LOGAN
Kylie, kylie y kylie.
Simplemente, Kylie.
Hasta me resulta satisfactorio pronunciar su nombre. Solo de pensar en su risa contagiosa o en su manera de decir las cosas hacían que se me pusieran los vellos de punta.
Toda ella hacía que se me pusieran los pelos de punta.
Lo que no me entra en la cabeza es por qué con Sophie nunca me pasó igual. Ya había empezado a asimilar de que no tuve la culpa de lo que le pasó, que a lo mejor el destino lo quiso así desde primer momento y no pude hacer nada. Pero aún seguía sin quitarme el gusto amargo de la boca que me aseguraba que algo no estaba bien.
Como si todavía la echara algo de menos.
Ni siquiera sé lo que me gustaba tanto de ella. A veces creo que era más la sensación de decir que por fin la tenía que por lo que ella era realmente, pero, entonces ¿por qué aún no llenaba mi vacío?
Ni siquiera sé si era culpa de Sophie que me sintiera así o....
La promesa.
Tenía que decírselo, y precisamente, no se lo contaría a Kylie por ella misma.
Sino que lo hacía por ella.
Puede que Sophie siempre fuera cosas que no soy capaz ni de describir, puede que ella ni siquiera aprendió a quererme alguna vez...
Pero lo hacía por ella.
Por lo que pudimos ser y no fuimos. Por todos aquellos poquísimos momentos en los que me demostraba que me quería a su manera.
Por ella y por mí.
Por haber sabido salir y seguir adelante poco a poco.
- ¿Me estás escuchando o sigues en tu mundo ancestral? - me pregunta Adler pasando su escayola garabateada por mi cara.
- Deja de hacer eso, manco.
- No sé si recuerdas, querido Calamardo, de que tu bonita venda con Kylie y tu persona dibujadas en un corazón debería de haberse quitado hace como dos días.
Tenía razón, pero era obvio que no lo admitiría.
Además, aunque me la quitara, guardaría aquel dibujo mejor que los veinte euros que tengo en la cartera.
- No me había dado ni cuenta, sinceramente.
- Ajá, ojalá yo pudiera quitarme la mía. Digamos que Rachel no sabe dibujar muy bien.
- ¿Por qué lo dices?
- Digamos que hizo el intento de hacer un corazón. Al ver que no le salió... dibujo un pene en su lugar - dice mientras me enseña la semejante obra de arte.
Os lo juro que no me había reído más en mi vida, ni él tampoco.
- Qué bonita muestra de amor.
- La intención es lo que cuenta, para mí sigue siendo un corazón - replica intentando ponerse serio, aunque aún tenía lágrimas en los ojos de la risa.
De repente todas las risas y el buen ambiente se acaban en cuanto escuchamos el sonido de un teléfono que proviene de la cocina. Es el móvil de Adler.
Ambos nos miramos con complicidad como si supiéramos en lo que estábamos pensando el uno y el otro.
¿Y si...? ¿Y si era...?
- No puede ser ella, tiene una orden de alejamiento - dice Adler mientras se levanta y se dirige hacia la cocina. Yo voy detrás de él.
- Eso no tiene nada que ver, quién sabe si vuelve y...
- ¡HOLA, QUERIDOS AMIGOS! ¡ESTÁIS INVITADOS!
- ¡Me has dejado sordo, Steve! - dice Adler mientras mantiene una mano en su oído adolorido y yo cojo el teléfono en su lugar.
- ¿Cómo sabías que estábamos solo nosotros dos? - le pregunto confuso.
- Tú chica me lo ha... ¡AH, JODER, KYLIE MI NUCA! - se escuchan unos quejidos a través de la línea. Sonrio inconscientemente y veo como Adler se da cuenta mientras sube y alza las cejas. Me doy la vuelta evitando su mirada.
- ¿A dónde se supone que estamos invitados?
- ¡A mi fiesta de cumpleaños! Es el domingo.
- Mañana es domingo, Steve.
- Ah, pues eso - se escuchan cuchicheos de Rachel y Kylie al fondo - ¡Por cierto, es de disfraces!
Y cuelga.
Espera, ¿disfraces?
Me giro hacia Adler que sigue mirándome divertido.
- No pienso disfrazarme, por favor, ni que fuéram...
- Rachel me ha dicho que Kylie va a ir de pitufina gótica sexy.
Me quedo atontado por un momento con mi perversa imaginación.
Umm....
- ¿A dónde me decías que iríamos primero para comprar los disfraces?
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Espero que os haya gustado Დ
-Estrella_CaRo
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Solo aquellas noches (Bilogía)
Teen FictionKylie era alegría, desprendía luz con solo una mirada y te hacía querer ver el lado bueno de las cosas cuando parecían estar perdidas. Ella era como un lienzo blanco dispuesto a ser pintado por todos los colores que disponía el mundo. Ella era colo...