Capítulo 48

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Hoy oficialmente empiezan las vacaciones de navidad y está nevando. La vista es hermosa a través de la ventana de mi habitación mientras comemos brownies (cortesía de mamá) con Damon arropados en las cobijas de mi cama.

—¿Ya te dije lo linda que te ves cuando comes?

Con la boca aún llena, suelto una risotada.

—Varias veces. También cuando duermo, cuando estoy despierta, cuando patino, cuando camino, y básicamente cuando respiro.

—Debe ser difícil ser tú.

—Mi belleza es una carga con la que debo vivir —bromeo, y Damon me da un beso en la frente.

Las últimas dos semanas han sido las semanas más maravillosas de mi vida. Con papá fuera de la foto, Damon dejando sus demonios atrás y mis dos mejores amigos saliendo y siendo felices, todo está en su lugar, y ya no quedan obstáculos por sortear, al menos no en el futuro cercano. Mi única preocupación en la vida es patinar, sacar buenas notas y pasar tiempo con mamá ahora que solo trabaja en horario de oficina. Gana un poco menos, pero con todo el dinero que saqué de papá, nunca más tendría que preocuparse de matarse trabajando, menos cuando estábamos evaluando invertir el dinero en propiedades para cuando me fuera a la universidad.

Damon... no sé cómo describir a Damon. Una vez que todas las barreras cayeron entre nosotros, me encontré con la persona que siempre esperé que fuese realmente. Hay una oscuridad en él que sé nunca se marchará de su lado, pero la amo como al resto de él.

Él ha sido amable, tierno y un caballero que me hace sentir como la princesa de un cuento... bueno, hasta que tenemos sexo. Entonces parece más animal que humano y yo más parezco más una puta barata que una princesa, pero es exactamente como me gusta también. Nos complementamos como nunca pensé que haríamos.

Mamá lo adora, y le gusta que esté conmigo cuando estoy sola en casa. Cuando estamos en su casa, sus padres son mis segundos padres. Siguen repitiéndome que están agradecidos de lo que hice en el juicio, y que Damon ha sido una persona diferente desde que oficializamos nuestra relación.

Todavía no hacíamos público nuestro noviazgo, pero luego de las hermosas tres semanas que habíamos pasado juntos, empezaba a tener menos miedo de mostrarle al mundo nuestra relación. Quizá estaba cantando victoria demasiado rápido, pero algo en mí decía que este sería nuestro futuro desde ahora. Con la verdad a la luz y los demonios en el pasado, solo podíamos caminar hacia adelante.

—¿Ya nos acabamos los condones otra vez? —la voz de Damon me trae a la realidad. Está revolviendo mi cajón.

—Te dije que compráramos más cajas —ruedo los ojos, pensando en que teníamos que manejar media hora para encontrar una farmacia donde vendieran condones sin que media ciudad divagara sobre nuestros encuentros sexuales—. De todas formas, acordamos que hoy finalmente saldríamos de la cama.

—Me rehúso a salir de esta cama sin sexo, Blakely.

—Pero no quedan condones, y las pastillas que comencé a tomar no tendrán su efecto completo hasta dentro de dos semanas. ¿Puedes actuar como un ser humano decente al menos por hoy?

—No hay forma de que eso pase contigo aquí.

—No me uses de excusa para tu depravación sexual, Hunter.

—Yo no estoy...

—¡Arriba, tortolitos! Sé que debíamos juntarnos en la plaza central, pero conociéndolos no saldrían de la cama sin un empujón —escucho que grita Ashton desde el piso inferior. Damon maldice por lo bajo y se levanta de la cama a regañadientes—. ¡Si no bajan en diez minutos subiré, no me importa si están desnudos!

Stone cold touchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora