❥23:03.

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El lugar de Yoongi no quedaba tan lejos de la casa de Jimin, por lo que en taxi el trayecto duró solo unos minutos. Hubiera querido que sea más tiempo, así podría haberse preparado mentalmente sobre qué haría si es que se encontraba con Jimin. ¿Debería saludarlo? ¿Hacer una reverencia porque al fin y al cabo trabajaba para él? ¿O solo debía pasar de largo? Antes de salir incluso se había lavado la cara y aplicado un poco de maquillaje para que no se notasen las horas que pasó llorando. No estaba seguro todavía si debía hablarle a su papá de su ruptura o no, porque él desde antes ya se había opuesto a su relación y como el terco que es no quería darle la razón. Por lo que antes de pagar al conductor se observó en el espejo retrovisor una vez más y se aseguró de que se viera lo más tranquilo posible.

-Gracias -agradeció por el viaje y cerró la puerta tras de sí.

Tomó una bocanada de aire y decidió finalmente entrar, obviamente por la entrada trasera. Esta entrada, a diferencia de la principal, no tenía las estatuas bonitas ni el camino de luces hasta la gran puerta del salón. Solo era un camino de cemento y tierra que daba paso al jardín trasero y a las habitaciones de los empleados. Entrar por aquí después de un tiempo le recordó su posición, aquella que con el amor de Jimin había olvidado.

-Buenas noches -saludó a uno de los señores encargados de cuidar la casa de noche y siguió caminando, decidido a solo ir a su habitación compartida con su papá y no pisar ni siquiera el suelo de la lujosa sala.

Su plan era simple, escabullirse por el jardín y pasar totalmente desapercibido. Solo había un muy pequeño obstáculo, que tendría que pasar cerca de la mampara que divide la sala del jardín. Pero estaba confiado de que lo haría sin problemas porque a esa hora no suele haber nadie allí, salvo las personas que, como él, trabajan para los Park.

-Wow, ¿estás segura que oíste bien? -escuchó unos murmullos que lo detuvieron.

-Sí, solo pasé por ahí pero lo escuché clarito.

-Tienen suerte de ser la habitación más alejada...

Al escuchar lo último todos sus sentidos se pusieron alerta, sabía a quién pertenecía aquella habitación. Se acercó un poco más, dispuesto a oír la conversación, pero la desesperación por saber de qué hablaban lo llevó a simplemente salir de su escondite y ponerse en frente de las señoras.

-¿Qué oyeron? -preguntó sin dar más rodeos.

La razón de su pregunta es que quería saber si Jimin también la estaba pasando igual de mal que él. Quería confirmar que no era el único sufriendo por su ruptura, o al menos pensar de que el rubio tampoco quería terminar solo así. Así que seguro ahora le responderían que escucharon llanto provenir de la habitación. Incluso, quien sabe, lamentos o enojo. Alguna emoción que se relacione con lo recientemente sucedido. Imaginó todo menos lo que en realidad pasó.

-Ay, no sé si decirlo solo así -comenzó a divagar-. Es algo íntimo.

-No me dejes con la duda Sooyeon -hizo un puchero el omega.

La mayor aún parecía dubitativa de contar, sin embargo finalmente cayó en la tentación de divulgar el chisme y se acercó al oído del más joven.

-Gemidos -susurró-. Creo que los jóvenes están teniendo relaciones.

Imposible.
Seguramente oyó mal, tal vez confundió el llanto y los gemidos de dolor con los de placer. Eso es lo más probable, porque es imposible que se trate de lo que ellas piensen. Sí, definitivamente es imposible.

-Espera, ¿a dónde vas?

Sin embargo, a pesar de saber que era imposible, sus pies lo llevaron hasta la habitación más alejada de la casa. Aquella que en la puerta tiene las iniciales 'JM' desde hace muchos años. Y aquella que fue testigo de cómo Jungkook se derrumbaba por segunda vez. Porque lo imposible, se volvió posible. Y, aunque le fuera difícil admitir, los gemidos no eran de llanto y ni siquiera venían de Jimin. Era la voz de Taehyung sumida en placer.

Jungkook comenzó a sentir sus lágrimas caer desenfrenadamente y llevó su mano a su boca para evitar que cualquier quejido saliera de ella. ¿Cómo pasó? ¿Acaso ahora que terminaron Jimin y Taehyung serían novios de verdad? Se sintió sucio y entrometido, salió corriendo en cuánto sus piernas respondieron a su cerebro y corrió a refugiarse en su amado jardín. No en el fuerte que Jimin construyó para él, tampoco en su columpio especial. Corrió a refugiarse en un pedazo de jardín sin césped ni flores, allí se sentó a llorar todo lo que le había faltado llorar horas antes y todo lo que faltaba desde lo que acababa de oír.

missed u [jikook au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora