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Solo habían pasado algunos minutos desde que colapsó en su salón de clases y ahora por ello, de nuevo se encontraba recostado sobre la camilla de la enfermería de la escuela. Definitivamente algo no iba bien, y lo peor es que solo su lobo sabía por qué.

—Shh, shh. Está despertando.

—No hables muy fuerte… susurra Yoobi.

—Sí, señora Park, perfecto. Gracias —las voces comenzaban a resonar más fuerte hasta finalmente poder oírse claramente, eran sus amigos y también su maestro.

Con dificultad abrió sus ojos y recordó de pronto por qué estaba ahí. Los mensajes de Namjoon fueron totalmente claros, Jimin volvería y lo mejor que a su organismo se le ocurrió hacer ante la noticia fue desmayarse. Lo que sí le parecía raro es que eso nunca le pasaba, ni siquiera después de muchas horas de trabajo, nunca se había desmayado. ¿Qué tan frágil lo volvía su alfa? ¿De verdad todo esto que le estaba pasando era por su regreso? Pero no tenía tiempo para pensar en ello, no mientras los de su alrededor lo miraban esperando una confirmación de que estaba bien y, al menos su par de amigos, la razón de su colapso.

—Estoy bien —susurró—. Solo leí algo que me sorprendió… Uhm, mi lobo y yo no estamos bien estos días, es todo —agregó al ver que no le creyeron lo primero que dijo.

Pero era cierto, y es que aunque no entendía mucho sobre lobos y predestinados, era consciente de que algo pasaba con el suyo para causar todos estos cambios de temperamento, decisiones abruptas y emociones turbulentas. Al menos así quería convencerse de que besar a su buen amigo lo hizo en un arrebato de adrenalina, y no porque se sentía muy solo y necesitado amor del romántico.

—Solo necesita reposo —habló la que en ese día lo había visto más que sus profesores de cursos—. Te daré algunas vitaminas también, ¿está bien, Jungkook? Asegúrate de tomarlas.

—Gracias, doctora Lee —sonrió de vuelta—. Lo haré.

—Bien, me alegro que ya estés mejor. La señora Park vendrá por ti —habló finalmente su maestro quien parecía más tranquilo, muy a diferencia del menor que lo último dicho lo dejó sorprendido.

Había pasado un tiempo desde que la mamá de Jimin venía por él. Y sus amigos parecían estar igual de sorprendidos por la cara que pusieron; sin embargo, el profesor no les dio tiempo a reaccionar para comenzar a atacarlo a preguntas, sin aviso los tomó de la mano cual niños pequeños y los llevó con él de vuelta al aula bajo las quejas del más bajo del dúo.

—¡Los veo mañana chicos!

—¡Nos tendrás que contar por chat, Jeon Jungkook! —fue lo último que escuchó.

Suspiró aliviado. La verdad es que aún no estaba listo para decir en voz alta todo lo que sucedía por su mente. De todas formas llegará el momento en el que deberá hacerlo, al menos con sus amigos quienes son los que ayer lo vieron derrumbarse por el alcohol y luego unos minutos después también lo vieron besándose con uno de sus amigos, para después verlo derrumbado de nuevo en la mañana y luego oh, sorpresa, besando a su amigo otra vez. Estaba hecho un desastre y la noticia del regreso del amor de su vida solo fue la gota que derramó el vaso. 

Tendría que estar feliz, pero por algún motivo su lobo no parece estarlo. Y odiaba tanto el hecho de que su lobo lo odiara tanto como para no decirle lo que estaba sucediendo con él. También no poder entender sus sentimientos, pero lo que más odiaba era a su yo iluso que creía que su alfa le avisaría de su regreso. Por alguna razón estaba convencido de que cuando llegase el día en el que se reencontrarían, Jimin lo llamaría porque él sería la primera persona en saberlo. Y luego iría al aeropuerto a esperarlo con una pancarta y flores, porque a su Jimin le gustan las flores... Tendrían un reencuentro como en las películas de romance y todo volvería al rumbo natural que debió tomar su relación antes de su primer beso.

Pero nada de eso iba a pasar y debía afrontarlo, porque el verdadero problema que deberá afrontar será ver a Jimin de nuevo… Eso sí no tenía ni idea de cómo sería y estaba aterrado, realmente aterrado. Gracioso para haber estado ansioso todos estos años pero cuando finalmente era una realidad todos sus miedos se unieron. Y quizás sea por algo que fugaz pasó por su mente en la fiesta de ayer. Fue un segundo apenas pero las imágenes de una marca aparecieron en sus pensamientos y a partir de ello, él simplemente se dejó llevar por la destellante mirada de Eunwoo.

—¿En qué piensas tanto, pequeño? —una voz que conocía muy bien lo sacó de su ensoñación.

Era lindo que, a pesar de cómo salieron las cosas con su hijo, Jungkook aún tenía de figura maternal a Park Ji-eun, la mamá de Jimin. Sonrió y corrió a abrazarla, necesitaba no romperse y sentir que todo iba a estar bien… Que podría tener su historia de amor soñada finalmente ahora que ya era mayor de edad aunque en el fondo sabía que todo lo que estaba sintiendo su lobo en este momento no era una simpleza.

Por supuesto que en ese momento, mientras una pequeña lágrima caía por sus mejillas, no se imaginaba que esta era solo la primera.

missed u [jikook au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora