No tenía muchas cosas, lo cierto era que a pesar de vivir en una casa muy ostentosa y estudiar en un colegio privado, él era una persona muy sencilla. Al fin y al cabo la razón de aquellos lujos era por su padre, quien lo trajo a la casa de los Park desde una edad muy joven y por eso el cariño que le tenían. Y, ahora que colocó todas sus cosas en una maleta, comprendió más a fondo que nada de eso le pertenecía y su ruptura con Jimin se sentía como una fiel prueba de ello. Todo lo tomó prestado y sentía que ya era hora de devolverlo, incluso el amor que guardó consigo muchos años.
-Oh, estás aquí -escuchó a sus espaldas y por inercia se puso por delante de su maleta, como queriendo ocultar lo que va a hacer.
-Buenos días, pa -saludó.
-¿Para qué es esa maleta? -hizo una pausa, unos segundos después sus ojos se iluminaron al, según él, encontrar la razón-. ¡Ay! Le dije a Jieun que no se lo dijera a Jimin, ni a ti.
Jungkook arqueó una ceja sin entender a lo que se refería su papá con que él no podía saber algo que Jieun o su hijo sabían. Desde ayer su progenitor traía un aura misteriosa e intrigante que no le gustaba para nada.
-Me alegra que decidieras venir a Busan conmigo.
-¿Busan?
-Sí... espera, ¿entonces Jieun no te lo dijo?
-¿Decirme qué? Me estás asustando.
-Oh, perdón. Comenzaré de nuevo.
El mayor tomó de la mano a su hijo y lo invitó a sentarse al pie de la cama con él, con la intención de crear una atmósfera más cómoda para hablar. El omega, por su parte, comenzó a sudar con nerviosismo. El hecho de que el nombre de la mamá de Jimin salió muy seguido era algo raro y le preocupaba que ya su papá supiera de su ruptura con el heredero de los Park.
-Ayer por la tarde renuncié.
La mandíbula de Jungkook cayó de sorpresa, al igual que sus ojos se abrieron exageradamente ante aquella confesión. Después de trece años su padre había decidido renunciar... ¿Eso significaba que debía renunciar también? Es decir, nunca fue un empleado pero de vez en cuando ayuda con las tareas en compensación por todo el apoyo que recibió con sus estudios, ¿eso cuenta como trabajar ahí? Se le hacía difícil difícil este momento entender por completo la situación.
-Tengo una buena oferta de trabajo en un hotel de Busan y también... -se podía notar en el cambio de sus expresiones faciales que estaba avergonzado-. También está ella, ¿Recuerdas a la mujer que te hablé la otra vez? Las cosas están comenzando a ir en serio, y siento que lo mejor es continuar mi vida allá.
¿Mi vida? ¿Solo la suya? En ese momento Jungkook no pudo evitar sentirse más asustado aún, sintiendo que todo lo que hablaba su papá no lo incluía a él y era como si de nuevo lo estuvieran abandonando. Sin poder evitarlo, su garganta comenzó a doler en lo que intentaba evitar echarse a llorar.
-Y tú ya eres mayor de edad, hijo. Por eso quiero dejarte a ti la decisión de lo que quieres hacer.
-Papá... -su voz salió rasposa.
-Por supuesto yo quisiera que vinieras conmigo, pero sé que tienes una vida aquí y también un futuro en esa universidad de Londres que aplicaste.
La universidad... Debía hablar de eso con alguien, porque su reciente decisión se sentía tan incorrecta en mil maneras posibles pero aún así no quería cambiarla.
-Además tienes a ese muchacho que estoy seguro aunque te lo pida no quisieras dejarlo... -bueno, era un hecho que su papá no sabía de la ruptura.
-Él y yo ya no... -calló, con su mirada pudo confesar lo sucedido en las últimas horas.
El mayor, quien estaba a punto de decir algo, calló de repente, mostrando lo muy sorprendido que estaba. En una muestra de apoyo, su padre llevó su brazo a sus hombros y lo envolvió en un abrazo. Una de las personas que más conocía a Jungkook era él, y definitivamente entendía cuánto aquella ruptura lastimaba a su hijo. Es por ello que ni siquiera intentó decir un 'te lo dije' cuando antes le advirtió que no era buena idea que iniciaran una relación. Bastaba su apoyo tanto emocional como de opciones, aquellas que permitiera a su hijo superar a aquel alfa finalmente.
-Entonces... ¿prefieres venir conmigo a Busan? Solo unos meses hasta que debas viajar a Inglaterra. Podemos ir luego de tu graduación.
El menor negó.
-¿Te quedarás en Seúl entonces? Puedo alquilarte un cuarto entonces, un contrato de unos meses nomás.
Jungkook volvió a negar.
-No te entiendo hijo, ¿qué harás entonces? O bueno, también está la opción que si quieres puedes viajar después de tu graduación a Londres, así vas acostumbrándote al lugar.
-Papá ya no quiero estudiar allá.
Una vez más, el mayor se sorprendió. No podía comprender el cambio tan radical. De hablarle muy emocionado hace solo unas semanas sobre cómo su sueño se iba a cumplir, ahora simplemente decía que no quería. El señor Jeon elevó una ceja cuando creyó entender al fin la razón.
-No me digas que es por Park Jimin -murmuró el nombre con cierto desdén-. Dios mío, Jungkook...
El aludido solo elevó sus hombros, en un intento de dar por terminado el tema.
-¿De verdad estás dispuesto a renunciar a tu sueño solo porque aquel muchacho vive en Londres también?
-No es solo eso... -se recostó sobre la cama-. Ni siquiera obtendré la beca, qué sentido tiene ilusionarme en eso.
-No puedes saber eso, te esforzaste mucho y enviaste un buen perfil académico. A menos que... ya hayas abierto el correo de respuesta.
Jungkook solo negó una vez más. A sus amigos les mintió que no había recibido la respuesta aún porque sabía muy bien que ellos iban a insistir en que abriera el correo. Pero no estaba listo, al menos es lo que quería convencerse. Antes la beca era solo una forma de sentir que no iba a depender de los Park por siempre, pero si no la conseguía no había problema pues Jimin iba a ayudarle con los gastos. Sin embargo, la situación cambió. No solo tenía el presentimiento amargo de que no la conseguiría, sino que también tiene la certeza de que con Jimin y él separados, la oferta ya no es la misma. Entonces, ¿no sería mejor no tener expectativas y renunciar ahora? Eso es lo que la consejera de universidades le dijo, no en un afán de desilusionar al joven, sino para decirle que debía tener otras opciones, ya que aquellas becas estaban reservadas para estudiantes con promedios perfectos o deportistas que representaron a su país en torneo. Y Jungkook... él solo era un chico promedio, hijo de un jardinero y con un promedio común.
-Solo abre el correo y de acuerdo a lo que diga este veremos las opciones, ¿sí?
-Otro día lo vemos... No tengo cabeza papá.
-Solo estarías prolongando algo que tarde o temprano deberás hacer.
Jungkook bajó su mirada y con lentitud desbloqueó su celular. Quizás lo mejor es que fuera ahora, igual y triste ya está. Agregar una tristeza más no haría mucha diferencia.
-Ya sé el resultado de todas formas... Ábrelo tú, papá, yo tengo miedo.
Su progenitor asintió y tomó el aparato. Le tomó unos minutos encontrar el correo, incluso tuvo que entrar a la carpeta de correo no deseado, que es donde Jungkook había escondido el correo para no querer revisarlo. Las primeras palabras las leyó en voz alta, solo eran formalidades que seguramente todos los correos sean buenos o malos tenían. Finalmente llegó la parte importante, aquella que tenía al omega con la tensión al máximo nivel. Y para colmar la paciencia de su hijo, el señor Jeon comenzó a leer en su mente.
-¡Papá! -exclamó mordiéndose el labio-. Solo dime, no lloraré ni me pondré triste.
-La solicitud para el programa de becas para el postulante Jeon Jungkook ha sido...
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missed u [jikook au]
Любовные романыJungkook ya no era el omega chiquito que no podía ni robarle un beso y, después de tres años desde su dolorosa separación, al fin se lo probaría. Pero nada salió como planeó, y la indiferencia del alfa no sería lo peor de su regreso. -Jimin, ¿por qu...