Capítulo 31 - Parte 1

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—¿Qué tal ha sido tu primera experiencia deportiva en la escuela?

Me encojo de hombros, como restándole importancia a la pregunta de Fred, pero en el fondo me siento más feliz de lo que debería por ver un partido de un deporte que no me llama la atención en lo absoluto. Los vítores me contagian adrenalina y alegría y es emocionante ver las celebraciones del equipo.

—Ha estado bien.

—Eres una mentirosa. Admite que te ha gustado —Fred se ríe, acomodándose los lentes.

—Ha estado bien —vuelvo a repetir, mimetizando su sonrisa.

Cuando las personas se dispersan un poco es que decidimos salir de las gradas. Hemos quedado con Ashton para celebrar la victoria en la cafetería de la ciudad, que probablemente estará llena, pero aparentemente tienen una política de darle prioridad a los jugadores del equipo y a sus amigos en noche de juego, por lo que no tendríamos que esperar demasiado.

Pasan aproximadamente 45 minutos antes de que Ash se nos una en el estacionamiento. Por alguna tonta razón, había tenido la esperanza de ver a Damon también, pero eso no sucede. Ni siquiera pude verlo a la distancia, y no tuve la oportunidad de preguntarle a Ash por él sin que Fred nos escuchara para preguntarme por qué me importaba dónde estaba Damon.

Cuando llegamos a la cafetería, está llena e incluso hay una fila para entrar, pero todo lo que tiene que hacer Ashton es decir el número de su jersey y somos los primeros en entrar cuando una mesa se desocupa. Como si fuera poco, los jugadores también tienen un descuento del 20% en noches de partido.

—Yo invito hoy, así que ordenen como si no hubiese mañana —ofrece Ashton cuando llega la camarera a tomar nuestros pedidos.

Luego de que hemos ordenado, hablamos un poco del partido. Fred y Ash me explican un poco los pormenores que no había alcanzada a entender, como por ejemplo qué era un icing o un power play. Reímos y comemos hasta que estamos completamente llenos y apenas podemos respirar. A eso de las 9, Fred tiene que volver a casa para su toque de queda. Siendo hijo de un policía, las reglas de su casa son estrictas, así que nos despedimos y quedamos de vernos en la escuela.

—Es raro no ver a Damon por aquí —dice Ash cuando Fred ya se ha ido—. ¿Te ha dicho algo?

—¿A mí? —pregunto, un poco sorprendida—. Ni siquiera tengo su número y no hemos hablado desde que se fue de mi casa el domingo.

—Siempre viene a celebrar después de un partido —hace un gesto hacia la mesa que tiene jugadores de hockey haciendo más escándalo de lo habitual.

—Quizá está... —miro a mi alrededor. Veo a algunas de las amiga de Eva pero no la veo a ella, y algo se hunde en mi estómago—... cansado.

—¿Damon? —Ash me mira como si hubiese dicho algo chistoso—. No, ese idiota es capaz de llegar a hacer flexiones luego de un partido solo porque puede.

—¿Crees que esté con...?

El nombre queda flotando en el aire, pero Ash enseguida sabe a quién me refiero.

—No, definitivamente no —se apresura a negar—. Damon no haría eso.

—Creo que subestimas las cosas que tu primo haría y no haría —comento secamente.

—Puedo llamarlo si eso te hace sentir mejor.

—No, no es necesario.

—Lo llamaré.

A pesar de mi negativa, Ash llama a Damon, y de alguna forma lo convence de que venga a la cafetería con nosotros.

—Viene en camino. Al parecer, ya estaba en casa.

Stone cold touchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora