CAPÍTULO 14

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No debemos tener miedo
de confrontarnos...
hasta los planetas chocan
y del caos nacen las estrellas.


- Charles Chaplin.


RUBY

"Las estrellas siempre murmuraban secretos a lo lejos, nadie jamás entendía que era lo que tanto decían. Cada noche, se reunían todas en hermosas constelaciones y la Luna siempre pedía silencio" comenzó.

"¿Y por qué la Luna quería que se callaran?" pregunté con curiosidad.

"Porque la Luna lo sabía todo desde el principio", la miré confundida.

"¿El qué sabía la Luna?" volví a preguntar.

"Ese era el verdadero secreto, nadie lo sabía. Ni siquiera las estrellas, por mucho que intentaran averiguarlo".

Reconozco que, al principio, no lo entendí. Igualmente me pareció muy bonita la manera que tenía Aidan de ver el mundo.

Decidí que esa mañana hablaría sobre aquella historia que me contó con mi padre, él solía entender estas cosas.

- Oye, papá - le llamé, él estaba en el sofá de la sala de estar y levantó la cabeza para mirarme con una sonrisa.

- Dime, pequeña Ruby - amontonó unos cuantos papeles hacia un lado - por fin sé la fecha en la que se va a convocar la exposición en la que he estado trabajando. Es dentro de un mes, justo antes de Navidad.

Su emoción desbordaba alegría, le sonreí.

- Estoy muy orgullosa - dije con una risa por el brillo de sus ojos, se veía igual que un crío cuando le compraban un helado - ¿es para exponer las obras que hiciste con Kylie?

Él asintió, por un momento escuché un suspiro salir de sus labios.

- ¿Qué querías decirme? - ya ni siquiera recordaba lo que le quería preguntar.

- Es una pregunta algo tonta pero... ¿crees que las cosas insignificantes son importantes? - pregunté buscándole sentido a las palabras de Aidan.

- Nada ni nadie es insignificante - respondió.

- ¿Pero... entonces por qué hay personas que no ven lo que otros sí?

Mi padre se levantó del sofá con una sonrisa diferente, una sonrisa de satisfacción. Empezó a andar hasta su estudio, dándome a entender que le siguiera.

Sacó un cuadro algo antiguo de un baúl, tenía algo de polvo. En él se encontraba una Luna preciosa, a su alrededor había mucha oscuridad predominando los azules oscuros. Habían colores amarillos y anaranjados debajo de la Luna, representando lo que a mí me parecía que era luz.

- Nunca me habías enseñado este cuadro...

- Lo pinté con una persona especial, cuando fui algo más grande que tú - su sonrisa no desapareció de su rostro en ningún momento - Esto es lo que quería que entendieras, Ruby, estos son "los cuadros sin sentido" como tú los llamas. Porque jamás sabrás lo que siento cuando veo este simple cuadro.

- Creo que ya entiendo lo que quieres decirme - dije pensativa, resolviendo alguna que otra pregunta de mi mente -¿La persona especial... no era mamá?

- A tu madre la conocí mucho después - explicó papá - por eso debes quererte a ti misma, ¿ves esta Luna? Sólo brilla una parte de ella. El resto del cuadro es demasiado oscuro - papá fue señalando cada detalle - y yo solo te pido que seas ese tipo de obra alegre, que tengas tonos oscuros pero no tantos.

Solo aquellas noches (Bilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora