❥22.01.

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Resopló al ver los últimos mensajes enviados por Seokjin y bloqueó su teléfono aún un poco confundido por todo lo último dicho. Una sonrisa amarga se posó en sus labios al unir los puntos y darse cuenta que lo más probable es que en realidad todo había sido un malentendido entre su mejor amigo y el ahora ex novio de su prima, ya que por un instante deseó que lo que pasó entre él y Jungkook también hubiese sido un simple malentendido.

Miró al lado y sus ojos se posaron sobre el cuerpo de su mejor amigo que yacía dormido en el asiento del copiloto. La poca luz que se filtraba en el auto logró que en sus mejillas se vislumbrara el rastro de lágrimas secas en estas. Esta vez dirigió su mirada al espejo retrovisor y al ver su rostro encontró lo mismo, aquel recorrido marcado en su piel que sus lágrimas hicieron en silencio mientras conducía a casa. No tardó en pasar su brazo por su rostro para borrar las pruebas de lo lastimado que estaba, porque a pesar de saber que su mundo de mentiras que había creado comenzaba a desmoronarse, aún debía pretender frente a su familia, pretender que todo estaba bien y que ni él ni su omega marcado tenían roto el corazón justo ahora.

-Tae, despierta -lo sacudió un poco intentando despertarlo-. Ya llegamos.

-Mh... -murmuró con pesar. Él, a diferencia del rubio, no quería pretender estar bien.

-Diré que ya cenamos, tú puedes ir directo a mi habitación. Luego pediré algo para que comamos, ¿sí?

Sus palabras eran muy dulces y Taehyung conforme despertaba recordaba lo último sucedido entre su mejor amigo y Jungkook, entonces no entendía cómo es que intentaba animarlo cuando probablemente Jimin se encontraba en un peor estado que él.

-¿Estás bien? -preguntó una vez logró abrir sus ojos por completo-. No te ves bien...

El alfa desvió su mirada nuevamente al espejo y, en efecto, aunque ya no tenía aquel rastro de lágrimas, aún quedaban sus ojeras y ojos hinchados, su nariz con un deje rojo y sus labios que de tanto morderlos ahora tenían una pequeña marca roja en ellos. Asintió, tal vez no estaba bien, pero al menos quería estarlo.

-¿Quieres hablar de ello?

-No hay mucho que hablar -respondió subiendo sus piernas al asiento para abrazarse a ellas-. Tarde o temprano pasaría, ¿verdad? No lo estábamos haciendo bien...

-¿Estás aún dolido por lo que dijo?

Jimin no respondió y su silencio lo dijo todo. Por supuesto que lo estaba, desde que había vuelto todos parecían repetirle que todo lo que hacía era un error. Que lo peor que hizo fue volver, como si en Seúl nadie lo hubiera estado esperando y que mejor hubiera sido que se quedara en Londres. Sus amigos se habían olvidado de él, su familia avanzó con sus vidas sin contratiempos, la carrera de su hermano comenzaba a despegar, incluso la vida de su prima era muy buena antes de que llegaran ambos. Todos estaban bien, incluso Jungkook. Al irse, pensó que lo mejor era dejar que el omega viviera su vida y tuviera muchas aventuras antes de que finalmente sus caminos se unieran. El problema es que sus caminos aún no estaban listos para unirse cuando volvió.

-Y quizás nunca estén listos... -murmuró esto último en voz baja, sintiendo cada una de sus palabras clavarse como espinas.

Taehyung no respondió, solo lo observó un rato intentando descifrar lo que sucedía en su mente. Pero era difícil, de alguna forma ya no podía ser tan deductivo como antes con los sentimientos de su falso alfa. Ante ello, solo atinó a apoyar su cabeza en el hombro contrario y con uno de sus brazos envolverlo. Intentando decirle que no está solo en esto.

-Gracias... -susurró el omega después de unos segundos.

El rubio, atónito, lo miró confundido sin entender por qué le agradeció de repente.

