❥30:00.

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Con un papel algo arrugado en mano y con su corazón latiendo desenfrenadamente, Jimin se dirigía hacia la habitación de Jungkook. Escribir todos tus pensamientos en un pedazo de papel de por sí era difícil y más aún si sumado a ello se agregaba a la falta de sueño y sus preocupaciones por su futuro profesional. Por eso, terminar la carta le tomó un par de horas. A pesar de todo, quedó bonita y el alfa tenía la esperanza de que sus sentimientos pudieran llegar al menor y que funcionen como un primer paso para solucionar aquel gran problema de falta de comunicación que tenían.

En su camino, se sorprendió al no encontrar al señor Jeon en el jardín, ya que colarse a la habitación del menor era un verdadero reto cuando era a escondidas de su progenitor. Sin embargo no le tomó importancia y solo siguió su camino a pasos apresurados. Y tal vez ese fue su error, porque si hubiera prestado más atención a los pequeños detalles, se hubiera podido preparar mentalmente para lo que estaba a punto de encontrarse.

-¿Qué? -dejó salir su voz voz un murmullo de sorpresa.

Un cuarto vacío, eso era lo que tenía frente a él. Lo que antes era una pared llena de posters ahora solo era un muro blanco con restos de cinta. No estaban los peluches que su Jungkook tanto amaba ni tampoco estaba la mesa con sus materiales de pintura por todas partes. Solo había cajas encima de más cajas, una cama sin sábanas y una carta anclada al espejo de la cómoda. Jimin, aún petrificado en su lugar, comenzó a parpadear muchas veces como si eso fuera a hacer que mágicamente volviera la vida a la pequeña pieza. Pero por más que lo deseara, Jungkook no aparecería por detrás intentando asustarlo para después decirle que solo se trataba de una broma. Jeon se había ido y con él también las ilusiones del alfa.

Esta vez, a pasos lentos y pesados, se acercó a la mesita donde el omega antes guardaba su maquillaje. Le tomó un poco más de tiempo tomar aquel papel doblado entre sus manos. Su nombre estaba escrito en la cubierta y su mente al instante captó cuál sería el contenido del mismo. Era una carta de despedida y lo sabía perfectamente. Se sentó en el suelo y comenzó a desdoblar el papel con una lentitud agobiante, como si demorar en abrirlo cambiaría lo que decía dentro. Finalmente lo abrió por completo y la bonita letra de su omega fue lo primero que llamó la atención.

«Hola, Mimi.

No sé cómo debería empezar esto. La verdad es que no soy bueno con las despedidas, créeme. Me pregunto qué cara estarás poniendo ahora mismo, espero de corazón que no sea una muy triste, me debería mucho verte triste. Quizás si te hubiera dicho esto de frente podría saber tu reacción, pero estoy seguro que me hubiera arrepentido de esta decisión con tan solo un puchero que hagas. Y es que tenemos tanto que sanar, tanto que mejorar y evolucionar como personas. Quiero que seas la mejor versión de ti mismo, y yo la mía. Y sé que eso no podremos lograrlo juntos, por eso me voy. Esta vez soy yo el que se va, Jimin. Te amo muchísimo, pero creo que nuestro amor no es suficiente ahora. Espero que en un futuro lo sea, y cuando ese futuro llegue, espero que ambos estemos listos para amarnos de nuevo. Sé que nuestro destino es estar juntos, así que seguiré creciendo con el pensamiento de que cuando menos lo esperemos volveremos a encontrarnos. Cuídate mucho, mi amor.

Te quiere, Jungkook».

Te quiere, Jungkook»

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missed u [jikook au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora