Besé sus palabras y escribí sus latidos.
Te lo juro... escuché muy cerca su corazón,
Pero no hablaba conmigo.
-Kenneth Santiago.
Reconozco que la pregunta de Selene me dejó algo desconcertado, sinceramente no conocía mucho a Logan. Pero lo que sí sabía era que, por lo visto, mi madre y él tenían que exponer una obra no sé cuándo. No llegaba a entender cómo es que nunca llegaron a colaborar juntos antes, teniendo en cuenta de que Selene y yo no vivíamos tan lejos y ambos eran artistas.
Bueno, cuando tenía cuatro años, qué fue cuando me mudé a Boston con mi familia, vivíamos en Nueva York y ahí sí que vivíamos lejos. Me entristecía al pensar en Nueva York, mi padre estaba allí trabajando y tenía ganas de volver a verle, hace ya dos semanas que no escuchaba su voz.
- Calamardo, ¿estás bien? Llevas pensativo toda la mañana - me comentó Adley agitando su mano por mi cara para salir de mi mundo ancestral.
- Nada, cosas mías.
- ¿Otra vez pensando en Ruby? Pareces una lavadora dándole vueltas - soltó una carcajada y el muy maldito se puso a robarme mis patatas.
- ¡Ya te he dicho que ella no es un objeto! - le dije cruzándome de brazos. Ni siquiera había probado bocado alguno del almuerzo.
- Lo sé perfectamente, pero vayamos al grano, ¿cuándo?
- ¿Cómo que "cuándo"? ¿Cuándo qué? - le pregunté confundido sin pillarlo.
- Que cuándo te le piensas declarar, vas a pasar toda tu patética vida haciendo como el que la odia cuando en realidad vas besando el suelo que pisa.
- ¿Pero qué dices? Te montas más películas que yo, y eso es difícil - él se encogió de hombros sin creerlo.
Adley, desde que lo conozco, había sospechado que Selene y yo nos gustábamos. La idea se me hacía tan absurda que me daban ganas de reír, o llorar, o las dos cosas.
Mierda, ya no sé ni lo que digo.
- Si, claro, ¿acaso vas a negarme que no te molesta con quién está hablando ahora mismo? - preguntó irónico enarcando una ceja.
- ¿Con quién... - en ese momento, Adley me cogió por la mandíbula y dirigió mi cabeza hacia donde estaba ella.
Selene estaba hablando amigablemente con Jacob, una de las personas a las que le tenía un odio profundo gracias a su dulce falsedad. Selene hasta sonreía de vez en cuando, por favor, ¿a quién quería engañar con esa sonrisa falsa?
- Estás frunciendo el ceño.
- No es verdad.
- Te gusta Ruby.
- ¡Qué no es verdad, joder!
- ¡Aquí lo único que te jode es saber que con él sonríe y tú solo la haces enfadar!
En ese momento la rabia me consumió y cogí a Adley por la sudadera. Él me miró con una sonrisa victoriosa en su rostro y vi de lejos cómo Selene se asustó al vernos, se despidió rápidamente del chico mierdoso para venir corriendo hacia nosotros.
Bueno, después de todo había perdido ganando.
Ya me entendéis.
- ¡Tú, mosquita muerta, ya puedes ir soltando a Adley!
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Solo aquellas noches (Bilogía)
Teen FictionKylie era alegría, desprendía luz con solo una mirada y te hacía querer ver el lado bueno de las cosas cuando parecían estar perdidas. Ella era como un lienzo blanco dispuesto a ser pintado por todos los colores que disponía el mundo. Ella era colo...