CAPÍTULO 13

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- No me lo puedo creer... - suspira Charlie mientras se pasa una mano por el pelo.

- Lo sé, aún sigo sin creérmelo tampoco - contesto algo nerviosa.

- Pero, si no te dijo nada y solo se quedó en la puerta, ¿entonces para qué se supone que fue? - me pregunta confuso.

- Ya te he dicho que no lo sé, Charlie.

- Joder, que putada... - dice frotándose los ojos. Aún está algo dormido.

- Perdona por haberte despertado para decírtelo, es que si seguía escondiéndolo me iba a volver loca.

- No te preocupes, si vuelve a aparecer, me lo dices lo más pronto que puedas - me advierte algo más serio.

- Que sí... puto - digo para aliviar la tensión con una sonrisa.

- Puta tú - contesta con una sonrisa y yo se la devuelvo mientras le saco el dedo corazón - Por cierto, ¿dónde está Logan? - me pregunta asomando la cara por la videollamada como si pudiera verle.

- Aún está durmiendo - dirijo mi vista hacia él que sigue boca abajo en mi cama.

- Vaya, vaya... durmiendo los dos juntitos - le saco la lengua.

- Deberías estar agradecido con él, fue el que me convenció para que te contara lo de nuestro "padre" - digo haciendo comillas con los dedos y él me dedica una sonrisa divertida.

- Sabes, de hecho debería de agradecerle muchas cosas...- dice haciéndose el pensativo.

- ¿A sí, cómo qué? - pregunto sabiendo lo que va a decir.

- Bueno, técnicamente, es tu novio. Así que eso significa que tiene que aguantarte las veinticuatro horas del día. Eso sí que es un deber de agradecer - dice con naturalidad a lo que yo me cruzo de brazos frunciendo el ceño.

- ¿Por qué se supone que todo el mundo dice lo mismo? Somos amigos.

No entiendo por qué para los ojos de los demás siempre somos algo más que eso. Por favor, demasiado que ya lleva en la residencia conmigo cuatro días desde el incidente y aún no nos habíamos matado.

- Uno no hace de enfermero para todo el mundo, pequeña Ky - replica mi hermano sacando la lengua - Además, si Rachel está cuidando a Adler en su propio apartamento, ¿que hace Logan ahí entonces? Creía que ellos dos vivían en el mismo techo.

- Porque nos estamos repartiendo el trabajo - contesto sonando lógica para mis oídos.

Aunque, nuevamente, la lógica la tenía en el culo.

- Ajá, sí claro, y yo soy una tía.

- ¡Charlie!

- ¡Qué!

- ¡Deja de agobiarme!

- Uish, está bien... puta.

- Puto tú - digo en un tono de voz más bajo por si despertaba a la dulce princesa que seguía durmiendo en mi cama.

- ¿Con quién hablas? - escucho otra voz diferente al otro lado de la línea.

- ¡Connor! Por fin das señales de vida - menciono. Él asoma su cabeza por la videollamada con una sonrisa y su pelo rubio revuelto.

Solo os digo que, si no fuera gay, me gustaría hasta a mí.

- Hola Ky, ¿cómo te va? - le da un sonoro beso a Charlie en la mejilla.

- No me pagan de hacer de aguanta velas, y menos aún por videollamada - les advierto.

- Te dejo, vamos a desayunar - me dice Charlie en una carcajada - Te quiero, adiós - le da un sonoro beso a la cámara del móvil.

Solo aquellas noches (Bilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora