Había sido un día realmente largo. Comenzó desde muy temprano y seguía incluso aunque era casi medianoche. Desde museos hasta una pelea en el parque para terminar ahora mismo sobre la cama acurrucados uno con el otro con El Conjuro 3 reproduciéndose. Habían tenido muchas citas, incluso desde antes que tuvieran que separarse, pero probablemente esta era la primera vez que se encontraban en una situación tan íntima y a la vez reconfortante, con los brazos del alfa rodeando el delgado cuerpo del menor, quien procuraba de vez en cuando pegarse más al pecho ajeno en el que se encontraba recostado.
Se sentían plenos, sin nadie alrededor con quien tuvieran que fingir una relación falsa y ocultar una real.
-¿Tú me matarías si es que estuvieras poseído? -preguntó de repente el omega, haciendo alusión a algo que había pasado en la película.
-Tal vez... Es decir, si estoy poseído pues no podría evitarlo, ¿no?
-Se supone que debías responder que no -contestó inflando sus mejillas un poco enojado-. No eres romántico.
-Ay perdón -se disculpó aunque claramente sabía que el contrario lo decía en broma.
Jimin acercó un poco más a Jungkook hacia él y luego volvió a centrar su atención en la película. Pero lo cierto es que se estaba haciendo un poquito difícil la tarea de concentrarse cuando, a partir de la pregunta del menor, recuerdos del pasado llegaron a su mente. En especial recuerdos de cierto pequeño que tenía de hobby hacerle preguntas raras como la que había hecho antes.
-¿Recuerdas que antes preguntabas cosas sin sentido?
-¿Yo?
-Te gustaba mucho aparecer de repente y preguntar si me comería cien langostas o una ballena, o cosas así.
-Ay, es cierto -llevó sus manos a su rostro-. Qué vergüenza, según yo esa era mi forma de conquistarte -admitió.
-Me dabas ternura en ese entonces.
El menor volteó su cuerpo, esta vez quedando frente a frente con el alfa. La película había pasado a un segundo plano, siendo ahora ellos dos los protagonistas de su atención.
-¿Aún te doy ternura? -puso cara fea, aunque obviamente sabía que su intención era verse lindo para su novio.
-Sí, creo que aún te ves tierno.
-¿Y si me convierto en zombie?
-Con el dolor de mi corazón, y aunque te vieras tierno, tendría que matarte -bromeó.
-Se nota que me amas -viró sus ojos-. Esa tampoco era la respuesta.
-¿Entonces cuál era?
-Si me convierto en zombie...
Se quedó pensando un rato observando el rostro del rubio, tan tranquilo como siempre mientras esperaba que completara su idea. De repente su mirada bajó un poco más y se centró en algo que desde que probó se volvió su perdición y entonces se le ocurrió la idea para completar su frase.
-Si me convierto en zombie entonces tú debes dejar que te coma.
-Oye -se quejó-, no puedo morir tan rápido en un apocalipsis.
-¡Que te coma a besos!
Entonces sin esperar más tiempo rompió la poquito distancia que quedaba y unió sus labios. Algo que Jimin realmente amaba era cuando, en medio del beso, podía sentir el aroma de Jungkook envolverlo. Muy pocas veces el menor hacía eso, según él para hacerlo más especial. Y claro que se volvía especial cuando tenías a tu novio en tus brazos mientras entre cada beso susurraba pequeños te quieros. Era sorprendente como su relación que intentó florecer cuando eran más jóvenes no se marchitó a pesar de la distancia y el tiempo. Es más, es como si todas esas florecitas hubieran estado esperando por el momento indicado para florecer.
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missed u [jikook au]
DragosteJungkook ya no era el omega chiquito que no podía ni robarle un beso y, después de tres años desde su dolorosa separación, al fin se lo probaría. Pero nada salió como planeó, y la indiferencia del alfa no sería lo peor de su regreso. -Jimin, ¿por qu...