amenaza mientras no fueran amenazados o molestados. La desesperación de Jessy comenzaba a hacerse notar, ella decía obscenidades hacia Jessica clamando que no deberían de ser enviadas a lugares al azar para localizar esas malditas piedras; Sakurei trataba de tranquilizarla mencionando que deben hacer las cosas con calma y que Jessica debe tener razón al enviarlas a ciertos lugares además de que ellas aceptaron venir aquí sabiendo que podrían volver con las manos vacías.

Pasaron unas horas sin dar con algún indicio o probabilidad de que la gema de tierra podría estar en la helada región hasta que llegaron al único y enorme grupo de altas montañas ubicadas en el centro geográfico, en esa zona que hasta la fecha no ha sido alcanzada por pies humanos por la lejanía que esta tiene con el embarcadero. No se ha podido sobrevolar o atravesar la zona debido a que las extremas temperaturas congelan los motores de cualquier vehículo existente y nadie había llegado, hasta hoy que un par de chicas jóvenes aparentemente comunes puedan llegar más lejos que un grupo de hombres experimentados.

Ahora fue el turno de Sakurei para dar algo de energía a la gema y repentinamente ocurrió lo que ya no se esperaban, esta comenzó reaccionar de la forma que supusieron Jessica y Aurora antes del viaje ¡Hay una gema cerca! Ambas niñas se sorprendieron por el hecho y de inmediato reconocieron que particularmente esa zona que van a explorar era la que los estelares conocían como Lhiz, siempre y cuando sea la gema de tierra la que está en cuestión, lo cual es bastante posible, pero hay un obstáculo que deben enfrentar el cual es la extensión del área y a que profundidad podría estar pero Jessy dijo que de todos modos eso no será un problema ya que con la intensidad del brillo de la gema de agua podrán determinar si es necesario subir o bajar, así que comenzaron a moverse por la zona para descubrir donde emite un mayor resplandor su extraño radar. Vagaban en línea recta, daban vueltas, rodeaban, cruzaban pero no había resultado, el brillo de la gema de Sandler no cambiaba hasta que finalmente Sakurei supo que el objeto no estaba en la superficie, así que hubo que ir bajo tierra y aquí la pregunta es ¿Por donde? Pues no pensaban en cavar con sus manos ya que eso les tomaría mucho tiempo y no creen viable perderlo de esa forma, además de que tampoco podrían utilizar su energía ya que eso les despojaría de su más efectiva protección del clima. Mientras buscaban el modo de bajar, Jessy divisó una caverna a la lejanía, así que fueron en su dirección hasta que llegaron, pero al estar ahí vieron algo por demás extraño; la entrada del sitio tenía la forma de un círculo perfecto de unos quince metros de diámetro, se acercaron y vieron un grupo de estalactitas y estalagmitas cuya formación le hacía lucir una enorme boca con numerosos y afilados dientes. Sakurei adoptó un semblante de miedo al ver semejante monstruosidad mientras que Jessy comenzó a inquietarse; esa sensación fue la misma que sintió cuando fueron al lugar de reposo final de los estelares ubicado en Zentralia; debió controlarse para hacer lo mismo con su aliada haciéndole entender que eso solo es una formación rocosa que se hizo con el pasar de los siglos, arrojó energía contra las picudas rocas para destruirlas y procedió a también hacer lo mismo contra el perímetro de la caverna pero algo le detuvo, así que se acercó para tocar esa base que lucía diferente con relación a las rocas; apartó la nieve de encima y pudo verlo, estaba completamente lisa como si fuera mármol tallado ¿Qué tipo de roca era ésta? Era de un extraño color azul verdoso o al menos así se lo describió a Sakurei que apenas estaba recobrando la cordura ya que de no hacerlo podría volverse loca en medio de esas montañas.