CAPÍTULO 3

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- Haber si me he enterado bien.... - comienza Rachel mientras procesa la información.

Yo la espero impaciente a que diga algo mientras muevo mi café. Hemos parado a desayunar en una cafetería que había cerca antes de ir a la universidad y, justo cuando llegamos, ella me estaba preguntando qué hice con Gargamel anoche.

No mal penséis, que os veo.

Y no sé por qué le sorprende tanto lo que le he contado.

- ¿Logan riéndose? - pregunta más para sí misma que para mí.

- Sí, y no entiendo porque él...

- ¡Eso es una muy buena señal! - me interrumpe emocionada.

- ¿A qué te refieres? - digo enarcando una ceja confundida mientras le doy un sorbo a mi café.

- Bueno, se podría decir que no suele hacerlo muy a menudo y.... - dice demasiado rápido. Hay algo que no me está diciendo y es mi oportunidad.

- ¿Y? - digo para que continúe mientras ella se muerde el labio inferior nerviosa.

- Y eso es muy bueno - concluye intentando disimular tranquilidad mientras muerde su tostada.

- Ya, ¿tú crees que es.... por un motivo en concreto? - le pregunto empujándola a hablar.

Yo sé que tenía que ver algún motivo. No todo el mundo se levanta con cara de culo todos los días.

- Bueno.... a lo mejor - dice apartando la mirada nerviosa. La acabo de pillar infraganti.

Lanzo un suspiro y la miro con cara de "suéltalo ya antes de que me enfade".

- Vale, pero deja de mirarme como si quisieras matarme - yo asiento con la cabeza con una sonrisa victoriosa - Haber.... es algo muy complicado de explicar - hace una pausa pensando en lo que va a decir mientras yo la miro como una madre a la que su hija está a punto de confesarle algo malo - Bueno, para empezar.... él no estaba de viaje.

Tenía que ser algo muy importante para que Rachel me hubiera mentido.

- ¿Y por qué me mentiste? - le pregunto interrumpiéndola.

Ella se queda unos segundos como si estuviera debatiendo entre sí misma si decírmelo o no.

- Porque.... él acababa de salir de un centro de rehabilitación, Kylie - me confiesa bajando la voz y la mirada a su vez. Siento como el mundo se me viene abajo.

Justo en ese momento su móvil vibra encima de la mesa. Ella se disculpa junto con un "luego hablamos " mientras se levanta y me deja sola en la mesa. Yo solo intento procesar la información.

¿Él tenía un problema con el alcohol? O pero aún....

¿Él se drogaba?

Un escalofrío me recorre de arriba abajo y siento una presión en el pecho.

Me levanto rápidamente de la mesa con el café a medio tomar y el resto del desayuno casi sin tocar. Ya no tenía hambre.



..........



- Buena suerte, chicas - nos desea Adler mientras nos bajamos del coche.

- Gracias - agradece Rachel mientras le da un sonoro beso en la mejilla y yo soy incapaz de mediar palabra.

Me siento rara. Como si todo el mundo lo supiera menos yo e hicieran como si no pasara nada. Está claro que ese pobre chico tiene problemas y todo el mundo hace como si nada. De hecho, estoy enfadada con Rachel en estos momentos por no habérmelo dicho antes.

Solo aquellas noches (Bilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora