LIBRO 2: CUANDO LA LUNA DEJE DE BRILLAR

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Hay momentos especiales en nuestra vida, esos que describen perfectamente un cuadro lleno de color incluyendo los tonos oscuros, que volveríamos a repetir una y otra vez sin descanso. Es imposible saber si el destino nos dará la misma alegría, las mismas lágrimas, las mismas ganas de soñar...

La vida pasa, las personas se marchan, los recuerdos quedan.

Pero ni el paso de los años podrán cambiar una mirada.


¿Y si no tiene por qué ser el final?









SINOPSIS




-A veces me pregunto qué hago aquí - dije más para mí mismo que para la pequeña criatura del demonio que tenía al lado. Esta se giró para mirarme con un signo de interrogación en sus ojos, para luego ignorarme.

No sé en qué momento decidí meterme en esto.

- Tranquilo, yo también - respondió después de unos segundos con sarcasmo.

O, mejor dicho, no sé en qué momento decidí hacerle caso.

- Me refería a qué hago aquí, contigo - aclaré sonriendo falsamente.

Pero, ¿por qué siempre terminaba siguiéndola?

- ¿Quién te ha dicho que no me refería a lo mismo? - contraatacó enarcando una ceja.

A quién engañaba, estaba claro que la quería.

- Te lo juro que te odio.

Bueno, digamos que no se lo demostraba.

- Por favor, no me digas esas cosas, vas a conseguir que me sonroje - me respondió con un ligero aleteo de pestañas y una sonrisa dulce - El sentimiento es mutuo.

Pero también la odiaba...

- Bueno, entonces, ¿qué se supone que estamos haciendo aquí?

Quizá ambas cosas, ¿se puede amar y odiar a alguien al mismo tiempo?

- Creía que el genio aquí eras tú aunque, pensándolo mejor, no sé cómo alguien puede pensar sin tener un cerebro. ¿Cómo lo haces, Aidan?

Porque yo lo hacía, la amaba.

- Aquí el único y miserable ser que no utiliza el cerebro eres tú, Selene.

Pero digamos que también la odiaba un poquito.

- ¡Deja de llamarme así, cuántas veces te tengo que decir que dejes de...!

Estaba claro que ella jamás me perdonaría por lo que hice.

- Perdona, no entiendo el idioma de los simios - la interrumpí, me encantaba verla enfadada cuando la sacaba de quicio.

- Vete al infierno.

- Nos reencontraremos, entonces.

Pero, ¿quién nos enseña a perdonar sin guardar algo de rencor?

Antes de que ella se diera la vuelta para abrir la puerta de la habitación me di cuenta: se había enfadado de verdad.

- Ruby... - dije llamándola por su primer nombre mientras me acercaba hacia ella con un suspiro. Me gustaba molestarla llamándola por su segundo nombre, era divertido ver cómo se cabreaba.

Genial, hora de disculparse.

Quizá por eso el dolor es lo que nos enseña a ser más fuertes.

- Lo siento, ¿vale? Sabes que... - de repente escuché un pequeño sollozo salir de su garganta - ¡No, no llores! ¡Creéme que yo...!

Definitivamente, sabía que me la iba a jugar.

En el momento que escuché una sonora carcajada salir de su garganta mi corazón se calmó al instante y no pude evitar suspirar de alivio disimuladamente.

Espera... ¿por qué yo no estaba enfadado esta vez?

Yo no quería olvidarla, no tan rápido...

- ¡Tendrías que haber visto tu cara! Parecías una pandereta pálida - dijo sin parar de reír. Yo solo seguía en shock al ver cómo podía haber caído tan bajo - Por cierto... - comenzó con voz cantarina - Bonita moto, menos mal que le hice algunos arreglillos, vaya color más feo la compraste. El negro está pasado de moda.

Seguido esto, se fue.

Pero quererla de esa manera dolía más.

Mi moto...

MI MOTO.

- ¡Ojalá te tropieces y caigas de boca al suelo! - le grité en un intento de que me oyera.

Ojalá los errores pudieran borrarse y volver a empezar fácilmente.

- ¡Eso pregúntaselo a tu moto! - seguido de que me dijera eso, escuché un estruendo que provino de afuera haciéndome sobresaltar.

Pero nada era tan fácil cuando se trataba de ella.

- Cuando dejes de pensar en voz alta, será cuando admitas que te mueres por ella - escuché a Adley apareciendo de repente por la puerta a mis espaldas.

- ¿Dónde está mi moto? - le pregunté ignorándolo.

- ¿Cuál? ¿La que está tirada en la entrada de color rosa que pone "Me pica el culo" ?

Sí, definitivamente, Selene me las va a pagar.




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-Estrella_CaRo

Solo aquellas noches (Bilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora