No se puede separar lo que se ata en el corazón.
No se puede matar un sentimiento.
Solo muere quien es olvidado.
- Eugenia Tobal.
AIDAN
Decidí pasarme por la biblioteca, era temprano y no tenía nada que hacer. Ya me había estudiado toda la teoría de los próximos exámenes y estar solo en casa todas las tardes a veces era un poco aburrido cuando Adley no podía venir. Literalmente, cuando fui a llevarle ayer a su casa por la mañana la tía Rachel le esperaba con la chancla en la mano.
Adley estaría una temporadita sin salir.
En cuanto a Selene, no sabía nada de ella desde ayer.
Total, que me puse manos a la obra y me dirigí hacia la biblioteca. Me reí yo solo al pensar que a mi ni siquiera me gustaba leer cómo para ir un domingo por la mañana con todo el frío, un desconocido me miró raro al verme reír solo pero no me importó.
Finalmente llegué a la entrada con la nariz roja y congelada. Era la única biblioteca que estaba abierta un domingo. Me fijé en el escaparate, se encontraban unos cuantos libros y ninguno llamó mi atención.
Genial, empezamos bien.
Decidí entrar antes de morirme por una hipotermia. El sitio era un lugar hogareño y habían montones de estanterías que separaban los géneros de cada libro. Saludé a la señora que se encontraba en el mostrador tomando una taza de café y caminé sin prisa observando cada una de las estanterías.
Llegué a una sección en específico, se podría decir que fue la única en llamar mi atención. Me paseé por la zona con detenimiento mientras ojeaba algún que otro libro. La frase de "no juzgues a un libro por su portada" se me vino a la cabeza de repente, lo cierto es que yo si me dejaba llevar por las portadas, malo pero cierto.
Finalmente, decidí dejar la sección de los libros de "Los pitufos" por un lado y me dirigí hacia otra sección. No sabía qué otro libro podía llamar mi atención si no tenía dibujitos.
Nuevamente, volví a caminar y caminar. Seguía sin encontrar nada y ya me estaba aburriendo.
Una idea recorrió mi cabeza, sabía perfectamente de alguien que le gustaba leer.
Aidan
Necesito tu ayuda para una cosa.
Pesada apestosa
Hola, yo también estoy bien, ¿y tú?
Aidan
Ja ja, muy graciosa, ¿vas a ayudarme o no?
Pesada apestosa
No.
Aidan
¿Por?

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Solo aquellas noches (Bilogía)
Ficção AdolescenteKylie era alegría, desprendía luz con solo una mirada y te hacía querer ver el lado bueno de las cosas cuando parecían estar perdidas. Ella era como un lienzo blanco dispuesto a ser pintado por todos los colores que disponía el mundo. Ella era colo...