Después de tantas visitas, Jimin había logrado acostumbrarse al ambiente hospitalario. Visitar a su abuelo fue su rutina desde que volvió a Corea, así que fue inevitable no hacerlo. Sin embargo, era muy diferente la quietud de la habitación del mayor al abrumador movimiento en la sala de espera de la unidad de cuidados intensivos. El personal de salud se movía de un lado a otro, las familias parecían no lograr mantener la calma y de vez en cuando, cuando salían a dar malas noticias el ambiente era peor. A pesar de todo eso, la familia Park parecía estar tranquila, todos sentados y cada uno sumido en sus propios pensamientos.
-¿Quieres comer? -susurró el omega en su oído-. Puedo traerte algo de la cafetería.
El rubio negó y apoyó su cabeza en el hombro ajeno en un gesto de agradecimiento y también de necesitar un poquito extra de fuerzas. Era uno de los poderes de Taehyung con Jimin, que siempre lograba darle calma. Ahora cuando más lo necesitaba, en especial en estos momentos que su mente se dividía entre la preocupación por la salud de su abuelo y el recuerdo latente de su ruptura con Jungkook. Todo era tan reciente que parecía un mal chiste de que los acontecimientos trágicos se acumularan de esta forma.
-¿Los familiares de Park Sung-joo?
Como un resorte se levantaron de sus asientos, siendo el primero en acercarse a la doctora el papá de Yongsun, seguido por el de Jimin ambos preocupados por su progenitor. Al poco tiempo ya no eran sólo dos, sino el resto de la familia que se acomodó alrededor de quien estaba a punto de darles una de las peores noticias que escucharán en sus vidas.
-¿Cómo está? Díganos que ya todo está bien, por favor.
-Me temo que no puedo darle buenas noticias...
La respiración hasta se cortó por unos segundos al oírla. Si no son buenas noticias, lo único que quedaban eran las malas e inevitablemente todos comprendieron con aquellas pocas palabras lo que estaba a punto de decir.
-El señor Park tenía su salud física muy deteriorada... Lo logramos estabilizar unos minutos pero sufrió otro paro cardíaco de camino al quirófano y esta vez las maniobras de rescate no fueron suficientes -hizo una pausa, estableció contacto visual unos segundos y luego soltó la bomba-. Lamento mucho su pérdida, él falleció.
El tiempo comenzó a correr más lento a partir de entonces. Era raro, ¿cómo debería reaccionar? Una noticia que tarde o temprano sería revelada, pero que por muy preparados que hayan estado para oírla, jamás podría uno de verdad estar listo para afrontarla. Y es que nunca fueron la familia unida que hacen una parrilla los domingos, ni tampoco fue el abuelo amoroso que una vez al mes llevaba a sus nietos a pescar. Aún así, Yongsun y Jimin se miraban de vez en cuando con la mirada perdida y abrazándose cada uno a sus respectivos padres que son los que parecían más mortificados con la noticia.
-Estaré a su disposición para lo que sea que necesiten y, cuando estén listos, podrán pasar a verlo y a llenar los papeles correspondientes.
La doctora se despidió, dejándolos a solas para poder procesar todo. Y fue difícil hacerlo, claro que lo fue. Incluso durante el funeral y el entierro aún la idea no era algo que la tenían bien internalizada. Al menos para los más jóvenes que por primera vez en su vida atravesaban la experiencia de perder a un familiar.
Así fue durante unos días, en los que debieron volver a sus actividades diarias, solo que visitar a su abuelo ya no formaba parte de la lista. Estuvieron así de desconectados de la realidad hasta el quinto día desde aquel trágico suceso en el hospital, ya que la realización de la noticia sobre la muerte de su abuelo les llegó de golpe cuando se encontraron todos alrededor de la mesa con el abogado que leería el testamento de su abuelo presente.
Había llegado el día.
-...Una vez explicado todo eso, procedo a leer la escritura de la última voluntad de Park Sung-joo.
El lugar se encontraba en silencio a excepción de las respiraciones de los presentes. Una falsa quietud combinada con nerviosismo, así se podría describir la atmósfera. Tan incómoda y a la vez tan escalofriante. El abuelo no había hablado públicamente de su decisión de herencia antes, era un señor muy reservado y enigmático, pero no en el buen sentido. Con una malicia natural para enfrentar a sus familiares y con la emoción personal de querer ser consentido para que sea generoso con la herencia.
Y, aunque al principio logró el efecto deseado, con el tiempo las cosas fueron mejorando. Logrando lo que en vida no pudo, la unión en su familia. Es gracioso que haya sucedido así ya que en la mayoría de casos sucede todo lo contrario, que una herencia rompería lazos y alejaría a los miembros. Pero en este caso, todo el papeleo del hospital y los preparativos del funeral llevó a que los hermanos que antes hablaban poco ahora se comunicaran a diario y a los nietos que se saboteaban mutuamente a darse apoyo mutuo durante los difíciles días que atravesaron, no solo por la muerte de su abuelo, sino por sus corazones rotos también.
Afortunadamente para la convivencia, la lectura del testamento marchaba bien. Las propiedades, bienes y acciones se repartieron de manera equitativa a los mayores y de alguna forma todo parecía indicar un buen desenlace. Sin embargo, los que estaban nerviosos y con problemas para dejar las manos quietas eran Jimin y Yongsun, a quienes desde el inicio el abuelo les había advertido que las acciones de la pequeña empresa de perfumes iba a ser para un solo nieto. Se suponía que ambos primos habían decidido hablar con su abuelo para así cambiar su decisión y poder dividirlo entre los dos. Pero la muerte no avisa, y en este caso ni tiempo les dio de hablar con él.
-Por último, dejo la sucesión de mi cargo como director ejecutivo y el total de mis acciones de Periphora, es decir el sesenta por ciento, a...
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missed u [jikook au]
RomanceJungkook ya no era el omega chiquito que no podía ni robarle un beso y, después de tres años desde su dolorosa separación, al fin se lo probaría. Pero nada salió como planeó, y la indiferencia del alfa no sería lo peor de su regreso. -Jimin, ¿por qu...