-Sé que en todo este tiempo desde que llegamos no has dejado de culparte por esta marca. Y créeme que también estoy apenado de que las cosas entre tú y Jungkook no salieran bien... Pero, ¿sabes? Esta marca no trajo solo cosas malas.

-Sí, sí, nuestras herencias...

-No solo eso -se recompuso, esta vez para poder mirarlo frente a frente-. Hace unos días papá habló conmigo, me dijo que me vio tan feliz contigo que comprendió lo injusto que fue al intentar casarme a la fuerza con otro alfa... me pidió perdón -sus ojos comenzaron a nublarse-. Yo jamás esperé que él se disculpara y mucho menos que dijera que está orgulloso de mí. El trabajo que hice estos días en la fundación le asombró tanto... se arrepintió de no haberme dado la oportunidad antes y me dijo que incluso si lo nuestro no funciona, él no volverá a imponerse en mis decisiones. Yo sé que tal vez este progreso con mi papá no importe tanto pero...

-Sí importa, Tae -lo interrumpió-. Me alegra que las cosas con tu papá salieran bien, es justo lo que mereces, que todo salga bien.

-Tú también mereces eso, Jimin. No todo fue un error, también piensa en tu abuelo, sé que su relación fue mala, pero estos días se han unido mucho y lo estás haciendo muy feliz con tu compañía y tu perdón en sus últimos días. Créeme que las herencias han pasado a ser lo de menos.

Jimin esbozó una ligera sonrisa-. Gracias Tae.

-Aunque igual... no nos hará daño llorar por nuestros corazones rotos con una fortuna a nuestros nombres -agregó entre risas, pues si bien aún estaba triste al menos ahora estaba un poco más animado y listo para bromear.

Ante eso, Jimin recordó algo sumamente importante que debía hablar con su mejor amigo. Porque después de todo, dos corazones rotos eran un número muy grande.

-Seokjin me escribió.

Taehyung instantáneamente calló sus risas. No esperaba la verdad oír de él de nuevo, en su mente ya había cortado todo lazo con él.

-Es un idiota, seguro quiere llevar dos relaciones al mismo tiempo -sentenció haciéndose bolita sobre el asiento.

-Me dijo que terminó con Yongsun -una risa histérica se oyó del otro lado-. Sí, reaccioné igual. Pero me dijo que es un malentendido, que de verdad terminó con ella y que quiere explicarte todo.

El menor, aún en silencio, escuchaba atentamente lo que su mejor amigo decía. ¿Un malentendido?

-Depende de ti, él me preguntó si podía venir...

-Que venga -sentenció con seguridad.

Aquello sorprendió al alfa, quien no esperaba que Taehyung cediera tan rápido.

-¿Seguro?

Asintió.

-Bien, le escribiré entonces -sacó su teléfono-. No ha dejado de escribirme... es un poco intenso.

El omega soltó una risita, al contrario del alfa, él ahora parecía más ilusionado y con un estado de ánimo diferente al que estaba hace unos minutos. Era lindo que al menos a uno de los dos sí le iba a ir bien.

-Listo, ahora vayamos adentro en lo que llega... Yo me aseguraré de que nadie lo vea entrar.

El pelinegro asintió y posó su mano sobre el brazo del alfa-. ¡Gracias!

-Oye, estás un poco caliente -exclamó Jimin sintiendo la mano contraria aún sobre su piel.

Llevó el dorso de su mano sobre la frente del menor y comprobó lo dicho hace unos instantes.

-Es porque estuve llorando -respondió con tranquilidad el omega-. No es la primera vez que pasa.

El rubio asintió, no muy convencido, pero sin ánimos de contradecir porque era obvio que quien más se conoce a sí mismo es Taehyung y también porque ya no quería retrasar más tiempo su entrada a casa. La verdad es que llevaba ya unos minutos algo alterado pensando en la posibilidad de que llegara Jungkook y tuvieran que encontrarse. Para fortuna suya, y para la de Jeon también, en su destino no estaba encontrarse ambos esa noche.

missed u [jikook au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora