❥2:02.

350 34 0
                                    

Bloqueó su teléfono después de ver el último snap de su mejor amigo y de reojo lo miró. Desde su propuesta muchas cosas entre los dos cambiaron y no sabía si el rumbo que estaba tomando su relación era el correcto. Su lobo y él estaban en conflicto, como nunca antes lo había estado y eso le preocupaba. Tenía miedo de terminar siendo una bomba a la que le quedaban minutos para dañar a todos a su alrededor. Pero ya estaba hecho, y ahora solo quedaba esperar que sus decisiones no fueran del todo erróneas.

—No te sientas presionado por todo esto —murmuró el omega mientras colocaba su mano sobre la suya—. Seguimos siendo bros, si eso te hace sentir más tranquilo.

—¿Tú estás bien con eso?

¿Lo estaba? La verdad, al igual que Jimin, Taehyung simplemente deseaba no haberse equivocado. Aceptar aquella propuesta fue como jugar a la ruleta rusa. O su amor dejaba de ser unilateral, o terminaba con el corazón tan roto que ver aquella marca no haría más que lastimarlo. Pero al ver los ojos del alfa sabía que no se arrepentía de jugar el juego letal con Park.

—Sí, una vez que tengas esa herencia tendrás que mantenerme de por vida eh.

—Está bien —comenzó a reír contagiando al castaño también, pero luego volvió a estar serio de nuevo—. Tengo miedo, ¿sabes?

—De ver al omega que es más lindo que yo… —susurró repitiendo uno de sus tweets.

El mayor lo miró con una mueca, no le gustaba que hablara de esa forma bajo la excusa de que ellos dos no se podían comparar. Pero Taehyung sabía que significaba que él jamás podría llegarle a los talones… Jungkook siempre será su prioridad y le dolía saber eso. Pensaba que si aceptaba todo esto de la marca y de fingir ser su pareja, sus probabilidades subirían; pero si hay algo que una marca logra, es conectar con tu pareja y Taehyung podía sentir lo afligido que se encontraba Jimin con el tema.

—¿De verdad estás bien con esto? No quiero que te estés forzando a esto Tae.

El aludido lo tomó de las mejillas con ambas manos y lo obligó a mirarlo. Su mirada era tan penetrante y se veía también tan triste que por un momento el omega sintió intimidarse, pero al instante los ojitos de Jimin se ablandaron demostrando que quien no parecía estar bien era él.

—Es temporal, ¿no? Además tú quieres protegerlo y yo quiero que mis padres me dejen en paz con los compromisos por conveniencia. Es un gana-gana. Quédate tranquilo… 

Aún sin soltar su rostro, se acercó y depositó un pequeño beso sobre sus labios. ¿Podía hacerlo no? Al fin y al cabo ahora son novios a los ojos de los demás, aunque el corazón de ambos no lata en la misma sintonía.

—Nos estamos lastimando mutuamente si actuamos así.

—Dijiste que te sientes raro, ¿besarnos te hace sentir así?

—Es por la marca… No te voy a negar que todo esto es nuevo para mí y que nuestros sentimientos parecen crecer más y más.

—Los míos siempre estuvieron ahí —se atrevió a confesar, sabía que estaba jugando todas sus cartas.

Estimados pasajeros, les damos la bienvenida al vuelo 2245 con destino a Seúl...

—Tae tu sabes…

—Lo sé, yo sé que estás enamorado de él.

De todas formas ya no había vuelta atrás. Así que el menor se limitó a alejar sus manos del alfa y regresó a su asiento para colocarse el cinturón dando por finalizada la conversación. Por su parte, Jimin aún tenía a su corazón latiendo con fuerza y a punto de salirse del pecho. Por un momento comenzó a sentir mucho miedo y pánico, su lobo estaba odiándolo y de eso estaba seguro. ¿Pero tenía otra salida? Con una familia conservadora como la suya y con una herencia en juego sus opciones parecían ser limitadas. Tan limitadas que para conseguir que su abuelo le diera la herencia de una de sus empresas a él, y no a su prima, tuvo que pedir a su mejor amigo que lo ayude a parecer un alfa asentado y listo para dirigir una empresa y una familia. Una total tontería, pero a sus casi veintiún años eso le pareció la mejor idea para que su edad no significara un problema. 

Sin embargo, eso no le asustaba tanto como la posibilidad de lastimar a Jungkook, su primer y único amor. Sarcástico que a pesar de todo el amor, estaba a punto de lastimarlo. Sabía que iba a pasar al ver cómo su mano estaba entrelazada con la de su mejor amigo y a la cabeza de este recostada sobre su hombro. No quería lastimar a sus personas favoritas, pero era justo lo que estaba haciendo y esa era la razón por la que su lobo se empeñaba en darle jaquecas y una que otra punzada en su pecho.

—¿Le contarás? —interrumpió de repente—. Me refiero a...

—¿Debería? —interrumpió.

—Le dolerá pensar que esta es una marca permanente.

—Lo sé, y por eso quiero contarle.

—Estoy seguro que hay un pero, nuestra conexión me lo dice —agregó lo último mientras reforzaba el agarre de sus manos.

Y es que había una razón también muy fuerte, aparte de convencer a su abuelo sobre la herencia, por la que Jimin marcó a Taehyung. Tan fuerte que incluso aceptaba cualquier castigo que su lobo fuera a darle por marcar a un omega que no es su predestinado, y es que sabía que no podía lastimar de la misma forma a Jungkook dos veces.

—No quiero que se ilusione… No soportaría tener que abandonarlo de nuevo como aquella vez...

Hizo una pausa intentando que su voz no saliera rasposa por el nudo que amenazaba instalarse en su garganta.

—… Porque después de conseguir la herencia volveremos a Londres.

missed u [jikook au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora